tag:blogger.com,1999:blog-40885636277374703572023-11-15T23:21:26.389-08:00Socialismo en la Redsocialismoenlaredhttp://www.blogger.com/profile/05241358618163923097noreply@blogger.comBlogger364125tag:blogger.com,1999:blog-4088563627737470357.post-27930613270847746932009-09-12T17:01:00.000-07:002009-09-12T17:05:32.241-07:00AHORA SOMOS CONSTRUCCIÓN SOCIALISTA<div style="text-align: center; font-weight: bold; color: rgb(255, 0, 0);">DE AHORA EN ADELANTE SOMOS PARTE DE <span style="font-style: italic;">CONSTRUCCIÓN SOCIALISTA</span>, UN ESPACIO MÁS AMPLIO DONDE SEGUIREMOS DESARROLLANDO EL HUMILDE TRABAJO QUE SE REALIZÓ EN SOCIALISMO EN LA RED<br /><br />ESTA ES NUESTRA NUEVA DIRECCIÓN:<br /><br />http://construccion-socialista.blogspot.com/<br /></div><br /><span class="fullpost"> </span><div class="blogger-post-footer">Socialismo en la Red</div>socialismoenlaredhttp://www.blogger.com/profile/05241358618163923097noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4088563627737470357.post-6426808773642821832009-08-12T20:33:00.000-07:002009-08-12T20:35:13.295-07:00En defensa de la propuesta de Ley Orgánica de Educación<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiouvviArewR5nuStvONUOaQM5G93sj5pPAVat6zM2hnP922JkWsq8LycwbJFYxl5baA89j7t_M4QTNeqRM7GHWWUHphPbDZAuYUi7J_x-KLLLLCecYflQp2HDnEmWVURmdVcwJwsBRQY8/s1600-h/ABN-24-01-2009-241093380515marcha_estudiantes01_0.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 320px; height: 214px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiouvviArewR5nuStvONUOaQM5G93sj5pPAVat6zM2hnP922JkWsq8LycwbJFYxl5baA89j7t_M4QTNeqRM7GHWWUHphPbDZAuYUi7J_x-KLLLLCecYflQp2HDnEmWVURmdVcwJwsBRQY8/s320/ABN-24-01-2009-241093380515marcha_estudiantes01_0.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5369286761186703186" border="0" /></a><br /><div style="text-align: justify;"><br />En estos 10 años de Proceso Bolivariano, la educación ha sido una de las principales prioridades en la inversión social impulsada por el gobierno revolucionario de Hugo Chávez. Una prueba de ello, es haber superado el 7% del PIB en inversión a la educación, recomendación del PNUD para superar las metas del milenio en materia educativa.<br /><br />En este sentido, desde que se prohibió el cobro de matrícula en las instituciones educativas públicas, el índice de escolaridad en todos los niveles se ha incrementado de forma importante, por lo cual son cientos las nuevas instituciones educativas (entre simoncitos, escuelas y liceos) que se han construido en esta década.<br /><br />Por otro lado, las misiones educativas, han significado a partir de su creación, la superación de una enorme deuda social heredada de la IV República, hecho reconocido por diversas instituciones internacionales donde destaca la UNESCO. La Misión Robinson significó la alfabetización de más de 1,5 millones de compatriotas, y la culminación de estudios primarios de cientos de miles de venezolanos y venezolanas. La Misión Ribas ha implicado la prosecución de estudios de bachillerato, a miles de compatriotas que fueron excluidos por las políticas antipopulares de la oligarquía. Gracias a la Misión Sucre y la Misión Cultura, la educación superior se ha masificado como nunca antes, iniciándose un proceso de municipalización de la misma.<br /><br />También el Proceso Bolivariano por medio de la apertura de nuevas universidades y el aumento de las matrículas de otras ha convertido a Venezuela en el segundo país del continente con respecto a la proporción de estudiantes de educación superior, especial mención merecen la creación de la UBV, los convenios Cuba-Venezuela y la expansión de la UNEFA, la UNESR, la UNELLEZ, entre otros.<br /><br />Un hecho que ha permitido disminuir en todos los niveles el fenómeno negativo de la deserción escolar, ha sido las políticas de becas y ayudas impulsadas por el gobierno revolucionario. Gracias a los incentivos económicos dados en las Misiones Educativas y al programa de becas de FUNDAYACUCHO, los venezolanos y las venezolanas, sobre todo los de más escasos recursos, han podido proseguir con sus estudios.<br /><br />Pero además de estas políticas y el desarrollo de infraestructuras educativas, un hecho que ha permitido el avance de nuestra educación en los últimos tiempos, ha sido la mejora sustancial de la situación económica nacional, porque las mejores acciones para disminuir la deserción escolar es el aumento del poder adquisitivo de los sectores populares y la disminución del desempleo, de esta manera nadie (sobre todo niños y adolescentes) tiene que dejar de estudiar para ir a trabajar.<br /><br />Sin embargo, pese a estos importantes avances en materia educativa, el Proceso Bolivariano no ha podido adelantar cambios más profundos, debido entre otras cosas, a la carencia de una legislación que esté a tono con los principios establecidos en la Constitución Bolivariana del año 99 y en el Proyecto Nacional Simón Bolívar. Aun hoy, después de 10 años de gobierno revolucionario, sigue vigente la Ley Orgánica de Educación (LOE) promulgada en 1980.<br /><br />Las diversas coyunturas políticas vividas durante esta última década y el hostigamiento de la oposición han postergado un debate hoy afortunadamente en curso, la discusión en torno a una nueva Ley Orgánica de Educación. Esta discusión es vital, porque a partir de la promulgación de la misma podrán discutirse leyes más específicas como la Ley especial de educación básica o la Ley especial de educación superior.<br /><br />En un proceso revolucionario debe transformarse de forma profunda la educación, porque la misma es uno de los principales factores de reproducción ideológica. Una revolución no puede desarrollarse en el tiempo, si la educación sigue reproduciendo los valores de la vieja sociedad.<br /><br />La educación es uno de los espacios fundamentales donde debe desarrollarse el Hombre Nuevo y la Mujer Nueva, de lo contrario les estaremos dejando a los enemigos de la revolución el terreno educativo, lo cual se traducirá en un retroceso histórico tarde o temprano.<br /><br />Por esta razón, la discusión que hoy se está dando en torno a la nueva LOE, está movilizando a distintos sectores de la oposición que quieren evitar a toda costa la promulgación de la misma. La derecha y el imperialismo están conscientes de la importancia de la educación para el mantenimiento del status quo. Nuevamente están utilizando los viejos argumentos de las amenazas a la patria potestad, a la religión, a una educación plural sin “ideología”, a la autonomía universitaria.<br /><br />De igual forma, las fuerzas del proceso nuevamente han demostrado su incapacidad en materia comunicacional y propagandista, por lo cual su táctica sigue siendo el defensismo, dejándole la iniciativa a la derecha. Esto es peligroso, porque se podría dilatar nuevamente la promulgación de la nueva LOE si la oposición logra movilizar importantes sectores de la sociedad, por eso las fuerzas revolucionarias están obligadas a elevar sus niveles de movilización para respaldar esta iniciativa tardía de la Asamblea Nacional.<br /><br />En la propuesta de LOE aprobada en primera discusión en la AN, encontramos importantes contribuciones que permitirán adecuar todo nuestro sistema educativo al actual ordenamiento constitucional, y por otro lado legitimará institucionalmente ciertas políticas extraordinarias que ha impulsado en materia educativa el Proceso Bolivariano, principalmente nos referimos a las Misiones Educativas.<br /><br />Entre los aspectos que debemos resaltar presentes en la propuesta de LOE, destacan los siguientes:<br /><br />1. Un nuevo marco filosófico-político que permite el desarrollo de nuevos principios y valores pertinentes para la construcción de una nueva educación: liberadora, crítica, humanística, orientada al desarrollo nacional y a la suprema felicidad social.<br /><br />2. Reafirmación del rol del Estado Docente como garante de preservar a la educación como derecho humano universal y deber social fundamental, inalienable. En este sentido está asegurada la gratuidad de la educación hasta el nivel de pregrado universitario.<br /><br />3. Los entes rectores en materia de educación garantizarán el desarrollo y óptimo funcionamiento de las misiones educativas.<br /><br />4. Incorporación de los actores del Poder Popular a la gestión de la educación, teniendo en cuenta el principio de la corresponsabilidad social. En este sentido se promueve la Contraloría Social en materia de políticas educativas.<br /><br />5. Se establece de forma nítida, el carácter laico de la educación, lo cual implica la no intervención de la iglesia en el sistema educativo público. Este principio favorece a las minorías religiosas y sectores no creyentes históricamente vejados por el catolicismo hegemónico. Por otro lado este principio reserva a la familia la orientación religiosa.<br /><br />6. La equidad de género es enunciada como principio que garantiza la igualdad de condiciones y oportunidades en el acceso a una educación de calidad e integral a todos y todas durante toda la vida.<br /><br />7. Se establecen controles a los Medios de Comunicación para que estos sean partícipes de la formación de la población, por medio de una programación educativa. En este orden se prohíbe la incitación del odio en los espacios educativos y en los medios de comunicación.<br /><br />8. Las empresas tanto públicas como privadas están obligadas a dar todas las facilidades para promover la unión del estudio y el trabajo. Por otro lado están obligadas las empresas públicas y privadas de la construcción, ha edificar instituciones educativas de calidad.<br /><br />9. Los Consejos de Estudiantes son establecidos como las nuevas organizaciones en las cuales debe agruparse el estudiantado para fortalecer la democracia participativa y protagónica en el seno de las instituciones educativas.<br /><br />10. Se democratiza la vida interna de las instituciones educativas, con la incorporación en la Comunidad Educativa y en la Comunidad Universitaria del personal obrero y administrativo. De ahora en adelante obreros y empleados podrán tener mayor protagonismo y participación en la definición de las políticas en las instituciones educativas.<br /><br />11. La autonomía universitaria es asumida y respetada en todos sus ámbitos de acuerdo a lo enunciado en la constitución nacional. Pero se establecen unos controles que relativizan la autonomía administrativa, a través del órgano contralor interno, la contraloría social y la vigilancia que ejerce el Estado. Esto es de suma importancia, porque hasta ahora las universidades se han constituido en cajas negras (debe recordarse que el presupuesto de la universidades autónomas es en algunos casos superior al de ciertas gobernaciones), donde los recursos se despilfarran y enriquecen a unas pocas familias profesorales mafiosas.<br /><br />12. La carrera docente y la estabilidad laboral de los profesionales de la educación está plenamente garantizada y reafirmada, tanto en las instituciones públicas como en las privadas.<br /><br />Por estas razones el pueblo venezolano debe movilizarse para apoyar la promulgación de una nueva Ley Orgánica de Educación, que será a todas luces más democrática, más participativa, más avanzada que la LOE anterior.<br /><br />Desenmascaremos las nuevas mentiras que está usando la derecha y el imperialismo para torpedear esta nueva iniciativa del Proceso Bolivariano.<br /><br />La propuesta de LOE debe discutirse en todos los espacios con la clase trabajadora, las mujeres, la juventud. Todo el pueblo debe asumir esta propuesta legislativa contribuyendo con su difusión y desarrollo.<br /></div><br /><br /><div style="text-align: center;"><span style="font-weight: bold;">Construcción Socialista, Juventud SurVersiva, Género con Clase, Insumisas, Socialismo en la Red</span><br /></div><br /><br /><span class="fullpost"> </span><div class="blogger-post-footer">Socialismo en la Red</div>socialismoenlaredhttp://www.blogger.com/profile/05241358618163923097noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4088563627737470357.post-49602424853843344182009-07-19T08:20:00.000-07:002009-07-19T08:24:32.787-07:00América Latina: Trabajadores del sector energético en época de crisis<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgp_LzzvnNYTZUs1SheGE-5QbwBJ3pfcNzzvqfwRlKX9Lm-O2dAGsMv5uQrNFBzskXVjneOifJiCB9wnpm_d3Ont2V336xoZeESUxUKzQOXvunMBn4yGdOlFlwYSvndR8QupAyO0dsGkvY/s1600-h/industria.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 320px; height: 254px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgp_LzzvnNYTZUs1SheGE-5QbwBJ3pfcNzzvqfwRlKX9Lm-O2dAGsMv5uQrNFBzskXVjneOifJiCB9wnpm_d3Ont2V336xoZeESUxUKzQOXvunMBn4yGdOlFlwYSvndR8QupAyO0dsGkvY/s320/industria.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5360192328245610514" border="0" /></a><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-weight: bold;">James Petras</span> Rebelión<br /><br />Traducido por Andrés Prado para Rebelión.org<br /><br />La situación del sector energético en América Latina está determinada por correlaciones tanto internas como externas de fuerzas políticas, el nivel de organización de clase y poder dentro de las clases trabajadoras y dominantes, la situación de la economía mundial y la fuerza y debilidad del imperialismo estadounidense. La “situación del sector energético” hace referencia a diversas variantes en términos de propiedad, volumen económico y distribución de las ganancias dentro de la estructura clasista.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">Correlación de fuerzas internas y externas</span><br /><br />La correlación de fuerzas entre capitalistas y trabajadores en el sector energético en América Latina varía ampliamente: en Venezuela el Gobierno de Chávez, con el apoyo del sindicato de los trabajadores del petróleo, ha incrementado la propiedad pública y ha distribuido las ganancias del petróleo entre las clases populares mediante subsidios alimenticios, sanidad para todos y programas públicos de educación. En el otro extremo se encuentra Colombia en la que, bajo el Gobierno de Uribe, las compañías privadas extranjeras de petróleo están aumentando su control, los beneficios son repatriados a los países imperialistas o sacados del país por la élite doméstica y las ganancias del gobierno subvencionan a la oligarquía, y a escuadrones de la muerte apoyados por el gobierno y al ejército para asesinar y amenazar a líderes sindicales y sociales.<br /></div><br /><span class="fullpost">Entre estos dos polos de la izquierda nacionalista y la derecha neofascista existen otras cuantas variantes: socialdemócrata, social liberal y neoliberal.<br /><br />Bolivia y Ecuador, con Evo Morales y Rafael Correa, representan el enfoque social democrático. Proponen “sociedades” entre el “Estado” y compañías capitalistas extranjeras de petróleo, que compartan los beneficios de la explotación de crudo. Las compañías extranjeras controlan todavía la mayor parte, si no todo, del refinamiento y del comercio y el gobierno social democrático tiene todavía que establecer sus propios “sistemas de marketing”.<br /><br />Las políticas “social liberales” las encontramos en Brasil y Argentina donde las compañías petrolíferas mayores son del Estado sólo nominalmente pues son comercializadas en los mercados de bolsa en Latinoamérica y Wall Street. Las ganancias del Estado son distribuidas en una proporción desigual: la mayor parte usada para subvencionar el sector agro mineral y la parte menor para financiar programas sociales- incluidos programas básicos contra la pobreza.<br /><br />Las políticas neoliberales las encontramos en México y Perú donde compañías petrolíferas anteriormente pertenecientes al Estado se han transferido a compañías extranjeras de petróleo y energía. En México, sólo la militancia del Sindicato Mexicano de Electricistas ha impedido que el Gobierno privatizara esta industria estratégica. Bajo los regímenes neoliberales las ganancias energéticas y del petróleo se han distribuido casi exclusivamente entre las clases dominantes extranjeras y locales y sólo han quedado unas pocas migajas para los trabajadores, los campesinos y las comunidades indígenas en la forma de programas de “pobreza de subsistencia”. Los regímenes neoliberales desinvierten y desvalijan las empresas públicas, disminuyendo su cuota de producción y dejándolas con deudas, tecnología obsoleta y una capacidad en declive para satisfacer obligaciones de ultramar.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">El Impacto del boom económico y la recesión global (2003-2009)</span><br /><br />La actuación y propiedad del sector energético se ven influenciados por la lucha de clases interna, la situación de la economía mundial y la ascensión y caída del imperialismo estadounidense. La crisis del neoliberalismo y las revueltas populares entre 1999 y 2005 cerraron la primera fase de privatización a gran escala en muchos países de Latinoamérica. El derribo de los gobiernos de De la Rua en Argentina, Sánchez de Losado en Bolivia y Noboa y Gutiérrez en Ecuador, la derrota de los golpistas en Venezuela (abril 2002) y el encierro de los jefes (la huelga del petróleo) (diciembre 2002-febrero 2003) llevó a los movimientos radicales de masas a establecer una nueva agenda: la renacionalización del sector energético, del petróleo, del sector eléctrico, de la minería y de otros sectores estratégicos.<br /><br />Sin embargo las revueltas populares no llevaron, con la excepción de Venezuela, a gobiernos de trabajadores y campesinos. En su lugar, alianzas de centro izquierda de orientación de clase media con las clases populares llevaron a algunas reformas parciales. En Bolivia Evo Morales aumentó el rol del Estado en su sociedad con 42 compañías de gas y petróleo de propiedad extrajera. Kirchner montó una compañía estatal pero se negó a renacionalizar Repsol YPF en Argentina. En Ecuador Correa incrementó los impuestos a las compañías petrolíferas pero las compañías multinacionales extranjeras todavía producen el 57% del petróleo. En Brasil Lula rechazó renacionalizar las empresas privatizadas- y la mayoría de las participaciones de Petrobras siguen en las manos de los inversores privados.<br /><br />La mayor lucha contra la explotación de las compañías mineras y de energía en Perú, Colombia, Ecuador y Chile la llevaron a cabo los movimientos indígenas, en algunos casos apoyados por trabajadores del petróleo y organizaciones de campesinos. La razón está clara: las compañías energéticas no estaban simplemente explotando a la mano de obra, estaban destruyendo sus economías y condiciones de vida mediante la contaminación masiva del medio ambiente y el embargo de sus tradiciones.<br /><br />En Brasil la promoción a gran escala y a largo plazo de inmensas plantaciones multinacionales de azúcar y refinerías que producen etanol desplazó a miles de pequeños granjeros y comunidades indígenas e intensificó la explotación de los trabajadores del campo. El movimiento de los trabajadores rurales sin tierra (MST) y otros movimientos sociales del campo, aliados con Lula, se enfrascaron en luchas defensivas. Sin embargo, sin aliados urbanos, no pudieron con la combinación Lula-agro mercado.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">Trabajadores urbanos y sindicatos</span><br /><br />La principal fuerza motriz de las revueltas populares contra el neoliberalismo varía según los países y el momento.<br /><br />En Ecuador los trabajadores del petróleo, la minería y las fábricas se unieron a los movimientos masivos de campesinos para deponer a Noboa al comienzo de la década. En Argentina los parados y la clase media lideraron la lucha en el derrocamiento de De la Rua. En Venezuela los trabajadores del petróleo se dividieron entre una minoría que apoyaba el encierro de los jefes y una mayoría que tomó el control y operó los pozos en apoyo del Presidente Chávez. Sin embargo, a lo largo de la década, los trabajadores del sector energético se han organizado y militado en defensa de su sector económico, oponiéndose a la privatización y protegiendo sus estándares de vida mediante lucha de masas. Pero su presencia en las revueltas populares ha sido escasa. En muchos de los casos los líderes de los sindicatos de la energía han apoyado a los regímenes de centro izquierda para asegurarse concesiones salariales y trabajo seguro. En el mejor de los casos estos sindicatos se han unido en manifestaciones de solidaridad con la lucha masiva de los campesinos, indígenas y parados.<br /><br />Paradójicamente la fuerte y militante organización de los sindicatos de la energía ha llevado a ganancias económicas y reformas del sector, que han llevado a su vez a la creación de islas altamente segregadas de afluencia entre una masa de pobres rurales y urbanos. La pasada década ha sido testigo del declive de los trabajadores de la energía como vanguardia de las revueltas populares: otras clases han ocupado su lugar. Esto ha dado lugar a un peligro de carácter estratégico porque, en el transcurso de privatizaciones a gran escala del sector de la energía, los trabajadores fracasarán en asegurarse el apoyo del resto de la clase trabajadora y los campesinos.<br /><br />Mientras que la explotación del petróleo en el Amazonas crea “trabajos para trabajadores del petróleo”, destruye la forma de vida de las comunidades indígenas y da comienzo a un conflicto entre compañías petrolíferas y sus trabajadores contra la masa de artesanos, pequeños granjeros y comunidades indígenas dependientes de la ganadería, la pesca y la artesanía, próximas a las operaciones mineras y de petróleo.