Rafael Enciso Patiño. Caracas. Junio 5 de 2009.
En una perspectiva de transición del capitalismo al socialismo en la República Bolivariana de Venezuela, el pueblo organizado en Consejos Comunales, Comunas, Consejos de Trabajadores y Redes de Productores de Materias Primas, debe participar en la planificación de todas las dimensiones de la vida: en sus aspectos políticos, sociales, culturales, económicos y ambientales.
La democracia participativa y protagónica de la población se hace real, no solo cuando vota para elegir a sus gobernantes, si no, en muchas otras decisiones de tipo periódico, que afectan su vida cotidiana. En especial, cuando participa en la elaboración de los planes de desarrollo y presupuestos de una localidad o territorio; en los presupuestos, planes de trabajo anual y en la distribución de excedentes de una Empresa de Propiedad Social (EPS), en un Consejo Comunal, o en el futuro cercano, en las Comunas Socialistas, ahora en proceso inicial de construcción.
La democracia participativa y protagónica de la población se hace real, no solo cuando vota para elegir a sus gobernantes, si no, en muchas otras decisiones de tipo periódico, que afectan su vida cotidiana. En especial, cuando participa en la elaboración de los planes de desarrollo y presupuestos de una localidad o territorio; en los presupuestos, planes de trabajo anual y en la distribución de excedentes de una Empresa de Propiedad Social (EPS), en un Consejo Comunal, o en el futuro cercano, en las Comunas Socialistas, ahora en proceso inicial de construcción.
Por medio de los planes y presupuestos de las organizaciones sociales y económicas, se decide hacia dónde quiere avanzar la sociedad: qué problemas o necesidades quiere resolver; que aspiraciones quiere alcanzar; cómo quiere lograr estos objetivos y en qué tiempo; que trabajadores participarán en el logro de los objetivos; con qué recursos contarán para ello y cómo se distribuirán los recursos disponibles entre los diversos programas, proyectos y actividades que se van a ejecutar; posteriormente, cómo se distribuirán los excedentes generados mediante el trabajo social.
La economía rentista de Venezuela
En el caso de Venezuela, el pueblo trabajador cuenta con el apoyo del Gobierno Revolucionario del Presidente Chávez, que destina grandes recursos para apoyar los proyectos de los Consejos Comunales, que provienen en su mayor parte de la renta petrolera. Esta última circunstancia, se debe a que su economía fue distorsionada y su aparato productivo fuertemente constreñido durante 500 años por las políticas del imperialismo y las oligarquías, que convirtieron a Venezuela en un país subordinado y dependiente: exportador de petróleo crudo y consumista e importador de casi todo lo necesario para la vida, en especial los alimentos y bienes manufacturados: de lujo para las oligarquías y de mediana y baja calidad para el resto de la población.
La alienación y el consumismo capitalista, destrucción de la cultura productiva
La venta, uso y consumo de bienes importados, fue sistemáticamente promovida en toda América Latina por los medios masivos de comunicación: la radio a partir de mediados de los años 30, el cine y la televisión a partir de los años 50 del siglo pasado. Manipulando las conciencias y fabricando deseos, Estados Unidos y Europa nos impusieron parte de sus hábitos de vida y patrones de consumo, y con el modelo de la globalización neoliberal implantado a partir de los años 70 del siglo XX, sustituyeron la poca producción nacional existente por más importaciones, con las cuales, su economía y sus ganancias crecían y sus niveles de desempleo se hacían relativamente bajos.
Así, destruyeron o disminuyeron gravemente la cultura productiva de la población, tanto agrícola como industrial de los países dependientes (incluida Venezuela); estimularon la migración del campo a la ciudad y fueron causa del desempleo crónico, la falta de ingresos para la población, la pobreza y miseria extremas, la descomposición social y la delincuencia generalizada.