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">La recesión mundial y el sector energético<br /></span><br /><br />La crisis mundial no se puede resolver solamente con huelgas y protestas. Incluso la renacionalización no puede, por sí misma, crear las bases para una recuperación nacional. La única alternativa que enfrentan los trabajadores del sector energético es una “revolución cultural y política” interna en la que se replanteen su estrategia básica y vayan más allá de las luchas sectoriales.<br /><br />La actual recesión profunda y prolongada sólo puede ser afrontada a nivel político nacional mediante un giro hacia la formación de una alianza política amplia y de masas con las clases populares, con una estrategia para ganar poder estatal. A las puertas del colapso del capitalismo, la lucha sindical ya no es efectiva. Los sindicatos sólo pueden tener éxito dando un giro decisivo hacia los movimientos anticapitalistas- un giro hacia una aceptación explícita del socialismo.<br /><br />Hoy día, la totalidad de la clase capitalista se ha apoderado del control del Estado, especialmente de la Hacienda estatal, para financiar su supervivencia y recuperación a expensas de los trabajadores, los campesinos, los indígenas y los pobres urbanos. Según la crisis se hace más profunda, la rebelión de la masa rural y urbana romperá de nuevo los lazos de la burguesía hegemónica. Se elevará la pregunta: ¿serán los trabajadores de la energía parte de una solución socialista o serán parte del problema capitalista? ¿Volverán a ser los trabajadores de la energía parte de la vanguardia o seguirán siendo parte de la retaguardia? Lo que está absolutamente claro es que los trabajadores de la energía ocupan una posición estratégica en el sistema capitalista mundial- sin petróleo nada se mueve, sin electricidad los banqueros no pueden contar sus beneficios y los inversores no pueden leer sus pagos de dividendos.<br /><br />El sistema capitalista nunca ha demostrado en su totalidad hoy día, en la vida real, que es un sistema fallido- ni produciendo bienes y servicios ni proveyendo crédito y financiación ni dando trabajo.<br /><br />La famosa frase de Kart Marx me viene a la mente: “Un fantasma está acechando a la clase capitalista: el advenimiento de la revolución socialista”.<br /><br />-----------------------<br />Presentado en una sesión plenaria de la reunión internacional de trabajadores del sector de la electricidad en México organizada por el Sindicato Mexicano de Electricistas. (SME) Julio 2009.<br /><br /></span><div class="blogger-post-footer">Socialismo en la Red</div>socialismoenlaredhttp://www.blogger.com/profile/05241358618163923097noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4088563627737470357.post-74900406916668882312009-07-19T08:17:00.000-07:002009-07-19T08:20:44.950-07:00La derecha contrataca<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsO_szE-VqWmPrOTq25v5TNs_aWFexCktM12EJWmtcCE9fsR5ghyphenhyphenxuVieKc9xYI0j6vJ5gEbCpgKb947aL2rGlZgOxg0lWsQU-TAMtK_5qPL4aWerXvKpqQ9qs9lkY0a1zfyieXglXcLs/s1600-h/imperialismo.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 313px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsO_szE-VqWmPrOTq25v5TNs_aWFexCktM12EJWmtcCE9fsR5ghyphenhyphenxuVieKc9xYI0j6vJ5gEbCpgKb947aL2rGlZgOxg0lWsQU-TAMtK_5qPL4aWerXvKpqQ9qs9lkY0a1zfyieXglXcLs/s320/imperialismo.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5360191270434005202" border="0" /></a><br /><span style="font-weight: bold;">Immanuel Wallerstein</span> La Jornada<br /><br /><div style="text-align: justify;">La presidencia de George W. Bush fue el momento de mayor arrasamiento electoral por parte de los partidos de centro-izquierda en América Latina en los últimos dos siglos. La presidencia de Barack Obama corre el riesgo de ser el momento de la venganza de la derecha en América Latina.<br /><br />La razón bien puede ser la misma: la combinación de la decadencia del poderío estadunidense con la continuada centralidad de Estados Unidos en la política mundial. Al mismo tiempo, Washington es incapaz de imponerse por sí mismo y todo mundo espera que entre al terreno de juego en el bando de ellos.<br /><br />¿Qué fue lo que ocurrió en Honduras? Hace mucho que este país es uno de los pilares más seguros de las oligarquías latinoamericanas: tiene una clase dominante arrogante y sin arrepentimiento, guarda vínculos cercanos con Estados Unidos y es el sitio de una importante base militar estadunidense.<br /></div><br /><span class="fullpost">En las últimas elecciones, Manuel (Mel) Zelaya fue electo presidente. Siendo un producto de las clases dominantes, se esperaba que continuara jugando el juego en la forma en que los presidentes hondureños lo han jugado siempre. En cambio, inclinó sus políticas hacia la izquierda. Emprendió programas internos que en verdad hicieron algo por la vasta mayoría de la población: se construyeron escuelas en áreas rurales remotas, se aumentó el salario mínimo, se abrieron clínicas de salud. Comenzó su periodo apoyando el tratado de libre comercio con Estados Unidos, pero dos años después se unió al ALBA, la organización de Estados que creó el presidente Hugo Chávez. El resultado fue que Honduras obtuvo petróleo barato procedente de Venezuela.<br /><br />Luego propuso la celebración de un referendo para saber si la población pensaba que era buena idea revisar la Constitución. La oligarquía gritó que éste era un intento de Zelaya para cambiar las leyes y hacer posible que él accediera a un segundo periodo. Dado que se preveía que la consulta ocurriera el día en que su sucesor fuera electo, ésta es claramente una razón inventada.<br /><br />¿Por qué entonces escenificó el ejército un golpe de estado con el respaldo de la Suprema Corte, el Congreso hondureño y la jerarquía católica? Dos factores confluyen aquí: su visión de Zelaya y su percepción de Estados Unidos. En los años treinta, la derecha estadunidense atacó a Franklin Roosevelt como "traidor a su clase". Para la oligarquía hondureña, eso significa que Zelaya, "un traidor a su clase", es alguien que debería ser castigado como ejemplo para otros.<br /><br />¿Y qué pasa con Estados Unidos? Cuando ocurrió el golpe, algunos comentaristas de la izquierda vociferante en la blogósfera le llamaron "el golpe de estado de Obama". Esto no atina al punto de lo que ocurrió. Ni Zelaya ni sus simpatizantes en la calle, ni tampoco Chávez o Fidel Castro, tienen esa visión tan simplista. Todos ellos notan la diferencia entre Obama y la derecha estadunidense (líderes políticos o figuras militares).<br /><br />Parece claro que la última cosa que el gobierno de Obama quería era este golpe de estado. Ha sido un intento por forzarle la mano. Sin duda esto recibió aliento de figuras clave de la derecha estadunidense como Otto Reich (el cubano-estadunidense y ex consejero de Bush) y el International Republican Institute.<br /><br />Desde que ocurrió el golpe de estado en Honduras, Obama, constreñido entre dos posturas fuertes, no hace sino ganar tiempo haciendo guiños a unos y a otros sin asumir una actitud clara.<br /><br />Seamos testigos de algunas de sus aseveraciones más desorbitadas. El ministro de Relaciones Exteriores del gobierno golpista, Enrique Ortez, dijo que Obama era un "negrito que no sabe nada de nada". Hay alguna controversia de qué tan peyorativo es el término "negrito" en castellano. En cualquier caso el embajador estadunidense protestó tajantemente ante el insulto. Ortez se disculpó por su "desafortunada expresión", y se le cambió a otro puesto en el gobierno. Ortez concedió una entrevista a la televisión hondureña diciendo: "No tengo prejuicios raciales, me gusta el negrito del batey que está presidiendo Estados Unidos."<br /><br />Sin duda, la derecha estadunidense es más cortés pero no menos denunciatoria de Obama. El senador republicano Jim DeMint, la diputada republicana cubano-estadunidense Ileana Ros-Lehtinen, y el abogado conservador Manuel A. Estrada, todos han insistido en que el golpe estuvo justificado porque no fue un golpe de Estado, sino justamente una defensa de la Constitución hondureña. Y la blogger derechista Jennifer Rubin, publicó un texto el 13 de julio titulado: Obama está mal, mal, mal respecto a Honduras. Su equivalente hondureño, Ramón Villeda, publicó una carta abierta al presidente estadunidense el 11 de julio, donde decía que: "No es la primera vez que Washington se equivoca y abandona, en momentos críticos, a un aliado y amigo".<br /><br />La derecha hondureña hace su juego buscando ganar tiempo, hasta que el periodo de Zelaya termine. Si logran su objetivo, habrán ganado. Y la derecha guatemalteca, la salvadoreña y la nicaragüense observan por los costados, y ya les pican las ganas de comenzar sus propios golpes de estado contra sus gobiernos que no son ya de derecha.<br /><br />Es posible que la derecha gane las elecciones este año y el año entrante en Argentina y Brasil, tal vez en Uruguay y Chile. Tres analistas importantes del Cono Sur han publicado sus explicaciones. Atilio Borón habla de la "futilidad del golpe". El sociólogo brasileño Emir Sader dice que América Latina enfrenta una encrucijada: "La profundización del antineoliberalismo o la restauración conservadora". El periodista uruguayo Raúl Zibechi titula su análisis La irresistible decadencia del progresismo.<br /><br />Zibechi piensa que las débiles políticas de Lula, Vázquez, Kirchner y Bachelet (Brasil, Uruguay, Argentina y Chile) han fortalecido a la derecha (que avizora adoptando un estilo Berlusconi) y dividieron a la izquierda.<br /><br />Pienso que hay una explicación más directa y simple. La izquierda llegó al poder en América Latina debido a la distracción estadunidense y a los buenos tiempos económicos. Ahora enfrenta una distracción continuada, pero los tiempos económicos son malos y comienzan a culparla porque está en el poder, aunque hay poco que puedan hacer los gobiernos de centro-izquierda respecto a la economía-mundo.<br /><br />¿Puede Estados Unidos hacer algo acerca de este golpe de Estado? Por supuesto. Primero, Obama puede oficialmente etiquetar el golpe como un golpe de Estado. Esto podría disparar una ley estadunidense que le cortara toda la asistencia de Estados Unidos a Honduras. Puede cercenar las continuadas relaciones del Pentágono con los militares hondureños. Puede retirar al embajador estadunidense. Puede decir que no hay nada qué negociar en vez de insistir en la "mediación" entre el gobierno legítimo y los líderes golpistas.<br /><br />¿Por qué no hace todo eso? Es muy simple, también. Tiene al menos otros cuatro super puntos pendientes en su agenda: la confirmación de Sonia Sotomayor en la Suprema Corte; un desbarajuste continuado en Medio Oriente; su necesidad de pasar la legislación de salud este año (si no es en agosto, en diciembre); y de repente una presión enorme por abrir las investigaciones de los actos ilegales del gobierno de Bush. Lo siento, pero Honduras tiene el quinto lugar en la lista.<br /><br />Así que Barack Obama no asume una actitud clara. Y nadie quedará contento. Zelaya puede ser restaurado en el cargo, pero tal vez sólo tres meses a partir de ahora. Demasiado tarde. Pónganle atención a Guatemala.<br /><br />Traducción: Ramón Vera Herrera </span><div class="blogger-post-footer">Socialismo en la Red</div>socialismoenlaredhttp://www.blogger.com/profile/05241358618163923097noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4088563627737470357.post-1223913727377092202009-07-19T08:07:00.000-07:002009-07-19T08:11:06.394-07:00Al papa le hace falta un poco de marxismo<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLqwmEuP2l-yeRb6yh5l_SxD_hxq3YwNpUoNb0gWM20tynlzZ_iB8qMRMjodlgF1uRF0a_ePvpY5d2hQFh6OISPGmnljB_fODCosuQuGBmQIpe0sxuCHEwSfbwbNCGU9FncyuAzY2gkgA/s1600-h/boff2.JPG"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 210px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLqwmEuP2l-yeRb6yh5l_SxD_hxq3YwNpUoNb0gWM20tynlzZ_iB8qMRMjodlgF1uRF0a_ePvpY5d2hQFh6OISPGmnljB_fODCosuQuGBmQIpe0sxuCHEwSfbwbNCGU9FncyuAzY2gkgA/s320/boff2.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5360188878134072146" border="0" /></a><br /><span style="font-weight: bold;">Leonardo Boff</span> | Para Kaos en la Red<br /><br /><div style="text-align: justify;">La nueva encíclica de Benedicto XVI Caritas in Veritate del 7 de julio último es una toma de posición de la Iglesia ante la crisis actual. El conjunto de las crisis que afectan a la humanidad y que conllevan amenazas severas sobre el sistema de la vida y su futuro, pediría un texto profético, cargado de urgencia. Pero no ha sido eso lo que hemos recibido sino una larga y detallada reflexión sobre la mayoría de los problemas actuales, que van desde la crisis económica al turismo, de la biotecnología a la crisis ambiental, y proyecciones sobre un Gobierno mundial de la globalización. El género no es profético, «el cual supondría un análisis concreto de una situación concreta» que posibilitaría emitir un juicio sobre los problemas a la vista en forma de denuncia-anuncio. Pero no está en la naturaleza de este papa ser profeta. Él es un doctor y un maestro. Elabora el discurso oficial del Magisterio, cuya perspectiva no viene de abajo, de la vida real y conflictiva, sino de arriba, de la doctrina ortodoxa que esfuma las contradicciones y minimiza los conflictos. La tónica dominante no es la del análisis, sino la de la ética, la de lo que deber ser.<br /></div><br /><span class="fullpost"> Como no analiza la realidad actual, extremadamente compleja, el discurso magisterial permanece principista, equilibrista y se define por su indefinición. El subtexto del texto, lo no dicho en lo dicho, remite a una inocencia teórica que inconscientemente asume la ideología funcional de la sociedad dominante. Se nota ya al abordar el tema central ―el desarrollo― tan criticado hoy por no tener en cuenta los limites ecológicos de la Tierra. De esto la encíclica no dice nada. Su visión es que el sistema mundial se presenta fundamentalmente correcto. Lo que existen son disfunciones, no contradicciones. Ese diagnóstico sugiere la siguiente terapia, semejante a la del G-20: rectificaciones y no cambios, mejorías y no cambio de paradigma, reformas y no liberaciones. Es el imperativo del maestro: «corrección»; no el del profeta: «conversión».<br /><br />Al leer el texto, largo y pesado, acabamos pensando: ¡qué bien le vendría al papa actual un poco de marxismo! Éste, a partir de los oprimidos, tiene el mérito de desenmascarar las oposiciones presentes en el sistema actual, sacar a la luz los conflictos de poder y denunciar la voracidad incontenida de la sociedad de mercado, competitiva, consumista, nada cooperativa e injusta. Ella representa un pecado social y estructural que sacrifica millones en el altar de la producción para el consumo ilimitado. Esto debería denunciarlo proféticamente el papa. Pero no lo hace.<br /><br />El texto del Magisterio, olímpicamente por fuera y por encima de la situación conflictiva actual, no es ideológicamente «neutro» como pretende. Es un discurso reproductor del sistema imperante, que hace sufrir a todos especialmente a los pobres. No es cuestión de que Benedicto XVI lo quiera o no lo quiera, sino de la lógica estructural de su discurso magisterial. Por renunciar a un análisis crítico serio, paga un alto precio en ineficacia teórica y práctica. No innova, repite.<br /><br />Y ahí pierde una enorme oportunidad de dirigirse a la humanidad en un momento dramático de la historia, a partir del capital simbólico de transformación y de esperanza contenido en el mensaje cristiano. Este papa no valora el nuevo cielo y la nueva Tierra, que pueden ser anticipados por las prácticas humanas, solamente conoce esta vida decadente, y por sí misma insostenible (su pesimismo cultural), y la vida eterna y el cielo que vendrán. Se aleja así del gran mensaje bíblico que tiene consecuencias políticas revolucionarias al afirmar que la utopía terminal del Reino de la justicia, del amor y de la libertad sólo será real en la medida en que se construyan y se anticipen, en los límites del espacio y del tiempo histórico, tales bienes entre nosotros.<br /><br />Curiosamente, haciendo abstracción de nociones fideístas recurrentes («sólo a través de la caridad cristiana es posible el desarrollo integral»), cuando se «olvida» del tono magisterial en la parte final de la encíclica, habla de cosas sensatas como la reforma de la ONU, la nueva arquitectura económico-financiera internacional, el concepto de Bien Común del Globo y la inclusión relacional de la familia humana.<br /><br />Parafraseando a Nietzsche: «¿cuánto análisis crítico es capaz de incorporar el Magisterio de la Iglesia?»<br /><br />Leonardo Boff<br /><br />http://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=337</span><div class="blogger-post-footer">Socialismo en la Red</div>socialismoenlaredhttp://www.blogger.com/profile/05241358618163923097noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4088563627737470357.post-43279439466605201652009-07-14T09:17:00.000-07:002009-07-14T09:20:08.161-07:00BREVES APUNTES SOBRE EL DESARROLLO DEL PROYECTO NACIONAL SIMON BOLÍVAR 2007-2013 (PNSB): ALGUNAS DIFICULTADES A SALVAR.<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQcwYc0QV_p0uxKojniwtpFqXLI8U9wkaVojSePO-ZNxeJDoOnLoc36IZCZHaEqTqL3tKwGbVcvKbXwhELXDvT45aARggDUQNpJrpcclknlyu5yM8YXx5WRMRawqojaBFbM4gu61aCihE/s1600-h/chavez-socialista.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 320px; height: 232px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQcwYc0QV_p0uxKojniwtpFqXLI8U9wkaVojSePO-ZNxeJDoOnLoc36IZCZHaEqTqL3tKwGbVcvKbXwhELXDvT45aARggDUQNpJrpcclknlyu5yM8YXx5WRMRawqojaBFbM4gu61aCihE/s320/chavez-socialista.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5358351092418219874" border="0" /></a><br /><span style="font-weight: bold;">Jaime Corena P.</span><br /><br /><div style="text-align: justify;">A continuación miramos la coherencia de la directriz IV del PNSB con la teoría socialista y algunas medidas del liderazgo de la revolución para desarrollarla.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">COHERENCIA DE LA DIRECTRIZ IV</span><br /><br />La directriz IV del PNSB (rubricado por el Presidente Chávez) es coherente con la propuesta socialista original y está sujeta al desarrollo actual de la teoría socialista, que a nuestro juicio expresa muy bien el trabajo de Mészáros en su obra Más Allá del Capital. La directriz reza:<br /></div><br /><span class="fullpost">“Con el fin de lograr trabajo con significado, se buscará la eliminación de la división social, de la estructura jerárquica y de la disyuntiva entre la satisfacción de las necesidades humanas y la producción de riqueza subordinada a la reproducción del capital”.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">COHERENCIA CON LA TEORÍA ORIGINAL.</span><br /><br /><br />Precisamente en la Ideología Alemana, Marx y Engels (página 43, tomo I, El Perro y la Rana, 2007, Caracas), apuntan que la posibilidad de que no caigan en choque dialéctico fuerte (contradicción antagónica) las actividades materiales y espirituales, el disfrute y el trabajo, la producción y el consumo (asignadas a diferentes individuos), reside solamente en que vuelva a abandonarse la división social del trabajo (subrayado nuestro).<br /><br />Es claro entonces que la búsqueda de la eliminación de la división social del trabajo y su orden jerárquico, según el PNSB, tiene sentido originario. Pero surge una pregunta: ¿En las condiciones concretas de profundización de la Revolución Bolivariana de Venezuela y en su actual contexto internacional y regional, cómo dar pasos progresivos en esa dirección? La revolución soviética poco o nada pudo hacer al respecto y la china hasta ahora no muestra resultados a destacar.<br /><br /><br /><span style="font-weight: bold;">COHERENCIA CON LA TEORÍA SOCIALISTA ACTUAL.</span><br /><br />En Más Allá del Capital, Mészáros, (página 851, Vadell Hermanos, Caracas-Valencia, 2001), precisa a tono con la idea originaria:<br /><br />“DADO que el objetivo de la emancipación socialista es la superación radical de la división social jerárquica del trabajo heredado, importa muchísimo cómo pueden las formas de mediación material transicionales emprender de manera efectiva la tarea de reestructurar el marco metabólico de la sociedad postrevolucionaria”.<br /><br />A esa forma de mediación material transicional es que nos referimos cuando preguntamos por los pasos a dar para avanzar en este objetivo emancipatorio. El estado actual de la respuesta a esta pregunta es una tarea que el liderazgo de la revolución, el Consejo de Ministros, el Buró del PSUV y la Asamblea Nacional deben abordar con apoyo en la más amplia participación de los (as) trabajadores (as).<br /><br />A juzgar por lo que vemos, en las relaciones sociales que todavía se reproducen en las empresas que podemos decir que hacen parte del área de la economía socialista, son muy pocas las huellas que hasta ahora se marcan en dirección a la búsqueda de eliminar la división social del trabajo y su orden jerárquico. El viejo orden cultural del capital, aún domina la gestión empresarial. Y en la organización del trabajo en las instituciones de la República Bolivariana de Venezuela, la cosa tampoco ha cambiado mucho (casi ninguna de estas ha elaborado un plan para avanzar en la directriz IV). Ello, pese a que desde diciembre de 2006 el presidente Chávez llamará a construir la economía socialista.<br /><br />Como elementos de la mediación material transicional que genera conciencia y formación socialista de masas y de cuadros están, a nuestro juicio y entre otros (sobre los hombros de la propiedad social y/o comunal):<br /><br />• La aprobación por asamblea del trabajo de los presupuestos de las empresas y su aplicación.<br />• La definición participativa de costos, precios, excedentes y distribución de estos últimos.<br />• La introducción participativa de nuevos productos para satisfacer necesidades humanas y del país.<br />• La conformación participativa del cuadro de dirección de la empresa y la elección por votación directa y secreta de la gerencia.<br />• El desarrollo científico tecnológico, la calidad y la productividad por medio de unidades de investigación y desarrollo participativas.<br />• La acreditación y potenciación del saber adquirido por experiencia laboral en la empresa y en convenio con universidades.<br /><br />Si estos elementos, y otros relevantes, no se empiezan a incorporar a la vida de las empresas, se convierten en dificultades a salvar y (hasta ahora hay poco al respecto en la Revolución Bolivariana); sino superamos estas dificultades pudiese ocurrir lo que Mészáros advierte (página 851 obra citada):<br /><br />“Porque un fracaso en la progresiva puesta bajo control de las fuerzas que continúan reproduciendo los inicuos parámetros estructurales de la toma de decisiones jerárquica legada por el pasado, condena al proyecto socialista, en el mejor de los casos, al estancamiento si no a la recesión y la involución”.<br /><br />De estas fuerzas reproductoras del pasado si que hay mucho en los ministerios de la economía y en algunas empresas nacionalizadas. Debatir sobre su influencia en el retardo de la aplicación de la directriz IV del PNSB es una tarea que los socialistas no debemos eludir.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">CHÁVEZ DA SEÑALES DE DESARROLLO DE LA DIRECTRIZ IV DEL PNSB.</span><br /><br />En lo que va corrido del año 2009, en especial en el segundo trimestre, el presidente Chávez, en actos en Guayana y La Costa Oriental del Lago ha hecho tres anuncios transcendentales de su gobierno en relación con el desarrollo de la directriz IV del PNSB:<br /><br />• Todas las empresas nacionalizadas en Guayana serían parte de un subsistema de construcción socialista (complejo empresarial obrero de vanguardia), a cuyo interior se establecerían relaciones sociales socialistas acorde con ciertos apuntes que al respecto habían hecho los mismos trabajadores en un evento, cuyo acto de cierre hizo el propio presidente.<br />• Podrían elegirse los gerentes de las empresas de ese complejo por votación directa, previa definición de normas que impidan la reproducción de poderes grupales perniciosos.<br />• Una gran parte de los excedentes, producidos por los trabajadores de las empresas nacionalizadas que prestan servicios a PDVSA en la Costa Oriental del Lago, podrían ser distribuidos según prioridades de desarrollo social, por los consejos de trabajadores de esas empresas y los consejos comunales de ese territorio.<br /><br />Ojala esas medidas anunciadas por el presidente, sean parte del debate (3R) que sobre construcción socialista debe desarrollarse en el PSUV, en los ministerios que dirigen la economía y en la Asamblea Nacional. Y por consiguiente entre los productores libremente asociados de bienes y servicios.<br /><br />Son medidas que de sostenerse en el tiempo y generalizarse apuntarían a que el trabajo (directivo-operativo) participe de la toma de las decisiones fundamentales de las empresas y el conjunto de la economía y siente algunas de las bases de la irreversibilidad de la revolución. De esta forma Chávez empieza a apostar sustancialmente por lo que Mészáros (página 851 obra citada) precisa:<br /><br />“….seguirá siendo igualmente cierto que en un sentido muy profundo el patrón de medición de los logros socialistas es hasta qué grado las medidas y políticas adoptadas contribuyen activamente a la constitución y consolidación bien arraigada de un modo sustancialmente democrático (es decir, verdaderamente no jerárquico en su modo de operación en todas las esferas) de control social y autogestión general. Por consiguiente, no hay forma de que las opiniones de un pensador socialista acerca de la división del trabajo resulten prescindibles”.<br /><br />Las medidas materiales de la mediación transicional, para completar la democratización de la política, la economía y la producción de los conocimientos en la construcción socialista, deberían traducirse en el desarrollo de empresas de propiedad social y /o comunal de alta productividad y calidad, de tal manera que progresivamente por parte del trabajo mismo se muestre que el socialismo es superior al capitalismo en todas las esferas de la actividad humana, y que por tanto haya que controlar de forma social consciente (aprendizaje social o de masas convertido en costumbre) la reproducción metabólica del capital (su división social del trabajo y su orden jerárquico). Esto último no implica en los estadios actuales de la construcción socialista en el marco ALBA, eliminar responsabilidades individuales en los trabajos directivos u operativos, pero sí que el trabajo en su conjunto asuma progresivamente (no por cuenta gotas) la toma asamblearia de las decisiones políticas y económicas fundamentales. </span><div class="blogger-post-footer">Socialismo en la Red</div>socialismoenlaredhttp://www.blogger.com/profile/05241358618163923097noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4088563627737470357.post-33247096346930767762009-07-13T08:03:00.000-07:002009-07-13T08:08:03.352-07:00Por qué leer a Julio Antonio Mella<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHjGr0COeGWU6ApKOYPvL8DcOjqNnyVoVmq6rNyLAXApj_H2Kbckaeop-1S-uUpAHn78gsehmrC0WOIUabGESGl_iqquaUqVcsS4ChXfBmw-MFzc88SpYCUSkmLOePViNSqcfBiu2I6zc/s1600-h/mella.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 219px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHjGr0COeGWU6ApKOYPvL8DcOjqNnyVoVmq6rNyLAXApj_H2Kbckaeop-1S-uUpAHn78gsehmrC0WOIUabGESGl_iqquaUqVcsS4ChXfBmw-MFzc88SpYCUSkmLOePViNSqcfBiu2I6zc/s320/mella.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5357961566667279810" /></a><br /><span style="font-weight: bold;"><br />Julio César Guanche</span>e <br /><br /><div style="text-align: justify;">I.- Julio Antonio Mella nació el 25 de marzo de 1903 en Cuba. En la mayor de las Antillas sucedía el primer experimento neocolonial a nivel planetario: conservó el estatuto de país dominado a favor de una metrópoli y fue laboratorio para estructurar en el siglo xx la condición más general del desarrollo capitalista dependiente. En su ámbito familiar, Mella nació como hijo «bastardo» de la relación extramatrimonial entre un sastre acaudalado, Nicanor Mella Breá, y la joven irlandesa Cecilia McPartland Diez. Su abuelo paterno fue general de las luchas por la independencia de Dominicana. Ninguno de estos datos es gratuito para comprender la formación de su personalidad: conoció la discriminación de los hijos «naturales», siendo un adolescente pudo viajar en primera clase, recorrer geografías, quiso y hubiese podido estudiar en México, fue el estudiante mejor vestido de la Universidad de La Habana al tiempo que el mayor promotor de la reforma universitaria; fue señalado por algunos como mestizo pero fue admitido en clubes exclusivos para blancos; creció bilingüe a la escucha de las historias de próceres independentistas latinoamericanos y del eco, débil en la voz de la madre, de las luchas sociales irlandesas; trabó amistad, por vía familiar, con Eusebio Hernández, veterano de la guerra de independencia cubana y después insigne profesor universitario; fue discípulo del poeta, periodista y político mexicano Salvador Díaz Mirón, se formó políticamente en el seno de un pujante movimiento obrero, bajo hegemonía anarcosindicalista, en un país con presencia significativa de proletariado urbano y con los agudos problemas propios del campo subdesarrollado, pudo llamar «Maestro» a un anarcosindicalista antisectario como Alfredo López, uno de los pocos que podía dialogar y reconocer a los «enemigos fraternos», los comunistas; forjó su ideario democrático y socialista en la lucha contra una dictadura y contra la opresión neocolonial, en medio de la emergencia de las vanguardias artísticas, del movimiento estudiantil, del femenino y del obrero propiamente dicho, vio sufrir a su esposa mientras su hija dormía en la tapa de una maleta de viaje, sostuvo una relación personal y política muy intensa con una artista de vanguardia y combatiente internacionalista como Tina Modotti y conoció la brutalidad de las necesidades del exilio.<br /></div><br /><span class="fullpost">Esa amalgama le otorgaría importantes ventajas a Mella: leer los textos del marxismo en sus traducciones inglesas, cuando eran aún muy escasas en español; moverse entre diversos estratos sociales y contextos culturales, estar bien situado históricamente para comprender la trama revolucionaria de la independencia anticolonial cuando el marxismo vivía confusiones trágicas respecto a «lo nacional», introducir la estrategia política, inédita en Cuba, de movilizar a la nación a través de una huelga de hambre, hecho que le llegaba en su tradición irlandesa; combatir el sectarismo e imaginar alianzas políticas impensables para la corrección revolucionaria de su momento; ser dogmático y después superarse con tanta agilidad como hondura, comprender el legado de la esclavitud y formular las reivindicaciones de la racialidad como derechos ciudadanos, contribuir a convertir definitivamente el antingerencismo en antimperialismo, considerar el marxismo como una filosofía que no pretende inventar un mundo sino dar cuenta de la transformación del realmente existente, inaugurar un nuevo pensamiento sobre José Martí y sobre la tradición liberal revolucionaria cubana y un largo etcétera. Entre otras cosas por esto es útil leer a Mella: para comprender cómo elaboró una obsesión —la libertad—, y alcanzó una estrategia —el socialismo.<br /><br />2.- Julio Antonio Mella es uno de los principales exponentes de la generación fundadora del marxismo latinoamericano. Sin embargo, en 2009 la puerilidad de algunas de sus tesis inspira compasión. Mella repitió con entusiasmo escolar varias de las posiciones del pensamiento positivista y determinista que pasó durante décadas como «marxismo soviético». En particular, siguió la ruta del determinismo que confiaba el futuro a las reglas inexorables de la historia: «El desenvolvimiento de la historia está determinado por las fuerzas de producción, por el juego fatal de las fuerzas económicas».[1] Se equivocó a gritos en la comprensión sobre la cuestión indígena, asumiendo posturas del marxismo prohijado por Stalin, en una célebre polémica con Víctor Raúl Haya de la Torre. Comprendió de modo esquemático el perfil de los intelectuales y de su función en una política revolucionaria, y reclamó «deberes» del intelectual respecto a la cuestión social con un lenguaje y un tono que hoy producen, por lo menos indiferencia, después de haber causado pavor. Su pensamiento contiene varias contradicciones sin solución. Habiendo sido separado de la dirección de los dos partidos comunistas en los que militó, el cubano y el mexicano, siguió defendiendo el concepto del «partido de vanguardia», inspirado en la socialdemocracia kaustkiana, y continuado en parte por el leninismo, que comunica desde un afuera ideológico —la vanguardia, la elite, el líder, el jefe— la conciencia política a las masas y subordina todo el desarrollo de estas al ritmo y al perfil del movimiento de esa vanguardia, al tiempo que defendió la praxis como la única fuente de la conciencia revolucionaria. Después de considerar la fábrica, a la manera de Gramsci, como «el dinamo generador de la energía industrial, social y política» de la Revolución, «la parte […] fundamental del laboratorio donde se prepara la sociedad comunista»[2], y de haber elogiado los consejos obreros, y la propia forma sovietista como la manera de organizar el régimen del trabajo, agrega que «la reorganización de una fábrica socialista nada tiene que envidiar, en cuanto a perfección técnica y administrativa, a esas maravillas de la industria estadounidense» y que «toda la perfección industrial del capitalismo se la ha asimilado el primer Estado socialista».[3] Por ese camino, terminará en la loa a la planificación regida por el Consejo Supremo de Economía de la URSS, «regulador nacional de la producción, guardián celoso de las necesidades del pueblo, de cuánto hay que producir y de qué hay que producir».[4] Sin saberlo, Mella repetía la misma idea que garantizó por décadas dos victorias esenciales para el imaginario capitalista: a) que la organización económica, «racional, científica y eficiente», del capitalismo es un instrumento técnico al servicio de la economía, y no el expediente de la normalización reproducida cotidianamente por el orden de poder capitalista, y b) la tesis de la planificación como «celosa guardiana» de las necesidades del pueblo, que deviene, en ausencia de participación popular, planificación burocrática y garantía del poder burocrático. Aún cuando, en la estela marxiana, Mella produjo análisis más complejos que otros autores de su tiempo sobre las clases medias y el campesinado —más allá de la falsa dicotomía entre «burgueses contra proletarios»—, redujo toda la diversidad social a una estrecha comprensión clasista. Mella visitó la Unión Soviética en 1927, cuando esta vivía ya intensas contradicciones, y graves tragedias, y terminó escribiendo un panegírico culpable de leso candor, como si no hubiese tenido noticias allí más que de un mundo feliz. Tómese en cuenta, solo por el ejemplo, este párrafo: «En la URSS un centenar de nacionalidades libertadas del yugo zarista entran en el pleno desarrollo de todas sus facultades artísticas, a la par que de las económicas y políticas y nos enseñan la contribución que el genio nacional de esos pueblos aporta a la futura y heterogénea civilización internacional socialista».[5] Pero el líder revolucionario cubano murió asesinado por Gerardo Machado sin cumplir los 26 años de vida y apenas pudo dejar, en muchos casos, las intuiciones geniales de quien con bastante probabilidad hubiese alcanzado una síntesis entre José Martí y Antonio Gramsci, entre Rosa Luxemburgo y Augusto César Sandino. Por esto, es importante leer a Mella: para comprender muchas de las «enfermedades infantiles», incluso de lo más avanzado del primer marxismo latinoamericano.<br /><br />3.- Julio Antonio Mella comprendió lo esencial del marxismo: «la emancipación de los trabajadores ha de ser obra de los trabajadores mismos». Este es su desideratum: encontrar en la autonomía de la persona, y en la independencia de la organización revolucionaria, el recurso de la libertad. «Si lo producís todo, producid en fin, vuestra liberación y la de todos los oprimidos».[6] Es esencial comprender las magnitud de este aserto de Mella: la tradición preponderante en el socialismo existente hasta hoy ha sido la del «socialismo desde arriba», con el culto permanente al Estado y con la presencia omnisciente de las figuras esclarecidas, y los grandes líderes conductores de masas —lo que fue camuflado por el marxismo soviético con los rótulos del «Estado Popular» y el «papel de la personalidad en la historia». Mella combate la realidad de enajenación política que representa el Estado, en el sentido que tiene en la obra de Marx —estrictamente contrario a la forma en que lo comprendió el Socialismo de Estado— cuando afirma: «¿El Estado? Solamente esos “ciegos” que no pueden ver lo que no les conviene pueden afirmar su libertad, su imparcialidad en la gran guerra social».[7] El joven líder revolucionario comprende que el desarrollo del movimiento socialista, como el «movimiento mismo» de los trabajadores, en paráfrasis de Rosa Luxemburgo, exige al menos tres condiciones: un partido que viabiliza y coordina la lucha, pero que no la «dirige» como una entidad «superior» del movimiento; un aparato estatal que reconozca la asociatividad obrera resultante de la lucha; y el desarrollo expansivo, por independiente, del movimiento socialista. A este socialismo «desde abajo», único factible para sostener la libertad como trama continuada, le es imprescindible defender, siempre, lo que afirma Mella: «proclamar nuestra absoluta independencia de los valores consagrados, de las normas fosilizadas que dan la patente de “revolucionario”, de los maestros que se han atribuido en este siglo veinte, la vanidosa pretensión de ser pastores cuando ya nadie quiere ser rebaño».[8] «En los momentos presentes, quizás mejor que en cualquier otra ocasión, los oprimidos se dan cuenta exacta de esta verdad. Ya están comprendiendo que su emancipación solo podrá ser obra de ellos mismos. No más caudillismo, ora sea militar, civil o intelectual». […]. La masa explotada no se va a liberar ni por las espadas providenciales, ni por los licenciados eruditos, ni por los falsos intelectuales que se dicen profetas…».[9] Mella restituye hoy una pregunta esencial del marxismo: el para quién es la revolución, para quién es el socialismo: entiende que no se trata de liberar a unos para oprimir a otros, sino de liberar a unos como condición para liberar a los demás: a los trabajadores, a los excluidos del trabajo, a los empleados precarios, a los trabajadores informales, pero, en general, para encarar no solo las diferencias producidas por el lugar ocupado en el trabajo, sino todas las diferencias — las desigualdades— producidas por la explotación. Mella recuerda que el marxismo es una filosofía de la justicia: no trata sobre la pobreza, sino sobre las causas de generación de las condiciones de la pobreza: la ausencia de posibilidad de intervenir sobre ellas; como es por igual una filosofía de la libertad: no trata sobre seres más o menos pobres, ni más o menos ricos, sino sobre hombres y mujeres más libres. Por ello, es conveniente leer a Mella: para conservar su vigencia como pensador antimperialista, pero también para estudiarlo como un pensador de la democracia socialista.<br /><br />4.- La comprensión de Mella sobre el antimperialismo es un núcleo duro de sus hallazgos, pero, en comparación, permanece yacente su pensamiento sobre la práctica democrática de la construcción socialista. Mella apenas usó la expresión «dictadura del proletariado». En ocasiones empleó el término muy contradictorio ideado por Lenin: «dictadura democrática de obreros y campesinos». Mella parece haber preferido la expresión «democracia proletaria», cuyo énfasis en la democracia antes que en la dictadura es evidente. La cuestión de fondo aquí consagrada es esencial: no hay en el marxismo una línea que defienda privar de derechos políticos a las fracciones revolucionarias en pugna —como ni siquiera la hay, en rigor, contra los derechos democráticos de la burguesía: la hegemonía revolucionaria debe resolverse, siempre, en la correlación de fuerzas a través de la construcción política. El diálogo de Mella con el liberalismo democrático es singular: está lejos de condenarlo en masa, y lo califica para distinguir sus usos políticos. En su etapa universitaria, describe al estudiantado de avanzada como «el elemento sano, joven vigoroso y liberal»[10], cuestiona a los «liberales utopistas» que creen en la posibilidad de la libertad en la sociedad actual, pero en abril de 1928, en plena madurez de su pensamiento, se refiere a la subversión que prepara como «necesaria revolución, democrática, liberal y nacionalista»[11]. El programa de la Asociación de Nuevos Emigrados Revolucionarios Cubanos (ANERC), organización fundada por los marxistas revolucionarios cubanos en el exilio mexicano y dirigida por Mella, es explícito en su ideario democrático: «abolición del régimen militar despótico hoy existente, y organización de la vida política sobre bases democráticas, garantías para el ejercicio de los derechos de reunión, asociación y libre emisión del pensamiento de palabra y escrito a todos los ciudadanos, sin distinción de clase social, ni credo; abolición de la pena de muerte, reforma del Código Electoral, que facilitase la reorganización de los partidos y la formación de otros nuevos, reforma democrática de la Constitución».[12] En su glosa sobre Martí, Mella explaya su concepción: «¿Qué hubiera dicho y hecho [Martí] ante el avance del imperialismo, ante el control de la vida política y económica por el imperialismo, ante las maniobras de este entre los nacionales, para salvaguardar sus intereses? Hubiera tenido que repetir su segunda estrofa sobre el error, ponerla en práctica: “no hay democracia política donde no hay justicia económica”, hubiera tenido que afirmar».[13] Mella comprende la conquista de un consenso social a favor de las prácticas del socialismo como un proceso que afirma paso a paso en los hechos el contenido de su promesa: «En política y en economía también como “dentro del cascarón de la sociedad actual se va formando la nueva”. Las cooperativas, los sindicatos, los partidos obreros, las escuelas proletarias, los editoriales revolucionarios, etc., son una demostración de la futura democracia proletaria».[14] O sea, deben serlo. Por ello es importante leer a Mella, para rearmar la teoría del socialismo con la necesidad de la «democracia sin fin», esto es, con la democratización permanente de la democracia.<br /><br />5.