Gran parte de la población fue alienada y obligada a adaptarse para vivir sin producir, -o produciendo muy poco-, en trabajos relacionados con el comercio y los servicios (a excepción de los vinculados a la actividad petrolera), en una economía rentista, en donde la mayor parte de los ingresos del Estado provienen de la venta del petróleo. Este es extraído del subsuelo mediante el trabajo, pero no es producido por él, sino por la naturaleza. Sus precios son determinados en el mercado mundial por la oferta y la demanda, y por los movimientos especulativos del gran capital financiero e industrial. Finalmente, los altos precios del petróleo (que se forman cuando se juntan varias de las circunstancias arriba planteadas, más una fuerte organización y políticas coordinadas de los países exportadores) son pagados por los trabajadores del planeta, a quienes los capitalistas trasladan sus costos, mediante el aumento del precio final de cualquier mercancía, para cuya producción se utilice energía proveniente de combustibles fósiles.
Rentismo y clientelismo político, herencia nociva de la cuarta república
La renta se distribuye a través del aparato del Estado, que en el sistema capitalista es instrumento de opresión y manipulación del pueblo. Una de sus formas más odiosas y alienantes es el clientelismo político, que ha sido práctica generalizada en el capitalismo y que, desafortunadamente, aún se aplica en parte en Venezuela por no pocos “polítiqueros” y funcionarios públicos reproductores del sistema de explotación capitalista, que superaremos con el socialismo bolivariano, cuyas bases culturales y materiales se construyen de manera progresiva con el Plan Nacional Simón Bolívar 2007-2013, y su proyección al año 2019.
El clientelismo político es un chantaje. Es la compra del voto y la conciencia de los ciudadanos; la manipulación de la acción política de los ciudadanos con recursos del Estado: “si ayudas a elegir y votas por determinado politiquero, entonces tu hijo tendrá la beca; o tú tendrás un empleo en un ministerio o institución pública; tendrás el anhelado aumento de sueldo, o pasarás a ser empleado fijo; tendrás acceso a una vivienda por la política habitacional, etc., etc.” Y así, en todos los aspectos de la vida. Esto es algo que debe ser liquidado por completo de las costumbres políticas en Venezuela, si queremos un Estado Comunal y Socialista al servicio del pueblo y no, un Estado y un pueblo al servicio de explotadores, burócratas y corruptos.
Ha mejorado la calidad de vida del pueblo
Como resultado de las políticas del gobierno revolucionario del Presidente Chávez y la reestructuración de las relaciones internacionales del país para recuperar la soberanía nacional; su incidencia en las políticas de la OPEP; el aumento de los precios del crudo en el mercado internacional; la superación del golpe de Estado en 2002 y del golpe petrolero en 2002- 2003 por la acción masiva y revolucionaria del bravo pueblo de Venezuela y su estamento militar, el país contó entre los años 2005 y 2008 con grandes ingresos de divisas.
Con estos recursos, a pesar de que aún existe mucha corrupción dentro del Estado y sus instituciones, se ha logrado mejorar notablemente la calidad de vida del pueblo, realizando importantes inversiones en servicios sociales: alimentación, salud, educación y cultura (Misiones Sociales); en obras de infraestructura; y en la creación – con apoyo de países aliados como China, Rusia, Irán y Argentina-, de las bases de una industria nacional capaz, -si se gestiona con orientación socialista-, de satisfacer parte de las necesidades de la población y de afianzar en el mediano plazo la soberanía nacional.
Crisis mundial del capitalismo y necesidad de superar la economía rentista, con una economía productiva comunal, socialista y sustentable
Pero la situación ha cambiado drásticamente: la crisis mundial del capitalismo, con sus expresiones financiera y económica, con epicentro en los países industrializados, y en el calentamiento global que está afectando el planeta con todos sus habitantes, tiene un fuerte efecto en Venezuela por su incidencia en el Presupuesto Nacional. Los precios del petróleo cayeron en febrero de 2009 hasta menos de 40 dólares por barril, cuando fueron calculados a 60 dólares en el presupuesto nacional para el mismo período. En años anteriores el precio llegó hasta los 150 dólares.