- Cuando Mella afirma, con Bakunin y con Marx, que la emancipación de los trabajadores ha de ser obra de sí mismos, entra en conflicto con el marxismo institucionalizado en su época. De esa tesis se desprende la necesidad de la independencia de la organización revolucionaria. Mella fue uno de los dirigentes principales del Partido Comunista de México (PCM) y, enfrentado al ala derecha de ese partido, fue denunciado como joven irresoluto y traidor en materia ideológica —o sea, acusado de trotskista. Sin ser seguidor abierto de Trostky, sostuvo dos grandes focos de tensiones con el PCM: el primero de ellos, alrededor de la cuestión obrera y sindical, y, el segundo, sobre su proyecto de preparar una insurrección armada que desembarcase en Cuba para la lucha armada revolucionaria contra Machado. Junto a Diego Rivera, defendió una política obrera frente al sindicalismo corrupto y entregado de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) que conseguiría de momento triunfar: obtienen de la Internacional Comunista la autorización para el nacimiento de la Confederación Sindical Unitaria de México, auténtica victoria de las bases revolucionarias obreras contra el sindicalismo «amarillo» hegemonizado por Luis N. Morones —a quien el decir popular llamaba Luis «Millones», por su vida de «líder proletario» millonario. No obstante, poco después Mella sería acusado por la derecha del PCM, que pidió su expulsión, del «crimen de trabajar contra la línea del partido» y fue destituido de su puesto en la dirección de ese partido. En esa atmósfera, el PCM negó todo apoyo a la insurrección en Cuba, en el contexto de una política soviética de no fomentar sublevaciones en el patio trasero de los Estados Unidos. Mella suspendió toda colaboración con el Partido y prosiguió con su proyecto, en contra, otra vez, de la teoría tenida por revolucionaria y de la política de la sacrosanta Internacional. En los cientos de páginas escritas por Mella no hay una sola mención a Stalin. Conocía por su viaje a la URSS, y por Andreu Nin durante su estancia en Moscú, y así de primera mano, sobre el conflicto entre Stalin y Trotsky y de los enfoques de la Oposición de Izquierda —que, dentro del bolchevismo y la defensa de la URSS, combatía la política de Stalin. Mella desmintió de modo oficial seguir sus tesis y negó afiliación alguna al trotskismo. Pero la acusación de serlo lo perseguiría tenazmente. Sin embargo, no hace falta rumiar sus textos para reivindicar sus avenencias con el fundador del Ejército Rojo, más allá de las menciones admirativas que le dedica siempre y los guiños a obras de Trostky aparecidos en varios de sus trabajos, pues esa admiración por Trotsky es la que siente, acrecentada, por Lenin: es la militancia en el marxismo revolucionario. De hecho, Mella criticaba con lucidez las deformaciones. Cuando Haya de la Torre intenta un juego malabar: «la emancipación de los latinoamericanos ha de ser obra de los latinoamericanos mismos», el líder cubano comprende que esta parodia cambia el sentido del ideal revolucionario y restituye el sentido: se trata de la emancipación de las naciones y de las personas: de los sujetos oprimidos y de las nacionalidades oprimidas.[15] Ante el colaboracionismo, estrategia y táctica del movimiento sindical mexicano organizado en la CROM, cuya filosofía cabe sintetizar en esta frase de Vicente Lombardo Toledano: «el movimiento obrero debe penetrar hasta en aquellas organizaciones que son instrumentos del capital para conquistar sus mejoras», Mella formula una pregunta que conserva toda vigencia: «¿Quién utiliza a quién?»,[16] para dilucidar el gran dilema de cómo deben relacionarse las organizaciones revolucionarias con el aparato institucional del sistema burgués. El debate sobre este punto alcanza posiciones extremas: desde la solución de desconexión hasta la de integración respecto al stablishment. La postura de Mella parece, en principio, prudente. «Nosotros somos partidarios de trabajar en las organizaciones susceptibles de revolucionarse, en todos los organismos que cuentan con masa obrera y campesina o elementos revolucionarios».[17] Mella recuerda que la estrategia revolucionaria pone condiciones, no férreos límites, que sirve al desarrollo de la práctica y no a la conservación de la «pureza» de la ideología, ese pretexto autoritario. El problema es más grave si el entorno político ofrece ventajas al movimiento sindical, como sucede con el tipo de gobiernos llamados «progresistas», que integran al sistema capitalista las demandas de clase y consiguen con ello desmovilizar las luchas obreras y confundir su perfil. La independencia de clase de la organización es el antídoto de Mella contra el desarme, por cooptación, del movimiento obrero, pero no ha de ser entendido como «sectarismo» de clase. De hecho, Mella se enfrentó a la política de «clase contra clase», preconizada por la Internacional Comunista e imaginó alianzas políticas claves para conseguir éxito en las condiciones del entramado social cubano: «Los comunistas de Cuba, sin fusionarse con el Partido Nacionalista [integrante de la oposición burguesa al dictador Machado], guardando la independencia del movimiento proletario[,] lo apoyarían en una lucha revolucionaria por la emancipación nacional verdadera, si tal lucha se lleva a cabo».[18] Mella no pierde la guía: lo que no se puede hacer es dejar a «la clase obrera aislada o entregada a las otras clases para [que] cuando las condiciones cambien —como ahora está sucediendo en México —, se encuentre huérfana y sin dirección».[19] Por ello, es necesario leer a Mella: para comprender que sin independencia política del Estado, y del sistema institucional, el movimiento socialista se convierte en el mendigo del Rey, sea el rey Sol o el Rey ciudadano.<br /><br />6.- Mella aporta al marxismo clásico una fortaleza primordial para impugnar el eurocentrismo desde el cual se difundió en las primeras décadas del siglo xx y para permitirle comprender el mundo emergente de la dominación colonial: la idea y la práctica del nacionalismo revolucionario. En época de Mella, aún no se conocían en América Latina todos los textos de Marx sobre Rusia, la India e Irlanda, o de Lenin al abordar el Oriente, que años después permitirían una lectura sobre la interdependencia entre capitalismo y colonialismo y sobre la historia de las formaciones sociales no centrada en el Occidente capitalista como único instrumento del devenir civilizatorio. En tiempos de Mella los obreros «no tenían patria». La patria socialista de los trabajadores, o era el mundo, o era una invención burguesa. Según Mella, esta política se justificaba «por el hecho de que el socialismo es internacionalista y los obreros no tienen por qué luchar por la independencia de su país, sino de su clase nada más. Olvidan que para que la clase obrera se independice hay primero que emanciparse como nación».[20] Mella es quien primero se lanza en Cuba con gran densidad histórica y eficacia política en la reconstrucción, y la recuperación del concepto de patria, dicho con más exactitud del concepto de nación, para el socialismo, cuando para muchos Cuba era un país cuya primera aspiración era convertirse precisamente en nación. Mella recupera la tradición patriótica de las luchas por la independencia nacional del siglo xix y la fusiona con el ideal de la liberación social, en clave de la emancipación de la dominación clasista. Por ello, su lectura sobre Martí es tan original como beligerante: el proyecto no es sustituir «al rico extranjero por el rico nacional».[21] Mella afirma: «Toda Cuba es hoy un Baire. Más, para que el próximo “grito” no pueda ser traicionado, para que sea uno verdaderamente popular y democrático le añadimos el complemento de “Para los trabajadores”. Ya no será ¡Cuba Libre…! para los nuevos tiranos sino para los trabajadores. Quien se diga demócrata, progresista, revolucionario en el verdadero sentido que la respeta: ¡Cuba Libre, para los trabajadores! Esta es la única manera de aplicar los principios del Partido Revolucionario [Cubano, de José Martí] de 1895 a 1928».[22] Con esto, Mella alcanza comprensiones que servirán de base ideológica a las dos revoluciones sociales que Cuba experimentará después de su muerte: la de 1930 y la 1959: «La causa del proletariado es la causa nacional» y «solo la nueva revolución podrá liberar [a Cuba] del colonialismo».[23] Por ello es necesario leer a Mella: por ser un pensador anticolonial, es precursor de los debates de hoy sobre las nacionalidades oprimidas como sujetos de cambio político; por ser un pensador socialista, alcanza la síntesis que explica como cada elemento ha dejado de ser lo que era: el nacionalismo se comunica con el internacionalismo y la patria y la nación dejan de ser un proyecto oligárquico y blanco para convertirse en un proyecto popular y mestizo.<br /><br />7.- Mella dirigió, desde el movimiento estudiantil, la reforma universitaria en Cuba a partir de 1922 y comprendió que su avance efectivo estaba ligado al devenir de una revolución social. Pasado el primer momento reformista, con reivindicaciones enfocadas hacia el ámbito universitario en particular, Mella afirma: «Lo que caracteriza la Revolución Universitaria es su afán de ser un movimiento social, de compenetrarse con el alma y necesidades de los oprimidos, de salir del lado de la reacción, pasar “la tierra de nadie”, y formar, valiente y noblemente, en las filas de la revolución social, en la vanguardia del proletariado».[24] Su pensamiento sobre la educación tiene una fijación: el monopolio de la cultura usurpa la posibilidad democrática, como su táctica sobre la revolución tiene otra obsesión: impedir que los contenidos de la revolución puedan aislarse unos de otros. Si se aíslan, como cepas de virus, son combatidos con minuciosidad. Si la reforma universitaria no transita hacia la revolución social, termina obteniendo, acaso, algunas ventajas corporativas sin alcanzar lo esencial que buscaba, si la revolución social no pasa por la reforma universitaria, la cultura se incomunica con el futuro. Mella piensa la organización escolar como una dimensión de la democracia y considera imprescindible: a) democratizar el acceso a la escuela, razón desde la cual crea la Universidad Popular José Martí, b) someter la organización escolar a las reglas del funcionamiento democrático que se aspira para la vida del conjunto social, y c) comprender que «la emancipación definitiva de la cultura y de sus instituciones no podrá hacerse sino conjuntamente con la emancipación de los esclavos de la producción moderna»[25], o sea, conjuntamente con la instauración del régimen del trabajo libre. Aquí hay un método para encarar políticas del presente. Mella seguía la costumbre de su época —lo sigue siendo de la nuestra— de valerse de atributos femeninos, como por igual de veladas referencias denigrantes hacia la homosexualidad, cuando polemizaba y buscaba calificar en negativo. Quien quiera reivindicar la dignidad de las diferencias, no encontrará siempre en él a un defensor, pero sí puede percibir una estrategia: la articulación entre las luchas y el flujo entre sus contenidos. Por ello, leer a Mella aporta una clave para enfocar un punto esencial de hoy: el socialismo, sin políticas hacia las diferencias, carece de estrategia para entenderse con la sociedad, pero las políticas de la diferencia, sino se encuentran con el socialismo, carecen de horizonte.<br /><br />8.- Mella combatió, hasta costarle la vida, contra el sistema, pero también se alzó contra las dominaciones cotidianas —contra el poder del profesor en el sistema escolar, contra su propio padre por pagar salarios bajos a sus empleados—, como vivió también la rebeldía respecto a su propia militancia en organizaciones revolucionarias. Fue uno de los fundadores del Directorio de la Federación de Estudiantes de la Universidad de la Habana, después ocupó su presidencia y a poco se vio forzado a renunciar, acusado de autoritarismo, porque su radicalización y su creciente inmersión en el mundo del sindicalismo revolucionario, encontró fuerte resistencia en el movimiento estudiantil. Por otra parte, fue uno de los fundadores del primer Partido Comunista de Cuba, y apenas unos meses después de su creación fue separado de él por protagonizar una huelga de hambre de 19 días, que lo llevó al borde de la muerte, sacudió al país, y alcanzó al continente, por la irresponsabilidad de sus actos «individualistas», «inconsultos» y carentes de «solidaridad clasista», según la calificación de su Partido. En ambos casos, Mella supo conservar la dignidad en la derrota. El joven líder consiguió, lejos de negar tres veces su nombre, emerger de esas batallas con las fuerzas de la consecuencia: entender que la disciplina no es sumisión y ser capaz de negociar desde principios sin olvidar que la política es cuestión de millones, como aprendió de Lenin. El revolucionario lo es también frente a las formas de la organización revolucionaria —por ello reconstruye el concepto de disciplina como lealtad—, el revolucionario «negocia» con la realidad, porque comprende el triunfo como la dialéctica entre la construcción de hegemonía y la captura del momento revolucionario: «Lo importante —decía Mella— no es pensar que vamos a realizar la revolución dentro de unos minutos, sino si estamos capacitados para aprovechar el momento histórico cuando éste fatalmente llegue. No es una lotería la revolución: es un pago a plazo fijo aunque ignorado el día exacto. Los rusos bolchevistas (sic), los cubanos del pasado siglo no tenían ninguna organización de masas actuando diariamente. Pero sí las células magníficas de los revolucionarios del momento oportuno».[26] Por eso, es útil leer a Mella: porque se aleja de la tradición blanquista, y de la cultura política del jacobinismo, como grupo conspirador o vanguardia iluminada que hace la revolución y después la distribuye como legado sagrado al pueblo, sino que entiende tanto la necesidad de la acumulación política como la de explotar de modo radical el momento de posibilidad revolucionaria.<br /><br />9.- Mella comprendió bien la relación entre imperialismo y capitalismo. Usaba la expresión «imperialismo capitalista», para definir el proceso: el imperialismo no califica como un epifenómeno, un hecho secundario que continúa al principal sin influir sobre él, sino de una nueva fase del capitalismo, a la manera de Lenin. Por ello ambos términos son necesarios para explicar cada uno. Así, entrevió con lucidez la subordinación del desarrollo del capitalismo en Cuba al desarrollo del imperialismo en América Latina. Mella afirma: «En toda la América sucede igual. No se sostiene un gobierno sin la voluntad de los Estados Unidos, ya que el apoyo del oro yanqui es más sólido que el voto del pueblo respectivo. Hoy los pueblos no son nada, ya que la sociedad está hecha para ser gobernada por el dólar y no por el ciudadano. Hay que hacer la revolución de los ciudadanos, de los pueblos, contra el dólar»,[27] con palabras de gran resonancia en el discurso latinoamericano contemporáneo, que reivindica la necesidad de revoluciones ciudadanas, enfrentadas a la abolición de la política como cosa pública, a favor de su ejercicio privado —destructivo de la posibilidad de la libertad como hecho individual, social y nacional— a manos de los grandes intereses trasnacionales —o locales trasnacionalizados. Mella localizó los «males de Cuba en la estructura económica» y en la dependencia fatal de «una sola gran industria monopolizada por el capitalismo extranjero».[28] En consecuencia, el programa de Mella, a través de la ANERC, busca diversificar la propiedad y la producción: «el reparto de tierras a los campesinos pobres y a los colonos arruinados con el fin de crear una economía agrícola independiente y nacional».[29] Con este objetivo, patrocinaría «la cooperación en la producción, en la utilización de la maquinaria agrícola y en la venta de los productos» y la creación de un Banco Nacional de Refacción Agrícola, bajo el control de las mismas organizaciones campesinas. En todo momento, Mella refuerza la necesidad del control de los trabajadores sobre el proceso productivo: «participación directa y efectiva de las organizaciones de colonos y obreros en los organismos encargados de regular la producción de azúcar, con el fin de que las medidas que se tomen no se realicen, como ahora, solamente en favor de los grandes intereses azucareros a costa de los intereses del proletariado y del semi-proletariado»,[30] y promueve una legislación adecuada para la formación de una verdadera industria y comercio nacional independiente, a la vez que reclama revisar el Tratado Comercial con los Estados Unidos. La denuncia del imperialismo alcanza así al capitalismo y a la crítica de su visión civilizatoria. Mella se opuso con firmeza a la pena de muerte: «levantemos nuestro grito de protesta ante el terror que se inicia, ante la inútil severidad, ante el crimen cometido en nombre de la ley arcaica y contra los principios de la ciencia nueva».[31] Enfrentó con terquedad la discriminación racial y afirmó el lugar del negro en la sociedad y la historia cubanas, así como prefiguró algunas de las problemáticas que llegaron hasta nuestros días bajo el rótulo del «Quinto Centenario», en lo que respecta al papel de la explotación del indígena en el desarrollo del capitalismo y en lo que alude a la responsabilidad histórica de España con la colonización de América. Mella pensó que la revolución tecnológica por sí misma traería mayores posibilidades para la revolución social —sin analizar de modo más complejo cómo puede servir también para alejarla, como ha sucedido en el mundo capitalista occidental después de la Revolución francesa—, pero con ese criterio también escapa del sostenido desdén, proveniente de una vasta ignorancia y de la regimentación del saber, que mantuvieron muchas izquierdas hacia los desarrollos técnicos de su época. Quería con ello poner al socialismo en el curso de la revolución tecnológica y no a remolque de ella, sabiendo que el socialismo no puede ser la imagen del hombre ignorante del campo que mira embelesado el desarrollo, ajeno e incomprensible, de los seres mitológicos de la ciudad-civilización-capitalismo. Al mismo tiempo, defiende una política socialista del deporte que se opone al criterio de la competición mercantil como aniquilamiento físico del deportista mientras hace culto falsario a la salud del atleta. Por eso es importante leer a Mella, para situar el dominio imperialista en el campo más general, cultural, de la dominación capitalista y entender el mapa de su funcionamiento, y para recolocar los términos de «civilización y barbarie». En contra de la tradición que asocia Occidente y el capitalismo modernizador con la civilización, y a la barbarie con la tradición originaria del continente, Mella afirma que la civilización es el socialismo y su derrota es el triunfo de la barbarie capitalista: «El trabajador comprende cada vez más que entre él y la naturaleza hay un intruso que es preciso quitar de en medio: el capitalista»,[32] escribe con un eco profundo de la estela dejada por José Martí sobre el tema.<br /><br />11.- Durante mucho tiempo, la responsabilidad por la muerte de Mella se le ha adjudicado al Stalinismo en la figura de Vittorio Vidali, presentado por unos como héroe romántico —el célebre comandante Carlos Contreras en la lucha por la República española—, y por otros como asesino grotesco, implicado, entre otras, en las muertes de Trostky y de Andreu Nin. Según se afirma, Vidali le espetó un día a Mella, fuera de sí: «No lo olvides nunca: de la Internacional se sale de dos maneras, ¡o expulsado o muerto!». Los historiadores Adys Cupull, Froilán González, Rolando Rodríguez, y Cristine Hatzky han aportado las pruebas definitivas sobre el asesinato de Mella. Ellos brindan información exhaustiva sobre la trama implementada por Machado para ejecutarlo después de contratar para el empeño al cubano José Magriñat y tras desembarazarse de varios políticos que, aun en el seno del Machadato, se habían opuesto sucesivamente a negociar la extradición de Mella hacia Cuba, luego a pretender comprarlo por soborno y más aún a asesinarle. Los testigos cubanos de la determinación de Machado de matar a Mella contaron sobre su fría e inflexible resolución para acabar con la vida del líder y acerca de todo el proceso que llevó al desenlace fatal. Sin embargo, ambas versiones explican mejor la vida de Mella que su muerte: lo explican todo sobre su carácter revolucionario. Enemigo de los déspotas de las oligarquías, de los tiranos del capitalismo, y de los fanáticos sepultureros de las revoluciones. Fue asesinado por Machado, pero fue el hijo nunca aceptado por el comunismo soviético. Julio Antonio Mella personifica la imagen del revolucionario verdadero: de quien se ve obligado a ser un rebelde, en palabras de Fernando Martínez Heredia, para poder ser un revolucionario. Pueden citarse muchos errores en su vida, pero es muy difícil encontrar una opción suya que no se situase siempre a la izquierda del espectro tenido por revolucionario. Ser rebelde es la única forma de ser revolucionario. El revolucionario, por serlo, es un hijo bastardo de la cultura oficial de su época, sus ideas son advenedizas para la teoría aceptada, sus tomas de posición resultan siempre incómodas para las burocracias que se proclaman e incluso se imaginan como revolucionarias. Mella fue el hijo «bastardo» que aspiró a un socialismo que, aunque parezca un imposible después de la historia del siglo xx, todavía puede y debe anunciar «con todos y para el bien de todos» como la buena nueva de su triunfo. Su pensamiento nutrió la imaginación de la única revolución socialista triunfante en Occidente, la Revolución cubana de 1959, cuando esta debió ser muy rebelde respecto a la cultura oficial de su tiempo para poder ser una Revolución. Pero Mella no sirve solo para legitimar un pasado glorioso, su pensamiento —y sobre todo su actitud— ha de acompañar la zozobra de los experimentos necesarios a las revoluciones del futuro: estas no lo serán sin hacer naturaleza plena la rebeldía. Por eso, es imprescindible leer a Julio Antonio Mella: por lo mucho que debe andar en América todavía.<br /><br />La Habana, mayo de 2009<br /><br />* Introducción a Julio Antonio Mella. Textos escogidos, antología en proceso de edición por Ocean Sur, con selección y prólogo de Julio César Guanche.