Esto obligó al Presidente y a la Asamblea Nacional a reajustar el presupuesto en el mes de febrero de 2009 y a subir el IVA del 9% al 14%, afectando el monto de los recursos disponibles para la ejecución de muchos de los proyectos nacionales, los presupuestos y planes de desarrollo de las gobernaciones y alcaldías, y la capacidad adquisitiva de los trabajadores. A pesar de todo, las inversiones para el gasto social se mantuvieron, gracias a fuertes reservas internacionales acumuladas durante varios años y a los fondos de desarrollo creados por el Presidente Chávez.
El precio del crudo ha subido lentamente desde el mes de marzo para alcanzar los 60 dólares en junio de 2009 y se espera que pueda ubicarse en los 70 dólares al final del año. Pero la profundización de la crisis, ya convertida en recesión, que frena e incluso obliga a disminuir la producción industrial en los más poderosos países capitalistas de Europa, Estados Unidos y Japón, podría presionar de nuevo los precios a la baja. Es una situación de incertidumbre. La construcción del socialismo requiere planificación y no incertidumbre. O, en todo caso, cada día mayor planificación y menor incertidumbre.
Por esto; y porque en la etapa actual de la revolución es indispensable crear nuevas relaciones sociales con valores socialistas en los procesos integrados de financiamiento, producción, distribución, intercambio y consumo, la planificación y el presupuesto participativo no pueden basarse solamente en determinar las necesidades y aspiraciones de la comunidad, definiendo prioridades, para solicitar al Estado, los recursos que permitan satisfacerlas. Esto genera dependencia del Estado y no corresponsabilidad entre Estado y Comunidad; minusvalía de la comunidad y sus integrantes. Parasitismo y alienación social. Estimula el clientelismo político, el burocratismo y la corrupción.
Es indispensable crear, con participación protagónica del pueblo una economía en transición al socialismo, productiva y de servicios, capaz de satisfacer de manera sustentable sus necesidades materiales y culturales, y de crear las mejores condiciones para su máxima estabilidad, seguridad y felicidad posibles. Con lo cual se avanzará en la construcción de verdadero Poder Popular, que es necesariamente socialista, y en la minimización del clientelismo político, que reproduce al viejo Estado burgués, que a su vez, reproduce las principales bases de la explotación y de la reproducción metabólica del capital: a. La división social y la estructura jerárquica del trabajo, b. La alienación social y c. La propiedad privada sobre los medios fundamentales de producción. Esto se puede hacer por medio de Empresas de Propiedad Social (EPS) con gestión socialista, que pueden ser propiedad social directa (de las comunas), indirecta (del Estado) o mixta, en donde se combina la propiedad social de las comunas, con la del Estado.
Planificación participativa, poder popular y economía comunal
Las comunidades organizadas deben planificar con mucha inteligencia: qué necesidades satisfacer de manera prioritaria y cómo invertir de manera sustentable, los recursos del Estado, complementados con formas de autofinanciamiento comunal.
No se trata de producir solamente cosas, bienes materiales, se debe producir al mismo tiempo, productos y cultura socialista; propiciar el desarrollo endógeno local y regional socialista para depender cada vez menos, tanto del apoyo del Estado como de las importaciones, puesto que, junto a varios motivos de importancia estratégica, en caso de volver a una situación de bajos precios del petróleo en el mercado mundial, y en la medida en que vayan disminuyendo las reservas internacionales y los fondos sociales, habrá menor cantidad de divisas disponibles y por tanto, solo será posible importar lo esencial.
En otras palabras: las Comunas y el Poder Popular con contenido socialista solo existirán de manera real, si cuentan con una economía productiva, en la que la población y los trabajadores de un territorio, conjuntamente con el Estado a nivel local o regional, tomen las decisiones fundamentales sobre: qué producir, cómo hacerlo y con qué modelo de gestión; cómo distribuir el resultado del trabajo y cómo distribuir los excedentes que se generen en el proceso de financiación, producción, transformación, distribución y consumo.
Como ha orientado el Presidente Chávez, esta economía debe concretarse en Empresas de Propiedad Social Directa (de la comuna) con Gestión Socialista, articuladas a las cadenas y redes socio productivas de su rubro o sector. En ellas, las Empresas de Propiedad Social Indirecta (del Estado) juegan un papel primordial, a las que deben articularse también otras formas de propiedad social y privada (incluye a las cooperativas).