<br /><br />[1] «El grito de los mártires». Todos los textos citados pertenecen a Julio Antonio Mella.<br />[2] «Cuadros de la Unión Soviética».<br />[3] Idem.<br />[4] Idem.<br />[5] Idem.<br />[6] «Mensaje a los compañeros de la Universidad Popular».<br />[7] «Los estudiantes y la lucha social».<br />[8] «Nueva ruta a los estudiantes».<br />[9] Idem.<br />[10] «Función social de la universidad».<br />[11] «¿Hacia dónde va Cuba?».<br />[12] «Nuestro proyecto de programa para unificar al pueblo cubano a una acción inmediata por la restauración de la democracia».<br />[13] « Glosas al pensamiento de José Martí».<br />[14] « Los estudiantes y la lucha social».<br />[15] «¿Qué es el ARPA?».<br />[16] « Cómo interpreta el laborismo la lucha antiimperialista».<br />[17] Idem.<br />[18] «¿Qué es el ARPA?».<br />[19] A este propósito, Mella también agrega: «El obrero se hace ilusiones creyendo que va a emanciparse dentro de la sociedad capitalista, sin violencias, sin gobierno obrero y campesino, sin socialismo, sin llegar nunca al Comunismo.” «El capitalismo obrero como formula de salvación».<br />[20] « La V Conferencia Obrera Panamericana».<br />[21] «Los nuevos libertadores».<br />[22] « El por qué de nuestro nombre».<br />[23] «Los nuevos libertadores» y «¿Hacia dónde va Cuba?».<br />[24] «Los estudiantes y la lucha social».<br />[25] « El concepto socialista de la reforma universitaria».<br />[26] «Carta a Sarah Pascual»<br />[27] «Cuba: un pueblo que jamás ha sido libre».<br />[28] «Nuestro proyecto de programa para unificar al pueblo cubano a una acción inmediata por la restauración de la democracia».<br />[29] Idem.<br />[30] Idem.<br />[31] «Los prejuicios del siglo bárbaro. La pena de muerte y los crímenes oficiales».<br />[32] « El dominio del aire».<br /><br />http://www.rosa-blindada.info/ </span><div class="blogger-post-footer">Socialismo en la Red</div>socialismoenlaredhttp://www.blogger.com/profile/05241358618163923097noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4088563627737470357.post-55718260010057900462009-07-10T05:53:00.000-07:002009-07-10T05:58:08.344-07:00CRISIS MUNDIAL DEL CAPITALISMO Y CONSTRUCCION DEL SOCIALISMO EN VENEZUELA: COMUNAS Y ECONOMÍA COMUNAL, PLANEACIÓN Y PRESUPUESTOS PARTICIPATIVO.<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8GtlvWco65YmZ84DPbMn9TcWO4uzoxTUBVEQeZJKfU8t3KbxEnivcuJ3Wg5GMy_jrJoE_7jThEVBrAnejX8nwVp-PLBxuFC8LD5jQYBP3bHqFC_sTUTfGV2IQqkq9oKP8Su7VglDjl_M/s1600-h/Trabajadores_sector_petroleo_Venezuela.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 320px; height: 235px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8GtlvWco65YmZ84DPbMn9TcWO4uzoxTUBVEQeZJKfU8t3KbxEnivcuJ3Wg5GMy_jrJoE_7jThEVBrAnejX8nwVp-PLBxuFC8LD5jQYBP3bHqFC_sTUTfGV2IQqkq9oKP8Su7VglDjl_M/s320/Trabajadores_sector_petroleo_Venezuela.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5356814797959449794" border="0" /></a><br /><span style="font-weight: bold;">Rafael Enciso Patiño</span>. Caracas. Junio 5 de 2009.<br /><br /><div style="text-align: justify;">En una perspectiva de transición del capitalismo al socialismo en la República Bolivariana de Venezuela, el pueblo organizado en Consejos Comunales, Comunas, Consejos de Trabajadores y Redes de Productores de Materias Primas, debe participar en la planificación de todas las dimensiones de la vida: en sus aspectos políticos, sociales, culturales, económicos y ambientales.<br /><br />La democracia participativa y protagónica de la población se hace real, no solo cuando vota para elegir a sus gobernantes, si no, en muchas otras decisiones de tipo periódico, que afectan su vida cotidiana. En especial, cuando participa en la elaboración de los planes de desarrollo y presupuestos de una localidad o territorio; en los presupuestos, planes de trabajo anual y en la distribución de excedentes de una Empresa de Propiedad Social (EPS), en un Consejo Comunal, o en el futuro cercano, en las Comunas Socialistas, ahora en proceso inicial de construcción.<br /></div><br /><br /><span class="fullpost"> Por medio de los planes y presupuestos de las organizaciones sociales y económicas, se decide hacia dónde quiere avanzar la sociedad: qué problemas o necesidades quiere resolver; que aspiraciones quiere alcanzar; cómo quiere lograr estos objetivos y en qué tiempo; que trabajadores participarán en el logro de los objetivos; con qué recursos contarán para ello y cómo se distribuirán los recursos disponibles entre los diversos programas, proyectos y actividades que se van a ejecutar; posteriormente, cómo se distribuirán los excedentes generados mediante el trabajo social.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">La economía rentista de Venezuela </span><br /><br />En el caso de Venezuela, el pueblo trabajador cuenta con el apoyo del Gobierno Revolucionario del Presidente Chávez, que destina grandes recursos para apoyar los proyectos de los Consejos Comunales, que provienen en su mayor parte de la renta petrolera. Esta última circunstancia, se debe a que su economía fue distorsionada y su aparato productivo fuertemente constreñido durante 500 años por las políticas del imperialismo y las oligarquías, que convirtieron a Venezuela en un país subordinado y dependiente: exportador de petróleo crudo y consumista e importador de casi todo lo necesario para la vida, en especial los alimentos y bienes manufacturados: de lujo para las oligarquías y de mediana y baja calidad para el resto de la población.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">La alienación y el consumismo capitalista, destrucción de la cultura productiva</span><br /><br />La venta, uso y consumo de bienes importados, fue sistemáticamente promovida en toda América Latina por los medios masivos de comunicación: la radio a partir de mediados de los años 30, el cine y la televisión a partir de los años 50 del siglo pasado. Manipulando las conciencias y fabricando deseos, Estados Unidos y Europa nos impusieron parte de sus hábitos de vida y patrones de consumo, y con el modelo de la globalización neoliberal implantado a partir de los años 70 del siglo XX, sustituyeron la poca producción nacional existente por más importaciones, con las cuales, su economía y sus ganancias crecían y sus niveles de desempleo se hacían relativamente bajos.<br /><br />Así, destruyeron o disminuyeron gravemente la cultura productiva de la población, tanto agrícola como industrial de los países dependientes (incluida Venezuela); estimularon la migración del campo a la ciudad y fueron causa del desempleo crónico, la falta de ingresos para la población, la pobreza y miseria extremas, la descomposición social y la delincuencia generalizada.<br /><br />Gran parte de la población fue alienada y obligada a adaptarse para vivir sin producir, -o produciendo muy poco-, en trabajos relacionados con el comercio y los servicios (a excepción de los vinculados a la actividad petrolera), en una economía rentista, en donde la mayor parte de los ingresos del Estado provienen de la venta del petróleo. Este es extraído del subsuelo mediante el trabajo, pero no es producido por él, sino por la naturaleza. Sus precios son determinados en el mercado mundial por la oferta y la demanda, y por los movimientos especulativos del gran capital financiero e industrial. Finalmente, los altos precios del petróleo (que se forman cuando se juntan varias de las circunstancias arriba planteadas, más una fuerte organización y políticas coordinadas de los países exportadores) son pagados por los trabajadores del planeta, a quienes los capitalistas trasladan sus costos, mediante el aumento del precio final de cualquier mercancía, para cuya producción se utilice energía proveniente de combustibles fósiles. <br /><br /><span style="font-weight: bold;">Rentismo y clientelismo político, herencia nociva de la cuarta república</span><br /><br />La renta se distribuye a través del aparato del Estado, que en el sistema capitalista es instrumento de opresión y manipulación del pueblo. Una de sus formas más odiosas y alienantes es el clientelismo político, que ha sido práctica generalizada en el capitalismo y que, desafortunadamente, aún se aplica en parte en Venezuela por no pocos “polítiqueros” y funcionarios públicos reproductores del sistema de explotación capitalista, que superaremos con el socialismo bolivariano, cuyas bases culturales y materiales se construyen de manera progresiva con el Plan Nacional Simón Bolívar 2007-2013, y su proyección al año 2019.<br /><br />El clientelismo político es un chantaje. Es la compra del voto y la conciencia de los ciudadanos; la manipulación de la acción política de los ciudadanos con recursos del Estado: “si ayudas a elegir y votas por determinado politiquero, entonces tu hijo tendrá la beca; o tú tendrás un empleo en un ministerio o institución pública; tendrás el anhelado aumento de sueldo, o pasarás a ser empleado fijo; tendrás acceso a una vivienda por la política habitacional, etc., etc.” Y así, en todos los aspectos de la vida. Esto es algo que debe ser liquidado por completo de las costumbres políticas en Venezuela, si queremos un Estado Comunal y Socialista al servicio del pueblo y no, un Estado y un pueblo al servicio de explotadores, burócratas y corruptos.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">Ha mejorado la calidad de vida del pueblo</span><br /><br />Como resultado de las políticas del gobierno revolucionario del Presidente Chávez y la reestructuración de las relaciones internacionales del país para recuperar la soberanía nacional; su incidencia en las políticas de la OPEP; el aumento de los precios del crudo en el mercado internacional; la superación del golpe de Estado en 2002 y del golpe petrolero en 2002- 2003 por la acción masiva y revolucionaria del bravo pueblo de Venezuela y su estamento militar, el país contó entre los años 2005 y 2008 con grandes ingresos de divisas.<br /><br />Con estos recursos, a pesar de que aún existe mucha corrupción dentro del Estado y sus instituciones, se ha logrado mejorar notablemente la calidad de vida del pueblo, realizando importantes inversiones en servicios sociales: alimentación, salud, educación y cultura (Misiones Sociales); en obras de infraestructura; y en la creación – con apoyo de países aliados como China, Rusia, Irán y Argentina-, de las bases de una industria nacional capaz, -si se gestiona con orientación socialista-, de satisfacer parte de las necesidades de la población y de afianzar en el mediano plazo la soberanía nacional.<br /><br /><span style="font-weight: bold;"><br />Crisis mundial del capitalismo y necesidad de superar la economía rentista, con una economía productiva comunal, socialista y sustentable </span><br /><br />Pero la situación ha cambiado drásticamente: la crisis mundial del capitalismo, con sus expresiones financiera y económica, con epicentro en los países industrializados, y en el calentamiento global que está afectando el planeta con todos sus habitantes, tiene un fuerte efecto en Venezuela por su incidencia en el Presupuesto Nacional. Los precios del petróleo cayeron en febrero de 2009 hasta menos de 40 dólares por barril, cuando fueron calculados a 60 dólares en el presupuesto nacional para el mismo período. En años anteriores el precio llegó hasta los 150 dólares.<br /><br />Esto obligó al Presidente y a la Asamblea Nacional a reajustar el presupuesto en el mes de febrero de 2009 y a subir el IVA del 9% al 14%, afectando el monto de los recursos disponibles para la ejecución de muchos de los proyectos nacionales, los presupuestos y planes de desarrollo de las gobernaciones y alcaldías, y la capacidad adquisitiva de los trabajadores. A pesar de todo, las inversiones para el gasto social se mantuvieron, gracias a fuertes reservas internacionales acumuladas durante varios años y a los fondos de desarrollo creados por el Presidente Chávez.<br /><br />El precio del crudo ha subido lentamente desde el mes de marzo para alcanzar los 60 dólares en junio de 2009 y se espera que pueda ubicarse en los 70 dólares al final del año. Pero la profundización de la crisis, ya convertida en recesión, que frena e incluso obliga a disminuir la producción industrial en los más poderosos países capitalistas de Europa, Estados Unidos y Japón, podría presionar de nuevo los precios a la baja. Es una situación de incertidumbre. La construcción del socialismo requiere planificación y no incertidumbre. O, en todo caso, cada día mayor planificación y menor incertidumbre.<br /><br />Por esto; y porque en la etapa actual de la revolución es indispensable crear nuevas relaciones sociales con valores socialistas en los procesos integrados de financiamiento, producción, distribución, intercambio y consumo, la planificación y el presupuesto participativo no pueden basarse solamente en determinar las necesidades y aspiraciones de la comunidad, definiendo prioridades, para solicitar al Estado, los recursos que permitan satisfacerlas. Esto genera dependencia del Estado y no corresponsabilidad entre Estado y Comunidad; minusvalía de la comunidad y sus integrantes. Parasitismo y alienación social. Estimula el clientelismo político, el burocratismo y la corrupción.<br /><br />Es indispensable crear, con participación protagónica del pueblo una economía en transición al socialismo, productiva y de servicios, capaz de satisfacer de manera sustentable sus necesidades materiales y culturales, y de crear las mejores condiciones para su máxima estabilidad, seguridad y felicidad posibles. Con lo cual se avanzará en la construcción de verdadero Poder Popular, que es necesariamente socialista, y en la minimización del clientelismo político, que reproduce al viejo Estado burgués, que a su vez, reproduce las principales bases de la explotación y de la reproducción metabólica del capital: a. La división social y la estructura jerárquica del trabajo, b. La alienación social y c. La propiedad privada sobre los medios fundamentales de producción. Esto se puede hacer por medio de Empresas de Propiedad Social (EPS) con gestión socialista, que pueden ser propiedad social directa (de las comunas), indirecta (del Estado) o mixta, en donde se combina la propiedad social de las comunas, con la del Estado.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">Planificación participativa, poder popular y economía comunal</span><br /><br />Las comunidades organizadas deben planificar con mucha inteligencia: qué necesidades satisfacer de manera prioritaria y cómo invertir de manera sustentable, los recursos del Estado, complementados con formas de autofinanciamiento comunal.<br /><br />No se trata de producir solamente cosas, bienes materiales, se debe producir al mismo tiempo, productos y cultura socialista; propiciar el desarrollo endógeno local y regional socialista para depender cada vez menos, tanto del apoyo del Estado como de las importaciones, puesto que, junto a varios motivos de importancia estratégica, en caso de volver a una situación de bajos precios del petróleo en el mercado mundial, y en la medida en que vayan disminuyendo las reservas internacionales y los fondos sociales, habrá menor cantidad de divisas disponibles y por tanto, solo será posible importar lo esencial.<br /><br />En otras palabras: las Comunas y el Poder Popular con contenido socialista solo existirán de manera real, si cuentan con una economía productiva, en la que la población y los trabajadores de un territorio, conjuntamente con el Estado a nivel local o regional, tomen las decisiones fundamentales sobre: qué producir, cómo hacerlo y con qué modelo de gestión; cómo distribuir el resultado del trabajo y cómo distribuir los excedentes que se generen en el proceso de financiación, producción, transformación, distribución y consumo.<br /><br />Como ha orientado el Presidente Chávez, esta economía debe concretarse en Empresas de Propiedad Social Directa (de la comuna) con Gestión Socialista, articuladas a las cadenas y redes socio productivas de su rubro o sector. En ellas, las Empresas de Propiedad Social Indirecta (del Estado) juegan un papel primordial, a las que deben articularse también otras formas de propiedad social y privada (incluye a las cooperativas).<br /><br />Esto es válido en todos los sectores de la economía pero, en este período incipiente (aunque decisivo) de transición del capitalismo al socialismo, se debe dar prioridad a: la soberanía y seguridad alimentaria de la población; la salud, la educación y la cultura; la vivienda; el derecho al trabajo digno, no alienado ni explotado; y a la prestación cotidiana de servicios de todo tipo a la población, a través de trabajadores de múltiples oficios organizados manera interdisciplinaria en EPS: albañilería, plomería, electricidad, carpintería, etc., etc.<br /><br />Criterios fundamentales para la selección de los proyectos de Empresas de Propiedad Social (EPS) a financiar<br /><br />Como hemos dicho anteriormente, en medio de la crisis económica y general del sistema capitalista mundial y su proyección a Venezuela en diferentes ámbitos de la vida económica, social, política, cultural y militar; y teniendo en cuenta:<br /><br />a. Los recortes hechos al presupuesto nacional y por tanto a todas las gobernaciones, alcaldías e instituciones del Estado;<br />b. La experiencia histórica acumulada y los planteamientos del Presidente Chávez en materia de economía política difundidos por televisión y en sus escritos semanales “Las Líneas de Chávez”;<br />c. La lógica socialista y comunitaria mínima necesaria,<br /><br />Proponemos las siguientes sugerencias generales, que en escritos posteriores serán aplicados de manera específica y explicativa al tema de la soberanía y seguridad alimentaria:<br /><br />• Los proyectos de EPS, solo podrán ser financiados por el Estado, a través del Sistema Único de Financiamiento de los Consejos Comunales (SAFONAC), INAPIMI, BANDES, BANFOANDES, BANMUJER, etc., si entre varios requerimientos de tipo técnico y obligatorio cumplimiento, (que no pueden ser los mismos que los exigidos para los proyectos capitalistas), han sido formulados con participación protagónica de los sujetos sociales que lo van a ejecutar, así como de todos aquellos que serán afectados o influidos por su actividad; y también, por los destinatarios de sus productos o servicios.<br />• Que algunos voceros de Consejos Comunales o líderes comunitarios claves, en la formulación del proyecto, sean financiados por las instituciones públicas de manera temporal. Así, podrán dedicar el tiempo necesario para contribuir con eficiencia en la formulación de proyectos de cierta complejidad, que requieren mucho tiempo y dedicación, como podrían ser por ejemplo: Plantas de procesamiento agroindustrial; depósitos comunales de materiales de construcción y ferretería; proyectos de vivienda comunal, mercado comunitario.<br />• Todos los proyectos de EPS correspondientes a un mismo estado, o que vayan a desarrollarse en el territorio de una misma comuna en proceso de construcción, deberán ser considerados de manera interrelacionada y sistémica. Esto puede reflejarse en una matriz construida de manera colectiva (con sus propias metodologías) con participación conjunta de integrantes de instituciones públicas, Consejos Comunales y otras organizaciones sociales existentes. Posteriormente deben ser desarrolladas en sus múltiples aspectos y dimensiones.<br />• Concentrar en unos cuantos proyectos prioritarios, el potencial humano existente y los recursos de todo tipo disponibles, (o susceptibles de conseguir): financieros, técnicos, naturales, ambientales, de infraestructura, etc., para lograr verdaderos éxitos de construcción de economía y cultura socialista, que servirán de referencia y como factor comparación. Los éxitos iniciales, crearán un ambiente social y político favorable para posteriores proyectos de EPS.<br /><br />• Estos proyectos deben estar localizados en los territorios donde existan las mejores condiciones políticas y sociales para avanzar en la construcción socialista. Por ejemplo: Consejos Comunales bien organizados y realmente activos, PSUV bien dirigido y compenetrado con la población, Alcalde revolucionario, Escuela de Formación Socialista, etc.,unidas a las condiciones técnicas requeridas según estudio de prefactibilidad.<br /><br />• Estos proyectos solamente serán aprobados si han sido concebidos de manera integral (los que estén incompletos deberán completarse). Deben incluir toda la cadena y red socio productiva (aunque algunos eslabones ya pueden existir y solo haga falta articularlos), porque de lo contrario, como ya lo demuestra la experiencia, serán subordinados y convertidos por los monopolios en eslabones de la reproducción del capitalismo.<br /><br />• Las cadenas y redes socio productivas deben abarcar:<br /><br />a. El financiamiento.<br />b. La producción primaria (agrícola, pecuaria, pesquera, forestal o minera).<br />c. El acopio y el transporte.<br />d. La transformación industrial y agroindustrial.<br />e. La distribución.<br />f. El Intercambio.<br />g. El consumo final.<br />h. La distribución de excedentes.<br />i. La formación en Gestión Socialista y la capacitación.<br /><br />• De acuerdo al PNSB 2007-2013 y a las orientaciones presidenciales, podrán participar en estos proyectos y en sus redes socio productivas, diversas formas de propiedad (incluida la privada, de la que hacen parte las cooperativas), pero asegurando la hegemonía de la Propiedad Social: Indirecta (del Estado) y Directa (de las comunidades), sobre la propiedad privada, para que en lo fundamental, los resultados finales en cuanto a productos y servicios (acceso, calidades y precios) , así como la distribución de excedentes, beneficien a la población y al Estado a su servicio, y sirvan para la creación de una economía productiva con relaciones sociales de producción, distribución, intercambio y consumo, con orientación socialista.<br /><br />• Los eslabones estructurantes de las cadenas, (es decir, los que determinan la orientación estratégica de las mismas) deben ser de propiedad social: Directa, Indirecta, o Mixta entre las dos; y si hay participación privada, esta siempre deberá ser minoritaria.<br /><br />• Aplicar una Matriz de Modelo de Gestión Socialista (Ver Revista Poliética año 1, 2009, No. 5, Formación y Gestión Socialista, Conclusiones del tercer seminario nacional sobre formación y gestión socialista, Pág. No 40) a los proyectos de EPS y perfeccionarlos con participación social; es decir, de los sujetos que estarán implicados en su ejecución. Esto debe hacerse de manera obligatoria y será un proceso de aprendizaje colectivo sobre socialismo y su construcción planificada con participación social. Si estas condiciones no existen es mejor desistir del proyecto respectivo.<br /><br />• Todo proyecto deberá contar para su desarrollo y correcta orientación, con por lo menos, un cuadro político de nivel medio con formación socialista y con probada voluntad política (ojala también con formación profesional y técnica pertinente al proyecto) y tener incluido como elemento esencial, la creación de una Escuela de Formación Socialista para todos los sujetos sociales que participarán en la cadena y red socio productiva correspondiente. Si esto no se cumple, tampoco tiene sentido para el Gobierno Nacional que el proyecto sea financiado con recursos del Estado, porque solo generará más capitalismo.<br /><br />• Para formar al conjunto de cuadros se requiere la existencia de una Escuela Socialista a nivel estadal o regional, con un programa de Formación en Didáctica para los facilitadores que se desempeñarán en todas las demás escuelas de formación socialista: Del estado; de Empresa de Propiedad Social (EPS); de cadena y red socio productiva; de productores libres asociados; de Consejos Comunales y Comunas; de Ministerios, Gobernaciones y Alcaldías.<br /><br />• Uso de los medios masivos de comunicación para la difusión de los proyectos y sus logros posteriores, facilitando la intercomunicación de sus sujetos sociales y para la formación, en el modelo de gestión socialista, de los trabajadores de empresas y otras unidades económicas, vinculadas a las cadenas, redes socio productivas y comunas.<br /><br />A estas sugerencias, podrán sumarse muchas otras, surgidas de las experiencias diversas en cada situación particular, en cada estado o región, o por diferentes grupos poblacionales, como pudieran ser las comunidades afro descendientes, indígenas, campesinas; mujeres, jóvenes, indigentes, población carcelaria, medios alternativos de comunicación, etc.<br /><br />Es importante tener en cuenta la posibilidad de vincular al máximo posible en estos proyectos a cuadros políticos revolucionarios (algunos de los cuales además pueden ser profesionales y técnicos) provenientes de los países del ALBA, y de organizaciones sociales de América Latina y El Caribe, que sean afines a la revolución socialista bolivariana, puesto que esto será un importante proceso solidario, de hermanamiento de los pueblos, para construir de manera conjunta el mayor potencial liberador para los pueblos, comunidades e individuos del continente.<br /></span><div class="blogger-post-footer">Socialismo en la Red</div>socialismoenlaredhttp://www.blogger.com/profile/05241358618163923097noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4088563627737470357.post-16331388771741253842009-07-04T18:13:00.000-07:002009-07-04T18:16:25.094-07:00Medios de Comunicación Privados, la otra cara del Imperialismo<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaFoDqzP5gAXe-tjz-SksOu6asxx3KeBMmKifQl86Ynt4gAuHO32yN-YBFrM2pKf0jkFJq1x2DaE-_6_WCIu5_meXO-pfHmgFOMW5YJsjQUDJX7ckzDFt_I5j91uVeb_BtYp_liXbQtnQ/s1600-h/zviewer.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 320px; height: 201px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaFoDqzP5gAXe-tjz-SksOu6asxx3KeBMmKifQl86Ynt4gAuHO32yN-YBFrM2pKf0jkFJq1x2DaE-_6_WCIu5_meXO-pfHmgFOMW5YJsjQUDJX7ckzDFt_I5j91uVeb_BtYp_liXbQtnQ/s320/zviewer.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5354778545788944882" border="0" /></a><br /><span style="font-weight: bold;">Por Luis R Delgado J</span><br /><br /><div style="text-align: justify;">En varias ocasiones uno ha leído o escuchado que los medios de comunicación privados son instrumentos o responden a los intereses del imperialismo, pero lo cierto es que esta parte fundamental de la industria cultural capitalista, no es títere ni instrumento, es parte misma del actual orden capitalista mundial.<br /><br />Si entendemos al imperialismo como un sistema mundial caracterizado por la monopolización transnacionalizada de capitales, nos damos cuenta que la industria mediática mundial no escapa de esta realidad. CNN o FOX son monopolios capitalistas de las mismas proporciones que una Nestlé, General Motors o Microsoft.<br /></div><br /><span class="fullpost"><br /><br />Esto es bueno tenerlo presente para no caer en el error de considerar la industria mediática como un conglomerado empresarial de segunda, ubicado por detrás de los complejos industriales, bancarios, energéticos, alimentarios, tecnológicos, armamentistas o farmacéuticos. No es así, la burguesía dueña de los medios de comunicación es tan poderosa como las otras fracciones burguesas transnacionales (comerciales, bancarias, financieras, industriales, etc.), y comparten con ellas la mayoría de los intereses globales burgueses, por lo cual está muy bien alineada en el campo de la lucha de clases mundial.<br /><br />Los medios de comunicación privados son las armas ideológicas más importantes con que cuentan las fuerzas de la reacción. Crear al esclavo feliz, inocular en todo el planeta el Pensamiento Único (Ramonet 2003), uniformar a escala planetaria los patrones de consumo de la sociedad gringa, participar en las guerras de IV generación u operaciones bélicas psicológicas son algunas de sus grandes tareas.<br /></span><div class="blogger-post-footer">Socialismo en la Red</div>socialismoenlaredhttp://www.blogger.com/profile/05241358618163923097noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4088563627737470357.post-55373935747148632732009-07-04T18:10:00.000-07:002009-07-04T18:12:59.221-07:00Cinco Tesis de la vía del ALBA en Honduras<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimw16w91eBR2327AN3Qb2eyOrJlRYwfXLKKmg5OrXprmAa4-rz6iK7sqM1ePGqfwgNpUKq5OaYjHBx7gwhlapZ2I5CMuPAyLAdJhENT0WiTL6Q6UkG5T_qovI5w7FCoTXzWgc01QTs6Tg/s1600-h/El-presidente-hondureno-Manuel-Zelaya-junto-a-sus-homologos-miembros-del-alba-reunidos-en-Venezuela-donde-buscan-soluciones-economicas-para-el-area-latinoamericana.-Chavez-.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 286px; height: 220px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimw16w91eBR2327AN3Qb2eyOrJlRYwfXLKKmg5OrXprmAa4-rz6iK7sqM1ePGqfwgNpUKq5OaYjHBx7gwhlapZ2I5CMuPAyLAdJhENT0WiTL6Q6UkG5T_qovI5w7FCoTXzWgc01QTs6Tg/s320/El-presidente-hondureno-Manuel-Zelaya-junto-a-sus-homologos-miembros-del-alba-reunidos-en-Venezuela-donde-buscan-soluciones-economicas-para-el-area-latinoamericana.-Chavez-.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5354777764190653682" border="0" /></a><br /><span style="font-weight: bold;">Construcción Socialista</span><br /><br /><div style="text-align: justify;">Una vez mas el pueblo trabajador Latinoamericano ha aprendido en dos semanas lo que en tiempos anteriores costaba décadas y es que la coyuntura del golpe de estado efectuado en Honduras mostró de manera clara cinco tesis sobre el problema político en Latinoamérica.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">1. De cómo se desarrollan las contradicciones en el seno del imperialismo.</span><br /><br />El imperialismo como es sabido no es una masa homogénea que actúa bajo las ordenes del presidente de los Estados Unidos, sino por el contrario, es el poderío económico de las grandes transnacionales quienes definen la política de los grupos políticos y especialmente la política estadounidense.<br /><br />La diferencia entre este puñado de grupos políticos imperialista consiste sobre todo en las diferentes prioridades geo- políticas y económicas de las cuales parten para trascender la crisis estructural del capital. Por ejemplo la salida prioritaria del lobby pro-judío se basa en el control del medio oriente (Afganistán- Irak- Pakistán) en el desarme del estado palestino y su respectivo control por el estado de Israel y la destrucción del potencial militar iraní.<br /></div><br /><span class="fullpost"> Por otro lado y según las tesis de Kissinger la prioridad geopolítica para el imperialismo yankee consiste en controlar la amenaza económica China y el potencial militar ruso; sobre esto coinciden los Clinton y Obama con la diferencia del necesario control sobre Afganistán. Pero un sector del partido republicano (Bush- Negroponte y para America latina Otto Reich) consideran importante frenar la llama popular que se prendió en nuestro continente y ponerle mano al petróleo venezolano.<br /><br />Entonces el golpe en Honduras fue dirigido por una importante fracción del partido republicano (Otto Reich- Hugo Llorens- John Negroponte) sin la consulta con el presidente Obama y tal acción militar fue un golpe directo contra el ALBA y no solamente contra el pueblo hondureño.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">2. Sobre la tesis Gramsciana de la Filosofía de la Praxis.</span><br /><br />Para Gramsci “los saltos en la organización de la conciencia son hechos especialmente mediados por la práctica”, es decir, que la conciencia revolucionaria se obtendría de la dialéctica entre la reflexión y la praxis, pero sobre todo en el compromiso ético con la construcción de ciertos fines. Este planteamiento ha sido desestimado sobre todo por la mayoría de las anticuadas escuelas, movimientos y partidos “seudo marxistas o marxianos”, aquellos que se concentraron en proclamar principios especiales por encima de la clase trabajadora, tendiendo siempre al voluntarismo, al iluminismo, al divorcio con las masas, a los círculos cerrados y a la deformación de la acción política de los comunistas.<br /><br />Hoy frente a estos grupos observamos a dirigentes como Rafael Correa proveniente de la escuela de Chicago por ejemplo, o el caso de Hugo Chávez quien de ser militar, planteó la vía política bolivariana, luego la tercera vía, mas tarde el antiimperialismo hasta proclamar la transición al socialismo; los vemos dirigiendo procesos profundamente populares, revolucionarios y antiimperialistas, moviéndose sin recetas o dogmas sobre escenarios verdaderamente complejos pero al mismo tiempo abriendo espacios a la organización de los pueblos trabajadores, levantando las banderas del socialismo; De esa forma se ha venido cumpliendo la máxima de Albert Einstein: “si los principios éticos son sólidos, vivos y dinámicos, estos serán acompañados por millones de personas que de manera semiinconsciente determinan el ritmo de la historia”.<br /><br />Es este el caso del presidente hondureño Manuel Zelaya, quién viene de ser terrateniente, empresario del negocio de la madera, y quien gana las elecciones al frente del partido liberal (partido de derecha); comienza a experimentar una transformación en su política por la expectativa que han despertado los procesos políticos revolucionarios en el continente, especialmente en el movimiento popular, esto también influyó gracias a parte de su gabinete; es así como pide el ingreso de Honduras al ALBA, lucha por el aumento salarial de los trabajadores y por una constituyente que sentara las bases de una democracia participativa.<br /><br />Es por estas políticas que se ocasiona una ruptura no solo en las filas del partido liberal, no sólo en la conciencia del movimiento popular, sino también entre el órgano ejecutivo o de gobierno frente al carácter burgués del estado; trayendo como consecuencia el golpe de estado de derecha.<br /><br /><span style="font-weight: bold;"><br />3. De cómo un gobierno democrático con apoyo popular se ve obligado a enfrentar a un estado burgués.</span><br /><br />En opinión de Lenin existen épocas sociales que presentan una situación en que existe un estado que garantiza la dominación de una clase sobre otra, pero que al mismo tiempo y por luchas internas, ese estado puede presentar una variación en las formas de gobierno. Hoy Honduras es un vivo ejemplo de ello; hemos visto como el gobierno de Zelaya apoyado por las masas en la pretensión de transitar de una forma de democracia representativa hacia una forma de democracia participativa y popular, se encontró con la negativa de todo el poder del estado burgués (fuerzas armadas, congreso, tribunales de justicia y la policía) cumpliendo su rol de manera articulada “el de preservar y reproducir metabolicamente el orden del capital”.<br /><br />Pero Zelaya no ha sido el primero en la corta historia del ALBA en transitar por esta confrontación y estamos seguros que no será el ultimo ejemplo; recordemos la confrontación entre indígenas y representantes del congreso boliviano para aprobar las elecciones de una constituyente; En Venezuela las leyes habilitantes de 2001 llevó a un golpe de estado de derecha en el 2002, igualmente en Ecuador la movilización popular se impuso a la derecha. A pesar de estas victorias relativas hoy se presenta la siguiente contradicción para la revolución latinoamericana: el carácter popular de los gobiernos del ALBA vs. el carácter burgués de sus estados nacionales; esta contradicción tiene dos caminos: 1) las revoluciones populares se desgastan por las trabas de los propios estados nacionales y las denuncias insistentes de las oposiciones pro-imperialistas con el uso de los medios o 2) las revoluciones populares organizan un nuevo estado participativo de tipo socialista conformado por la organización del pueblo trabajador como clase dominante.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">4. La fuerza de la opinión pública y la movilización popular para enfrentar golpes de derecha.</span><br /><br />La sociedad mundial se ha acercado y ha mejorado la efectividad de la comunicación a través del uso y desarrollo de la tecnología; las mismas han sido puestas al servicio de la dominación de las ideas del imperialismo, pero también han constituido un arma para que las ideas revolucionarias circulen con impresionante alcance y rapidez; en Chile por ejemplo observamos como una revuelta estudiantil se organizó en menos de una hora con el uso de la telefonía celular, lo mismo ha ocurrido en Europa y ahora en Honduras vimos como las imágenes captadas por TELESUR sirvieron a la opinión publica internacional para desmontar la matriz de CNN; igualmente emisoras de radio de Honduras transmitieron a través de Internet las acciones del golpismo y la resistencia de los pueblos; los videos captados por celulares llegaban a la Internet y eran tomados por informativos en el mundo.<br /><br />Esto permitió un acelerado desarrollo en la movilización popular en Honduras y fuera de ese país, ya Marx nos señalaba que las ideas cuando eran apoderadas por las masas constituían una enorme fuerza material; esta vez las ideas circularon con oportuna rapidez y las masas movilizadas siguen demostrando que son las que determinan la evolución de la humanidad.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">5. La vigencia del ALBA y su importancia para la revolución latinoamericana</span><br /><br />El ALBA pasó de ser en poco tiempo de una retórica alternativa al neoliberalismo a una alianza política sobre principios revolucionarios; el camino del ALBA se apoya en gobiernos progresistas que son expresión de la movilización popular; este instrumento logró presionar a organismos internacionales como la OEA, GRUPO DE RIO, SICA para condenar al golpismo en Honduras, se movió con suma contundencia para intimidar al golpismo de derecha cercándolo, acusándolo.<br /><br />Esta alianza en sus inicios ha dejado un buen augurio sobre su papel en el desarrollo revolucionario latinoamericano; si la misma puede trascender a la unidad del pueblo trabajador en el continente, organizado en partido para el socialismo, en poder para los trabajadores, no habrá fuerza capaz de doblegar a esta poderosa unidad.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">Por: Escuelas del Poder Popular/ Carabobo, Frente de Educadores, FRAPOM (frente revolucionario artístico patria o muerte), Guerreros Juveniles (liceístas), Movimiento por la Educación Transformadora (Universitarios), Movimiento Feminista Genero con Clase, comité organizador (Carabobo) del congreso de trabajadores por la gestión socialista.</span><br /></span><div class="blogger-post-footer">Socialismo en la Red</div>socialismoenlaredhttp://www.blogger.com/profile/05241358618163923097noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4088563627737470357.post-65189214307153511852009-06-28T13:34:00.000-07:002009-06-28T13:37:25.039-07:00Solidaridad irrestricta con el pueblo de Honduras<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgczuzZ0yy-cuPWOnQuGfYWoSLN4d1d7mGNdXZn_oaf3GFDy67PEtaYiyD-T98nipcxitNcLxTVAfB9i41gT9D7dj95CuPJGnKh3tmqE45uBLD-yICw_BpJPgUZWjQ1lSsHYYJNZjJShvY/s1600-h/jose-manuel-zelaya-g.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 320px; height: 206px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgczuzZ0yy-cuPWOnQuGfYWoSLN4d1d7mGNdXZn_oaf3GFDy67PEtaYiyD-T98nipcxitNcLxTVAfB9i41gT9D7dj95CuPJGnKh3tmqE45uBLD-yICw_BpJPgUZWjQ1lSsHYYJNZjJShvY/s320/jose-manuel-zelaya-g.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5352479948123822674" border="0" /></a><br /><br /><div style="text-align: justify;">El reciente golpe de estado perpetrado en Honduras contra el legítimo y democrático gobierno de Manuel Zelaya, constituye no solo una agresión inaceptable contra el pueblo de ese hermano país centroamericano, sino que también es un ataque directo al proceso de integración latinoamericana y caribeña que tiene su máxima expresión en el impulso del ALBA TCP.<br /><br />En el marco de la crisis mundial del capitalismo, donde el ascenso de los pueblos, de los trabajadores y las trabajadoras se va incrementado, la burguesía hondureña y un sector importante de la cúpula militar derechista han decidido tomar el atajo de romper el hilo constitucional, violando todos los derechos humanos, políticos y civiles de los hijos e hijas de Morazán. Esta acción cobarde es sólo un intento más del imperialismo y sus lacayos de frenar los procesos de cambio histórico que se vienen llevando a cabo en la región en los últimos 10 años.<br /><br />No dudamos en afirmar, que esta agresión a Honduras es una agresión a todos los pueblos que han decidido construir una sociedad distinta a la que nos ha condenado el imperialismo, el capitalismo dependiente, a la miseria, al desempleo, al hambre. Agredir a Honduras, es agredir al ALBA TCP, es agredir a UNASUR.<br /><br />Hacemos un llamado a los pueblos del mundo, a los trabajadores y trabajadoras, a los gobiernos, a los partidos políticos revolucionarios, a las diversas organizaciones sociales a movilizarse activamente para restituir el hilo constitucional en Honduras, para devolver el gobierno al presidente Manuel Zelaya, para barrer a los golpistas y encerrarlos en la cárcel.<br /><br />Exigimos acciones contundentes de los organismos multilaterales de la ONU, de la OEA, esta coyuntura medirá nuevamente si las mismas son legítimas o son unos cadáveres burocráticos que deben desaparecer para siempre.<br /><br />No podemos aceptar más atropellos a los pueblos. No podemos permitir que los sueños de los explotados, de los desposeídos sean nuevamente frustrados.<br /></div><br /><span style="font-weight: bold;"><br /></span><div style="text-align: center;"><span style="font-weight: bold;">Unidad de los pueblos para derrotar al Imperialismo</span><br /><br /><span style="font-weight: bold;">Unidad de los trabajadores y las trabajadoras para superar la crisis del capitalismo</span><br /></div><br /><br /><span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Construcción Socialista, Género con Clase. Juventud SurVersiva, Socialismo en la Red</span><br /><br /><br /><span class="fullpost"> </span><div class="blogger-post-footer">Socialismo en la Red</div>socialismoenlaredhttp://www.blogger.com/profile/05241358618163923097noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4088563627737470357.post-28863541938331762862009-06-27T07:28:00.000-07:002009-06-27T07:33:27.688-07:00El capitalismo invisible<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPC0-VN6-G4zmZ7yaviH-vULSqFa9uYbBUkOZRBrDUbfJdg_We5Cy0a9vURaiWEKNtW0ZkAV8HIvYG7j3VkWJwZ1q2dO4csU_yeRRVTMQJQ3pkxomFIIRqOmsJy37_2ZZm__nDk43n5H8/s1600-h/259_5_1.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 300px; height: 266px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPC0-VN6-G4zmZ7yaviH-vULSqFa9uYbBUkOZRBrDUbfJdg_We5Cy0a9vURaiWEKNtW0ZkAV8HIvYG7j3VkWJwZ1q2dO4csU_yeRRVTMQJQ3pkxomFIIRqOmsJy37_2ZZm__nDk43n5H8/s320/259_5_1.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5352015313007272850" /></a><br />Francisco Umpiérrez Sánchez Rebelión<br /><br /><span style="font-style: italic;"><br />“Desenmascaremos a los capitalistas invisibles y hagámoslos visibles”</span><br /><br /><span style="font-weight: bold;">Lo inmediato y lo oculto</span><br /><br /><div style="text-align: justify;">Los científicos sociales de inspiración marxista andan siempre buscando las causas ocultas que expliquen el mundo inmediato. Es cierto que la naturaleza del valor así como el modo mediante el cual el capitalista se apropia de trabajo ajeno encierran causas ocultas. Pero hay hechos que están presentes ahí, en la superficie de las cosas, donde puede percibirse con claridad que hay personas que se apropian de trabajo ajeno. Lo que sucede es que estamos tan acomodados a esos hechos, tan en sintonía con ellos, que no nos indignan y, en consecuencia, no nos hacen reaccionar.