Esto es válido en todos los sectores de la economía pero, en este período incipiente (aunque decisivo) de transición del capitalismo al socialismo, se debe dar prioridad a: la soberanía y seguridad alimentaria de la población; la salud, la educación y la cultura; la vivienda; el derecho al trabajo digno, no alienado ni explotado; y a la prestación cotidiana de servicios de todo tipo a la población, a través de trabajadores de múltiples oficios organizados manera interdisciplinaria en EPS: albañilería, plomería, electricidad, carpintería, etc., etc.
Criterios fundamentales para la selección de los proyectos de Empresas de Propiedad Social (EPS) a financiar
Como hemos dicho anteriormente, en medio de la crisis económica y general del sistema capitalista mundial y su proyección a Venezuela en diferentes ámbitos de la vida económica, social, política, cultural y militar; y teniendo en cuenta:
a. Los recortes hechos al presupuesto nacional y por tanto a todas las gobernaciones, alcaldías e instituciones del Estado;
b. La experiencia histórica acumulada y los planteamientos del Presidente Chávez en materia de economía política difundidos por televisión y en sus escritos semanales “Las Líneas de Chávez”;
c. La lógica socialista y comunitaria mínima necesaria,
Proponemos las siguientes sugerencias generales, que en escritos posteriores serán aplicados de manera específica y explicativa al tema de la soberanía y seguridad alimentaria:
• Los proyectos de EPS, solo podrán ser financiados por el Estado, a través del Sistema Único de Financiamiento de los Consejos Comunales (SAFONAC), INAPIMI, BANDES, BANFOANDES, BANMUJER, etc., si entre varios requerimientos de tipo técnico y obligatorio cumplimiento, (que no pueden ser los mismos que los exigidos para los proyectos capitalistas), han sido formulados con participación protagónica de los sujetos sociales que lo van a ejecutar, así como de todos aquellos que serán afectados o influidos por su actividad; y también, por los destinatarios de sus productos o servicios.
• Que algunos voceros de Consejos Comunales o líderes comunitarios claves, en la formulación del proyecto, sean financiados por las instituciones públicas de manera temporal. Así, podrán dedicar el tiempo necesario para contribuir con eficiencia en la formulación de proyectos de cierta complejidad, que requieren mucho tiempo y dedicación, como podrían ser por ejemplo: Plantas de procesamiento agroindustrial; depósitos comunales de materiales de construcción y ferretería; proyectos de vivienda comunal, mercado comunitario.
• Todos los proyectos de EPS correspondientes a un mismo estado, o que vayan a desarrollarse en el territorio de una misma comuna en proceso de construcción, deberán ser considerados de manera interrelacionada y sistémica. Esto puede reflejarse en una matriz construida de manera colectiva (con sus propias metodologías) con participación conjunta de integrantes de instituciones públicas, Consejos Comunales y otras organizaciones sociales existentes. Posteriormente deben ser desarrolladas en sus múltiples aspectos y dimensiones.
• Concentrar en unos cuantos proyectos prioritarios, el potencial humano existente y los recursos de todo tipo disponibles, (o susceptibles de conseguir): financieros, técnicos, naturales, ambientales, de infraestructura, etc., para lograr verdaderos éxitos de construcción de economía y cultura socialista, que servirán de referencia y como factor comparación. Los éxitos iniciales, crearán un ambiente social y político favorable para posteriores proyectos de EPS.
• Estos proyectos deben estar localizados en los territorios donde existan las mejores condiciones políticas y sociales para avanzar en la construcción socialista. Por ejemplo: Consejos Comunales bien organizados y realmente activos, PSUV bien dirigido y compenetrado con la población, Alcalde revolucionario, Escuela de Formación Socialista, etc.,unidas a las condiciones técnicas requeridas según estudio de prefactibilidad.
• Estos proyectos solamente serán aprobados si han sido concebidos de manera integral (los que estén incompletos deberán completarse). Deben incluir toda la cadena y red socio productiva (aunque algunos eslabones ya pueden existir y solo haga falta articularlos), porque de lo contrario, como ya lo demuestra la experiencia, serán subordinados y convertidos por los monopolios en eslabones de la reproducción del capitalismo.