<br /></div><br /><br /><span class="fullpost"><span style="font-weight: bold;">El derecho a ser rico</span><br /><br />Pensemos que la injusticia más grande de este mundo es que hay personas que se apropian de tanta riqueza que es imposible explicarla como obra de su propio trabajo. Lo que sucede es que se admite como un hecho natural el enriquecimiento desmesurado. Se piensa que esa situación le puede tocar en suerte a cualquiera, que no debemos envidiar a nadie, pues todo el mundo desea ser lo más rico posible, aunque unos lo logran y otros no. Al menos, se concluye, esa es la posibilidad que nos brinda el capitalismo y no así el socialismo. Esta es la ideología dominante entorno al enriquecimiento.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">El derecho de propiedad basado en el trabajo</span><br /><br />Escuchemos a Locke en su Ensayo sobre el gobierno civil a propósito del derecho de propiedad basado en el trabajo: “Dios ha dado el mundo a los hombres en común; pero puesto que se lo dio para beneficio suyo y para que sacasen del mismo la mayor cantidad posible de ventajas para su vida, no es posible suponer que Dios se propusiese que ese mundo permaneciera siempre como una propiedad común y sin cultivar. Dios lo dio para que el hombre trabajador y racional se sirviese del mismo (y su trabajo habría de ser su título de posesión”. Sólo quiero incidir sobre esto último que dice Locke: el título de propiedad sobre la riqueza debe estar basado en el trabajo. No estamos recurriendo a Marx para defendernos de los economistas convencionales, de los neoliberales y de toda suerte de lacayos del capitalismo del siglo XXI, sino a uno de los primeros y más revolucionarios representantes de la burguesía, un hombre de la última mitad del siglo XVIII y reconocido como el padre del liberalismo: John Locke. Y lo único que reclamamos de él es la idea de que el derecho de propiedad sobre la riqueza esté basado en el trabajo. Y esta idea es la que hay que popularizar entre las más amplias masas. No debe permitirse que nadie se enriquezca más allá de lo razonable, esto es, más allá de que resulte inexplicable su riqueza en base al trabajo propio.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">Propiedad y uso del capital</span><br /><br />En los inicios del capitalismo el capitalista era el dueño del dinero invertido en la empresa, incluso era el dueño del local donde desarrollaba su actividad. De manera que toda la ganancia era suya. Pero conforme la escala de la producción aumentó y se abrió paso el sistema de crédito, se creó una división del trabajo entre el propietario del dinero, el banquero, y quien usaba ese dinero como capital, el capitalista comercial o industrial. Como toda suma de dinero empleada como capital arroja una ganancia, el propietario del dinero exige al capitalista en funciones, a quien le ha cedido el dinero en calidad de préstamo, que le entregue una parte de la ganancia: el interés. De esta manera queda en evidencia que el enriquecimiento experimentado por el propietario del dinero no se debe a su trabajo sino a su condición de propietario. De todos modos, dentro de las relaciones capitalistas de producción, todo el mundo considera normal que quien cede una suma de dinero en forma de préstamo tiene derecho a cobrar un interés. Dicho de otro modo: está estatuido como derecho natural el derecho a apropiarse de trabajo ajeno.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">La generalización del capital productor de interés</span><br /><br />Parece natural que quien usa el dinero como capital y obtiene una ganancia, debe darle una parte de ella al propietario del dinero en concepto de interés. Pero lo cierto es que tanto el dinero que se queda el capitalista en funciones, el beneficio, como el que se queda el propietario del dinero, el interés, son plusvalía, esto es, trabajo ajeno. Lo que sucede es que todo esto permanece oculto.<br /><br />Pero la cosa no queda ahí, sino que llega más lejos aún. Una persona que solicita un préstamo para comprar una casa o un coche, no está utilizando el dinero como capital, no obstante, tiene que pagar un interés. Así que en estos casos el dinero pagado como interés no es una parte de la ganancia, sino una parte del salario. Por lo tanto, todo dinero cedido en forma de préstamo, empleado como capital o no, arroja un interés.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">Salario y beneficio</span><br /><br />Hay una diferencia cualitativa entre salario y beneficio. El salario lo percibe una persona como contrapartida de su trabajo, mientras que el beneficio lo percibe una persona como contrapartida de su condición de propietario de un negocio. En el ámbito de la pequeña empresa el beneficio siempre suele ser notablemente superior al mayor de los salarios. Pero en las grandes empresas el salario de un ejecutivo o directivo puede ser notablemente superior al beneficio percibido por un pequeño capitalista. Así que aquella superioridad cuantitativa del beneficio sobre el salario queda rota o desvirtuada en este caso. Este hecho parece desdibujar las diferencias cualitativas entre capital y trabajo y nos hace pensar que el capitalismo decimonónico está más que superado y que el advenimiento del socialismo ha dejado de ser necesario. Pero no hay que dejarse llevar por las apariencias, sino ir un poco más al fondo. Debemos observar dos cosas: por un lado, una parte de los desorbitados salarios que ganan los directivos de las grandes empresas no es más que beneficio. Figura como salario y se percibe como salario, pero sustancialmente es beneficio. Y por otro lado, cuando una persona percibe ingresos desorbitados, la capacidad de ahorro es altísima. Y estos ahorros son invertidos después como capital. Así que no sólo es que los beneficios se disfrazan como salarios, sino también que los altos salarios se transforman en capital.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">Capitalistas visibles y capitalistas invisibles</span><br /><br />Pensemos en un capitalista que ha abierto un negocio y contrata a 50 trabajadores. Al cabo de 25 años el empresario tiene un patrimonio personal de 6 millones de euros, mientras que cada uno de los 50 trabajadores dispone de un patrimonio personal de sólo 60. 000 euros. Pero no sólo es que el capitalista tiene un enorme patrimonio respecto de los 50 trabajadores, sino que además el capitalista percibe en su condición de empresario un salario de 12.000 euros y los trabajadores un salario de 1.200 euros. Esto es un caso de capitalismo visible, donde se percibe claramente que los trabajadores son explotados, que el dueño del negocio ha acumulado un gran patrimonio personal y que día tras día disfruta de una gran riqueza, mientras que los trabajadores todavía no han podido pagar su vivienda y se ven apurados para llegar a final de mes. Estos son los capitalistas sobre los que la izquierda radical tiene centrada y afilada su crítica.<br /><br />Al lado de estos capitalistas visibles hay otros capitalistas que están ahí delante de nosotros, pero no los vemos ni los reconocemos como capitalistas. Son a estos capitalistas a los que llamo capitalistas invisibles. A esta clase pertenecen futbolistas como Beckham, que cobra 25 millones de euros por cuatro temporadas en el Madrid e ingresa anualmente por publicidad 24 millones de euros, y músicos como Sting, que tiene unos ingresos anuales de 321 millones de dólares. ¿Por qué no reconocemos a estas personas como capitalistas? Por el modo peculiar en que se hacen ricos. Se reconoce que ganan mucho dinero, pero no lo ganan aparentemente explotando a los trabajadores. De ahí que la izquierda radical no centre su crítica en esta clase de capitalistas invisibles.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">El disfraz de las formas económicas</span><br /><br />Vimos antes, para el caso de las retribuciones de los altos ejecutivos, que una parte de esas retribuciones no era más que beneficio disfrazado de salario. Lo mismo ocurre con las retribuciones que percibe Beckham en concepto de publicidad: no es más que beneficio disfrazado como costo de publicidad. Este hecho, que una forma económica se disfrace bajo otra forma, ya lo puso de manifiesto Marx en El Capital: los intereses y los impuestos pagados por las empresas, que en la contabilidad figuran como costos, no son más que plustrabajo. Pero lo que nos interesa aquí remarcar es que lo que percibe Beckham, Nadal o cualquier otro deportista en concepto de publicidad no es más que plustrabajo.<br /><br />Si antes vimos que un capitalista explotando la fuerza de trabajo de 50 personas, se apropiaba al cabo de veinticinco años de un plusvalor de 6 millones de euros, ahora vemos que Beckham se apropia en un solo año y sólo en concepto de publicidad de un plusvalor de 24 millones de dólares. De ahí que Beckham sea mucho más explotador, notablemente más explotador, que aquel capitalista. Lo que sucede es que aquella persona es un capitalista visible y Beckham es un capitalista invisible. En aquel capitalista observamos la relación directa que mantiene con los trabajadores que explota, mientras que en el caso de Beckham las relaciones con los trabajadores que explota son muy indirectas y están mediadas por muchos procesos y formas económicas.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">El papel ideológico del capitalismo invisible</span><br /><br />En el capitalismo hay muchas formas de hacerse rico. Convertirse en una estrella de fútbol es una de ellas. El otro día vi en la televisión un documental donde en un lugar muy pobre todos los padres estaban empeñados en que sus hijos jugaran al fútbol. Es una de las formas, argumentaban dichos padres, de salir de la pobreza. Y esa es la ilusión de muchos niños pobres: convertirse en una estrella de fútbol para sacar de la pobreza a su familia. Lo primero que observamos, por la predominio de la mentalidad capitalista, es que la solución al problema de la pobreza se ve como un asunto individual. Aquí impera el principio del hombre burgués, del hombre egoísta, que sólo piensa en salvarse a sí mismo. Y lo segundo que observamos es la inconciencia acerca del origen de la riqueza, como si la riqueza extrema de unos no tuviera nada que ver con la pobreza lamentable de otros. Ese niño que se quiere convertir en estrella de fútbol para salir de la pobreza, convirtiéndose en un rico, no es consciente de que su futuro enriquecimiento se fundamentará en el empobrecimiento de los otros.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">El primer plano y el desenmascaramiento</span><br /><br />La izquierda radical debe atacar con dureza el primer plano del capitalismo, constituido en parte por las grandes estrellas del fútbol, quienes en concepto de sueldo, primas y publicidad perciben una media anual de 8 millones de euros. Ronaldinho, por poner un ejemplo, ingresó en el último año 9 millones de euros en concepto de sueldo y 14 millones en concepto de publicidad. Tanto su sueldo como lo que ingresa en concepto de publicidad son formas disfrazadas de plustrabajo. El sistema capitalista le hace cree que lo que él gana se debe a su propio esfuerzo, pero lo cierto es que su riqueza sólo es explicable como apropiación de trabajo ajeno. Debemos saber que todos contribuimos a crear la riqueza nacional, pero el sistema capitalista tiene un sinfín de mecanismos que permite a unos pocos meterse en su sus bolsillos muchísimo dinero, mientras que la inmensa mayoría no llega a final de mes. Lo absurdo, lo irracional, lo que ya clama al cielo, es que Ronaldinho, que es un capitalista invisible, estos es, un capitalista que se apropia de gran cantidad de trabajo ajeno bajo la apariencia de que es trabajo propio, ha sido nombrado Embajador contra el Hambre del Programa Mundial de Alimentos. Por lo tanto, la izquierda radical debe someter a crítica al capitalismo de primer plano, el constituido por las grandes estrellas de fútbol y de otras modalidades deportivas, que bajo la apariencia de neutralidad y bondad se esconden los aliados de los capitalistas de segundo plano, con quienes se reparten el plustrabajo y se hacen ricos de forma desmesurada.<br /><br />http://www.rebelion.org/noticia.php?id=33258<br /></span><div class="blogger-post-footer">Socialismo en la Red</div>socialismoenlaredhttp://www.blogger.com/profile/05241358618163923097noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4088563627737470357.post-18337188805444265302009-06-27T07:22:00.000-07:002009-06-27T07:26:56.538-07:00Acerca del Partido Único, y el Socialismo del o para el Siglo XXI<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5GlF9XFOtFUfEK76za8fC_l8kQrN3I2vo7gFuElQmmx0RDwIW3rdF1Mp5zpoZdu9MVO-LPlGCe8YUGubtgK16owP8lnvncRQgSMaxNgME45ug4hPAHhHymq30Ko1tpY5aF9aTwM_q_tc/s1600-h/pcus.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 219px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5GlF9XFOtFUfEK76za8fC_l8kQrN3I2vo7gFuElQmmx0RDwIW3rdF1Mp5zpoZdu9MVO-LPlGCe8YUGubtgK16owP8lnvncRQgSMaxNgME45ug4hPAHhHymq30Ko1tpY5aF9aTwM_q_tc/s320/pcus.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5352013735220008130" border="0" /></a><br /><span style="font-weight: bold;">Malime </span>Rebelión<br /><br /><div style="text-align: justify;">La caída del llamado Socialismo Real, sobre todo el soviético, agudizó la confusión existente sobre aspectos básicos de la ideología marxista y leninista, como son el papel del partido, el de las masas trabajadoras protagonistas del proceso revolucionario con su forma de organización alternativa de lucha y poder, confusión sobre la forma de organización que dispone la burguesía organizada como clase dominante con su Estado ya sea sobre la formulación republicana, monárquica y su falsa democracia donde los trabajadores explotados y alienados delegan su responsabilidad política en la llamada clase política, con los partidos que se encargan de administrar su orden capitalista, se llamen conservadores, liberales, socialistas obreros, etc., que ejercen la alternancia de gobierno cuando en su ejercicio estos se queman al no resolver los problemas reales del pueblo como son los aspectos básicos de existencia: el derecho al trabajo permanente, a la vivienda, a la sanidad gratuita, a la educación gratuita. Sin ninguna posibilidad de control e incluso de revocación por parte del pueblo cuando defraudan la confianza depositada en ellos, a la espera de que pasen los años para elegir al otro partido de la alternancia en la confianza de que lo haga mejor.<br /></div><br /><br /><span class="fullpost">Son muchos revolucionarios los que culpabilizan a Stalin o a sus seguidores por mala actuación personal y burocrática que dio lugar a la caída de la URSS, no entran en el fondo de por qué cayó, alguno se atreve en esa confusión a decir que los trabajadores no salieron en su defensa, sin darse cuenta del desvío que se produjo a la muerte de Lenin, al cercenarse el desarrollo de la democracia directa desde abajo hacia arriba que era el poder soviético, y de hecho consolidarse una forma de democracia burguesa que se llamaba soviética, pero que no lo era, con todos los elementos de su falsa división de poderes y su falso juego electoral, donde el pueblo no controlaba ni podía revocar a los burócratas instalados en el poder.<br /><br />Algunos revolucionarios coincidiendo con los epítetos burgueses sobre aquella revolución, consideran que era una dictadura, aunque no se atrevan a adjetivarla como hacen los burgueses, de comunista. Estos si, de alguna forma parten del análisis materialista al definirla, tienen muy claro que para ellos, como clase social es una dictadura porque acaba con sus privilegios, no solo por la nacionalización de los medios de producción, sino porque al ser una clase minoritaria, la democracia directa desde abajo que era en su origen la revolución soviética, les impedía engañar a la clase mayoritaria que eran los trabajadores y los campesinos pobres, que estos como sucede en la democracia burguesa aceptasen las engañosas propuestas de gobierno que perpetúan su orden burgués y sus intereses de clase. Se confunden cuando a las “democracias” burguesas por su forma de democracia delegada en la clase política, las admiten como modelo democrático, llegando a decir que es propio de los “Estados de derecho”, será porque la explotación del hombre por el hombre, se hace “democráticamente”. No se comprende el carácter material y clasista en que se asientan las formas de poder, de que la democracia en abstracto no existe, o es democracia de los trabajadores, o es democracia burguesa, dictadura de los obreros sobre los burgueses o dictadura de los burgueses sobre los explotados, ya sea en su formulación “democrática” o física dictatorial al estilo de los hitleres, pinochets de turno cuando incluso en ese juego institucional burgués ven sus intereses de clase amenazados recurriendo al último eslabón represivo del Estado burgués que es el ejercito.<br /><br />Esa confusión hace decir a revolucionarios soñadores del socialismo, que el socialismo del siglo XX fue un rotundo fracaso, en general renegar de la experiencia soviética sin comprender lo positivo y lo negativo de aquel acontecimiento, el fondo de lo que supuso la organización alternativa de lucha y de poder a través de los soviets obreros, campesinos y soldados organizados como clase dominante desde abajo hacia arriba. No comprender el fondo y forma de experiencias históricas que si supieron ver Marx tras el ejemplo espontáneo de lucha y poder que fue la Comuna de Paris en 1871, o la de 1905 que también apreció y valoró Lenin con el surgimiento del Soviet en Rusia. Sin comprender que aquella experiencia con el apoyo de las organizaciones revolucionarias, en su desarrollo, doce años después acabó con el zarismo y el capitalismo. Considerar que aquellos acontecimientos históricos son formas del pasado sin fondo alternativo de organización popular que no merecen interpretarlas al día de hoy como alternativa de organización revolucionaria. No comprender que aquella forma de organización soviética llegó a un grado de desarrollo y organización suficiente para poder acabar con el zarismo y el capitalismo, aunque insuficiente, dadas las condiciones materiales, culturales, científicas en aquel atrasado país, para que al día siguiente del triunfo de la revolución, funcionase en todo el país aquel nuevo aparato administrativo gubernativo y productivo basado en la democracia directa permanente de abajo hacia arriba que era la organización soviética.<br /><br />Es evidente que no han surgido cabezas con la capacidad de desarrollo de la filosofía marxista que tuvo Lenin, de sintetizar aspectos básicos, ya en la fase imperialista del capitalismo, de cómo supo valorar las contradicciones inter-imperialistas y aprovecharlas para el desarrollo de una política y organización revolucionaria. Supo anteponer el carácter de la lucha de clases internacionalista a la nacional sobre la defensa de la patria en la I Guerra Mundial, que defendían los pretendidos marxistas de la época, se negó a que el poder soviético, a pesar de su limitado desarrollo, fuera abandonado y se cediera el poder a la Duma, al falso parlamentarismo burgués. Lo que sucedió después tras la enfermedad y muerte de Lenin, requiere un debate que desborda el tema de este artículo dedicado a la experiencia venezolana. Stalin, que no tenía la capacidad intelectual marxista de Lenin, con su autoritarismo, con su concepción vulgar del desarrollo material, consiguió que aquel atrasado país diera un paso gigantesco en lo productivo, en lo militar que incluso fue determinante para la derrota de la forma imperialista y fascista de poder burgués durante la II Guerra Mundial, todo ello a costa de cercenar el poder soviético. Conviene tener en cuenta, las semejanzas del poder imperialista protagonizado tras la figura de Hitler, con el actual que protagoniza el moderno Hitler que se llama Bush y sus adláteres de segunda fila. No podemos olvidar tampoco que la constitución soviética leninista a propuesta de Stalin fue derogada el 11 de junio de 1936 y suplantada por otra constitución que siguió llamándose soviética, pero que no lo era. Era la práctica que se había desarrollado tras la muerte de Lenin. Los comisarios políticos impuestos por el partido, a semejanza de los comisarios que con otro nombre, "clase política", la burguesía en el poder impone con su falso juego democrático, a los mejores administradores de su orden burgués organizados en diversos partidos.<br /><br />Palmiro Togliatti en el simposio organizado por el Instituto Gramsci en enero de 1958 dijo: “Hay en Lenin, por lo menos, tres capítulos principales, que determinan todo el desarrollo de la acción y el pensamiento: una doctrina del Imperialismo como fase superior del capitalismo; una doctrina de la Revolución, y por ende, el Estado y el poder, y una doctrina del Partido. Son tres capítulos estrechamente unidos, fundidos casi el uno con el otro. Cada uno de ellos contiene una teoría y una práctica, es el momento de una realidad efectiva en desarrollo”.<br /><br />Esta síntesis del pensamiento revolucionario de Lenin, desarrollado al presente para la lucha contra el imperialismo a nivel nacional e internacional, podemos apreciarlo en estas obras: “¿Qué hacer?1”, “El imperialismo fase superior del capitalismo”, “El Estado y la revolución”2, “La enfermedad infantil del ‘izquierdismo’ en el comunismo”.