• Las cadenas y redes socio productivas deben abarcar:
a. El financiamiento.
b. La producción primaria (agrícola, pecuaria, pesquera, forestal o minera).
c. El acopio y el transporte.
d. La transformación industrial y agroindustrial.
e. La distribución.
f. El Intercambio.
g. El consumo final.
h. La distribución de excedentes.
i. La formación en Gestión Socialista y la capacitación.
• De acuerdo al PNSB 2007-2013 y a las orientaciones presidenciales, podrán participar en estos proyectos y en sus redes socio productivas, diversas formas de propiedad (incluida la privada, de la que hacen parte las cooperativas), pero asegurando la hegemonía de la Propiedad Social: Indirecta (del Estado) y Directa (de las comunidades), sobre la propiedad privada, para que en lo fundamental, los resultados finales en cuanto a productos y servicios (acceso, calidades y precios) , así como la distribución de excedentes, beneficien a la población y al Estado a su servicio, y sirvan para la creación de una economía productiva con relaciones sociales de producción, distribución, intercambio y consumo, con orientación socialista.
• Los eslabones estructurantes de las cadenas, (es decir, los que determinan la orientación estratégica de las mismas) deben ser de propiedad social: Directa, Indirecta, o Mixta entre las dos; y si hay participación privada, esta siempre deberá ser minoritaria.
• Aplicar una Matriz de Modelo de Gestión Socialista (Ver Revista Poliética año 1, 2009, No. 5, Formación y Gestión Socialista, Conclusiones del tercer seminario nacional sobre formación y gestión socialista, Pág. No 40) a los proyectos de EPS y perfeccionarlos con participación social; es decir, de los sujetos que estarán implicados en su ejecución. Esto debe hacerse de manera obligatoria y será un proceso de aprendizaje colectivo sobre socialismo y su construcción planificada con participación social. Si estas condiciones no existen es mejor desistir del proyecto respectivo.
• Todo proyecto deberá contar para su desarrollo y correcta orientación, con por lo menos, un cuadro político de nivel medio con formación socialista y con probada voluntad política (ojala también con formación profesional y técnica pertinente al proyecto) y tener incluido como elemento esencial, la creación de una Escuela de Formación Socialista para todos los sujetos sociales que participarán en la cadena y red socio productiva correspondiente. Si esto no se cumple, tampoco tiene sentido para el Gobierno Nacional que el proyecto sea financiado con recursos del Estado, porque solo generará más capitalismo.
• Para formar al conjunto de cuadros se requiere la existencia de una Escuela Socialista a nivel estadal o regional, con un programa de Formación en Didáctica para los facilitadores que se desempeñarán en todas las demás escuelas de formación socialista: Del estado; de Empresa de Propiedad Social (EPS); de cadena y red socio productiva; de productores libres asociados; de Consejos Comunales y Comunas; de Ministerios, Gobernaciones y Alcaldías.
• Uso de los medios masivos de comunicación para la difusión de los proyectos y sus logros posteriores, facilitando la intercomunicación de sus sujetos sociales y para la formación, en el modelo de gestión socialista, de los trabajadores de empresas y otras unidades económicas, vinculadas a las cadenas, redes socio productivas y comunas.
A estas sugerencias, podrán sumarse muchas otras, surgidas de las experiencias diversas en cada situación particular, en cada estado o región, o por diferentes grupos poblacionales, como pudieran ser las comunidades afro descendientes, indígenas, campesinas; mujeres, jóvenes, indigentes, población carcelaria, medios alternativos de comunicación, etc.
Es importante tener en cuenta la posibilidad de vincular al máximo posible en estos proyectos a cuadros políticos revolucionarios (algunos de los cuales además pueden ser profesionales y técnicos) provenientes de los países del ALBA, y de organizaciones sociales de América Latina y El Caribe, que sean afines a la revolución socialista bolivariana, puesto que esto será un importante proceso solidario, de hermanamiento de los pueblos, para construir de manera conjunta el mayor potencial liberador para los pueblos, comunidades e individuos del continente.