<br /><br />Como se dice en el Manifiesto Comunista, los comunistas no son algo al margen de los trabajadores, sino parte, la única diferencia que les separa es el conocimiento de la filosofía marxista que se asienta en una base científica que permite con su método materialista y dialéctico analizar de forma objetiva la realidad material y espiritual, sin cuya objetividad sería imposible contribuir a transformarla. Los trabajadores por nacer trabajador no nacen con conciencia comunista, de ahí la responsabilidad de los comunistas de llevarles al conocimiento de la ciencia social que es el marxismo, para poder ayudarles a que toman conciencia de clase y poder ejercer el papel protagonista revolucionario directo que le corresponde. El partido ayuda pero no suplanta el protagonista en el proceso revolucionario que corresponde ejercerlo a los trabajadores. De ahí que el partido unido ideológicamente pueda generar una organización interna verdaderamente democrática, que sea ejemplo moral y práctico ante el conjunto de los trabajadores, una democracia participativa y militante permanente de abajo hacia arriba que posibilita fusionarse con el conjunto de los trabajadores en los centros de producción, servicios sociales, educacionales, etc., para ejercer su influencia y educación ideológica que permita desterrar la impuesta desde la ideología dominante burguesa, con su falso Estado y su falsa democracia.<br /><br />El pueblo no comprende el carácter clasista del mundo en que viven, la tremenda capacidad del aparato mediático y confusionista en manos de la burguesía que hace que olviden las actuaciones anteriores de esos partidos que ya fueron gobernantes y administradores del orden capitalista. El poder alienante que la burguesía realiza gracias a la nueva tecnología de la información, sobre todo la TV, los anuncios publicitarios con sus aberrantes mensajes consumistas y estúpidos que generan falsas necesidades, mantiene a los explotados en el individualismo y en la insolidaridad, sobre todo en los países "más desarrollados", del primer mundo, que viven en una tremenda angustia y miedo que nadie les explica.<br /><br />En la actual fase de dominio del imperialismo con sus poderosos medios de destrucción y alienación, consigue confundir no solo al pueblo sino que nos confunde a todos, incluidos los que nos consideramos defensores del marxismo y el leninismo, y demás “ismos” anticapitalistas, prueba evidente es la existencia y dispersión ideológica que se manifiesta con tantos grupos a nivel nacional e internacional incapacitados de dar la gran batalla contra el verdadero enemigo imperialista organizado internacionalmente con sus organizaciones represivas militares, económicas e ideológicas desde las interpretaciones más o menos liberales o conservadoras.<br /><br />En Venezuela al plantearse el término Socialismo del Siglo XXI puede inducirse a ciertas interpretaciones idealistas sobre el fondo del poder de los trabajadores organizados como clase dominante, despreciar los aspectos positivos históricos, donde surgieron formas alternativas de democracia directa y participativa de abajo hacia arriba, que no terminaron de desarrollarse por los condicionantes materiales de aquellos momentos históricos, pero que siguen siendo válidas por el carácter alternativo que tenían. Cuando las definiciones terminológicas no se corresponden con la realidad objetiva del término, se introducen elementos de confusión, tal es el caso de los inducidos sobre la Comuna o el Soviet, cuyo fondo interpretativo según la definición de los grandes clásicos si correspondía al Estado alternativo de los proletarios y los campesinos explotados organizados como clase dominante desde abajo hacia arriba.<br /><br />El término acuñado desde el ejemplo moral que representa el presidente Chávez sobre el Socialismo del Siglo XXI, debemos entender que no reniega de aquellas experiencias históricas positivas, sino que con otros nombres, dada la manipulación y el desprestigio que la ideología dominante burguesa ha impuesto sobre ellas, incluso entre pretendidos marxistas, Chávez con sus propuestas sobre los consejos comunales, las misiones, las parroquias, los barrios adentro, las cooperativas, el ejemplo de elección de los gerentes en ALCASA y otras terminologías, está posibilitando la educación y la participación popular de abajo hacia arriba, sentando las bases de lo que tiene que ser la nueva constitución alternativa del pueblo trabajador organizado como clase dominante en su nuevo Estado alternativo que es el socialismo, donde la democracia de abajo hacia arriba ya no se delega en la clase política, sino que se sientan las bases para el que el trabajo enajenado deje de serlo, para que deje de dividirse al ser humano en seres solo con capacidad productiva y en seres con capacidad política, al eliminarse la terminología burguesa sobre sociedad civil y clase política. En el socialismo todos los trabajadores son clase política porque existen los mecanismos organizativos participativos de forma directa y permanente que lo posibilitan. Los trabajadores controlando directamente desde sus lugares de labor productiva, social o cultural esos aspectos productivos y sociales, pueden elegir y controlar en todo momento, incluso revocar a los cargos electos que han sido elegidos para representarles en las labores productivas, sociales y gubernamentales. Esas formas de organización de lucha y de poder alternativo son las que tuvieron lugar en el Siglo XIX y XX, el problema es que Marx y Lenin si supieron apreciar aquellas formas espontáneas de los trabajadores, que ellos no se inventaron sino que fueron iniciativas de los propios trabajadores. Iniciativa que como ya dijimos, Lenin supo apoyar e impulsarlas hasta que doce años después en 1917 llegaron a tal grado de organización que permitió derrocar al zarismo y el capitalismo. Hoy día la burguesía si sabe cuando sus privilegios pueden peligrar y por eso con sus poderosos medios de alienación, confusión y represión impide que las manifestaciones espontáneas de los trabajadores que siempre tienen lugar, no se desarrollen, sean acusadas de acciones terroristas, (ahora ya menos de comunistas), acusándolas de que son elementos antidemocráticos que no respetan “el Estado de derecho”.<br /><br />Los intentos habidos sobre el socialismo tuvieron lugar en el Siglo XIX, XX, XXI y se tendrán en el XXII, en el supuesto de que no lo consigamos en este siglo, y la barbarie imperialista no acabe con todo signo de vida en el planeta. No es cuestión de idealizar a este o aquel siglo, sino de aplicar y desarrollar consecuentemente la filosofía marxista para poder aplicarla al actual momento histórico, comprender las contradicciones materiales y espirituales de las fuerzas sociales en pugna en este momento a nivel nacional e internacional.<br /><br />Es una pena que al hablar pretendidos marxistas del “Estado de derecho”, lo cuelguen del cielo, como si los estados no respondiesen en cada momento histórico, desde el esclavismo, el feudalismo y el capitalismo, a las necesidades de la clase social en el poder. A este respecto debemos decir, que sin una comprensión con base material y científica de la función histórica del Estado y la democracia, no hay marxismo que valga, ni sabremos en que mundo nos desenvolvemos.<br /><br />Resulta preocupante que personas identificadas con el proceso revolucionario digan que “aquel socialismo del siglo XX fue un rotundo fracaso” 3 , lo que evidencia la incomprensión sobre la base material en que se asientan los procesos revolucionarios, no comprender o renegar del materialismo histórico, para inventarse nuevos conceptos, hacer del término siglo motor modernizador de la revolución socialista, olvidando además que a pesar del bloqueo y los intentos del imperialismo, en aquel siglo sigue existiendo la Cuba socialista. Decir: “ Si se plantea la idea del socialismo del siglo XXI como una experiencia histórica nueva, radicalmente democrática, que incorpore y celebre la diversidad de la experiencia cultural humana y tenga capacidad de armonía con el conjunto de las formas de vida existentes en el planeta, se requiere una crítica profunda de esa experiencia histórica. Sin un diagnóstico crudo de las razones por las cuales el modelo de partido-Estado soviético condujo al establecimiento del orden autoritario que tuvo su máxima expresión en el estalinismo, se carece de herramientas para prevenirse en contra de la amenaza de su repetición. Sin un cuestionamiento radical de la filosofía de la historia eurocéntrica que predominó en el socialismo-marxismo de los siglos XIX y XX, no es posible incorporar una de las conquistas más formidables de las luchas de los pueblos de todo el planeta en las últimas décadas, la reivindicación de la inmensa pluralidad de la experiencia histórico cultural humana y el derecho de los pueblos a la preservación de sus identidades, sus modos de pensar, de conocer, de sentir, de vivir”4. Se confunde al marxismo y el leninismo cuando se interpreta que esa filosofía del socialismo-marxismo puede ser eurocéntrica, propia de siglos pasados como fueron el XIX y XX, que nada positivo pueden aportar y lo más preocupante olvidar lo ya analizado anteriormente sobre la base organizativa y alternativa en que se asienta el Estado comunal, soviético o como queramos denominarlo con su democracia muy concreta, que en nada se asemeja a la burguesa, una democracia comunal basada en el poder desde abajo, con posibilidad de control y revocación en todo momento de los cargos electos.<br /><br />La comprensión de la diversidad es una necesidad, pero en la diversidad hay aspectos positivos y negativos, no todas las experiencias han sido positivas. Solo el método de análisis materialista y dialéctico nos permite una comprensión objetiva con base científica, que permita la armonía material del complejo mundo material, el ecológico y el humano. La unidad dialéctica de lo humano y lo ecológico, la comprensión finita de las formas en que se manifiesta la materia, que nos permita comprender que la materia petróleo es finita, lo mismo que lo son otras materias que han dado lugar al falso desarrollo consumista que está destruyendo el medio ambiente. Es necesario superar la mentalidad impuesta, nos queda poco tiempo histórico para poder abordar el futuro que se nos presentará cuando en menos de 40 años desaparezca el petróleo, sin que hasta el momento a pesar del optimismo burgués, no existen materias energéticas que lo sustituya. Si las hubiese ya se habrían puesto en marcha, se reservaría el petróleo por si acaso fallan, en vez de que cada vez más aumente el consumo de esa materia, que posiblemente se agote antes de las predicciones que se han hecho sobre los 40 años.<br /><br />5<br /><br />En cuanto a la interpretación idealista que se pueda hacer del término autoritario, que puede inducir al antiautoritarismo anarquista, conviene resaltar que cuando asumimos la necesidad de la organización estamos asumiendo cierto autoritarismo al establecer diferentes cargos de responsabilidad, lo que es necesario para poder desarrollar complejos procesos productivos y políticos, no basta con creer que con ser obrero es suficiente para que un proyecto político o una empresa funcione, se necesitan también los mejores especialistas políticos, los técnicos especialistas e ingenieros, que ejercen una autoridad profesional, lo cual no quiere decir que un obrero en una estructura de poder verdaderamente popular pueda llegar a ser el mejor político o el director de la empresa, lo mismo que sucede, poniendo un ejemplo, en las cooperativas de viviendas, donde trabajadores pueden constituirla, plantearse incluso en el sistema capitalista construir determinado número de viviendas para los asociados, donde de entre ellos eligen a la Junta Rectora, al presidente de la cooperativa, que perfectamente lo puede ejercer uno de los socios trabajadores. Esta junta rectora, su presidente pueden contratar y controlar a los técnicos necesarios: arquitectos, aparejadores, constructores, etc. Imaginemos ese ejemplo cooperativista en un socialismo, donde los medios de producción, sociales, culturales, etc., no son propiedad de un grupo cooperativista, sino de todo el pueblo trabajador organizado como clase dominante en su Estado proletario, verdaderamente soviético, comunal, o como queramos denominarlo pero que se ajuste a ese proyecto organizativo estatal desde abajo hacia arriba, que nada tiene que ver con la democracia burguesa donde el pueblo delega su responsabilidad política en la llamada clase política constituida en diversos partidos "democráticos".<br /><br />El centralismo democrático es el de la democracia proletaria, el centralismo burocrático solo es de la democracia burguesa. Sus formas por el fondo y organización son totalmente opuestas. Democracia desde abajo, o democracia desde arriba. Control directo permanente, o falso control cada equis número de años con las nuevas elecciones cuando el partido de turno se quema ante el pueblo. NO nos asustemos por la autoridad de Chávez, asustémonos de que solo sea la confianza en Chávez la que lleve a fin el gran proyecto bolivariano socialista en su caminar hacia el comunismo pleno y solidario. Chávez no es dios, es parte material del complejo mundo material, que como todo ser humano algún día será llamado al paraíso celestial (quiera “dios" que sea dentro de doscientos años), dios es todo el pueblo ejerciendo el poder directamente, como con otras palabras dijo Raúl Castro ante el congreso de las juventudes, al referirse al reemplazo de Fidel por cada uno de aquellos jóvenes. El partido único, unido ideológicamente en torno al marxismo y el leninismo es el que puede ejercer el papel educador que permita al pueblo organizarse como clase dominante y ejercer todo el poder. Es la verdadera autoridad material y moral. Es de confiar que triunfe la cohesión ideológica que de lugar a la organización del partido único, que permita sobre todo ejercer el poder de llevar a todo el pueblo el mensaje ideológico para que pueda comprender el protagonismo revolucionario que le corresponde, y que el pueblo trabajador deje de ser dividido en ser productivo, y solo político para elegir a este o aquel partido de la alternancia burguesa o a los partidos únicos en los socialismos burocráticos como fueron los de aquel Socialismo Real. El pueblo organizado, siguiendo las iniciativas venezolanas, desde los centros de producción eligiendo a los gerentes de las ramas de producción a los directores, desde y entre los propios trabajadores, empezará a actuar como ser productivo y político, controlando la producción implicándose en la propiedad colectiva que va más allá de la concepción cooperativista burguesa, eligiendo desde los centros de producción, estudio, cultura, educación, etc., a sus delegados a los gobiernos locales y de rama de producción. Construir la gran pirámide de poder proletario que se asienta en una amplia base participativa permanente, una base que por su forma de organización elige a sus representantes por el mandato dado, que les puede controlar y destituir en cualquier momento porque no ha cumplido con el mandato recibido, porque no merece la confianza depositada, o por la simple razón de que en ese ejercicio democrático participativo permanente ha surgido un nuevo compañero con mayores cualidades para ejercer mejor la función representativa.<br /><br />Algunos infiltrados en el chavismo aceptan los consejos comunales, pero limitado su ejercicio a actuaciones locales, no como base que de lugar a la gran pirámide en que se asienta el poder popular hasta la cúspide gubernativa que posibilite la planificación general y el centralismo democrático, que permita desarrollar y consolidar el socialismo en los aspectos productivos y gubernativos. Les asusta que se imponga una constitución con esa forma de democracia popular que permita el control y la revocación de forma permanente, por eso consideran que no es necesario cambiar la actual constitución, pretendiendo que los cambios de gobierno se realicen cada equis años en vez de cuando el pueblo lo considere necesario, en cualquier momento, harán todo lo posible porque los cambios no se realicen por la organización comunal, a semejanza del intento que supuso la Comuna de París o el soviet leninista.<br /><br />Se equivocan los que consideran que el partido único se puede constituir por una especie de decreto impositivo, sería tanto como negar la realidad material que ha dado lugar a la existencia de tantos grupos organizados en tendencias como pueden ser la anarquista, trotskista, marxista-leninista, del socialismo reformista con sus particulares nombres, la de los grupos católicos críticos con la iglesia oficial y defensores de la causa solidaria socialista, etc. Solo el debate ideológico sustentado en el método materialista y dialéctico que tenga en cuenta la base científica en que se asienta la filosofía marxista, desarrollada al actual momento material y espiritual, puede dar lugar al surgimiento de la coherencia ideológica que posibilite un grupo suficiente con una estructura organizativa revolucionaria que permita influir para que avance la revolución socialista y mandar al basurero de la historia al viejo Estado burgués. No se puede confundir la necesidad de la Unidad de la Izquierda en torno a un programa común a corto o medio plazo, con un partido que tiene que tener un programa a largo plazo que permita contribuir a la consolidación del socialismo, de avanzar hacia el comunismo, sin que de lugar a vueltas atrás como sucedió con el falso Socialismo Real. Las gentes no cambian de mentalidad e ideología por el simple hecho de cambiar el nombre de las siglas partidarias. Si no se asienta en esa base de profundización de debate ideológico que posibilite una estructura de poder y democracia directa y participativa de abajo hacia arriba, el PSUV impuesto y sin debate será el mejor vehículo donde los “cogollos” incrustados en el chavismo, apoyándose en las tendencias ideológicas dentro de él menos asentadas en la filosofía materialista y dialéctica, podrán seguir realizando con mayores garantías su trabajo confusionista y antipopular en favor de sus privilegios personales, defender las formas de constitución burguesas e impedir la aprobación de una constitución que responda a la necesidad del poder socialista, basada en los consejos comunales desde abajo hasta la cúspide del poder gubernativo. Los defensores “de la inmensa pluralidad, de sus modos de pensar, de conocer, de sentir, de vivir” desde el pensamiento idealista que engloba a la inmensa pluralidad individualista, negadores del materialismo dialéctico, defensores del falso sufragio universal de la democracia burguesa, que niegan la realidad del ser humano como parte material del complejo mundo material necesitado de vivir en armonía y solidaridad entre todos los humanos y el conjunto de la naturaleza, serán los mejores aliados de los “cogollos”.<br /><br />1 Enlace con dicha obra. Requiere un esfuerzo mental de situarnos en aquel momento histórico de dispersión de los grupos que se consideraban marxistas divididos localmente, así como desde la situación de clandestinidad a la que se veían obligados a actuar: http://www.analitica.com/bitblio/lenin/que_hacer.asp<br /></span><div class="blogger-post-footer">Socialismo en la Red</div>socialismoenlaredhttp://www.blogger.com/profile/05241358618163923097noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4088563627737470357.post-61500266668354909902009-06-27T07:15:00.000-07:002009-06-27T07:21:24.232-07:00Por una ética ecosocialista<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIA-3szd3ES8VCPhXvtklEgFlWe2a22P4ssq_m3xnGr1P52oBmSRhjAxHiEuKGfUS0k_p7ZrEGNgdnDFmlkn8EB7PirFbk5Fwoz4AvShHCsGCuNsK4pQCq5OMIzfuSKjiP_X_r_SF2pnY/s1600-h/ecologia_millenium.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 320px; height: 238px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIA-3szd3ES8VCPhXvtklEgFlWe2a22P4ssq_m3xnGr1P52oBmSRhjAxHiEuKGfUS0k_p7ZrEGNgdnDFmlkn8EB7PirFbk5Fwoz4AvShHCsGCuNsK4pQCq5OMIzfuSKjiP_X_r_SF2pnY/s320/ecologia_millenium.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5352012125712288994" border="0" /></a><br /><span style="font-weight: bold;">Michael Lowy</span><br /><br /><div style="text-align: justify;">El capital es una formidable máquina de reificación. Después de la Gran transformación de la que habla Karl Polanyi, es decir, después de que la economía capitalista de mercado se ha autonomizado, de que se ha –por decirlo así– “desatorado”, ésta funciona únicamente según sus propias leyes, las leyes impersonales de la ganancia y de la acumulación. Ésta supone, subraya Polanyi, “la transformación de la sustancia natural y humana de la sociedad en mercancías”, gracias a un dispositivo, el mercado autorregulador, que tiende inevitablemente a “romper las relaciones humanas y... aniquilar el hábitat natural del hombre”.<br /><br />Se trata de un sistema impiadoso, que avienta a los individuos de los estratos desfavorecidos “bajo las ruedas mortíferas del progreso, ese carro de Jagannâth”.<br /></div><br /><span class="fullpost"> Max Weber ya había detectado en forma notable la lógica “cosificada” del capital en su gran obra Economía y Sociedad: “La reificación (Versachlichung) de la economía fundada sobre la base de la socialización del mercado sigue absolutamente su propia legalidad objetiva (sachlichen)... El universo reificado (versachlichte Kosmos) del capitalismo no deja ningún lugar a la orientación caritativa...” Weber deduce de esto que la economía capitalista es estructuralmente incompatible con los criterios éticos: “en contraste con las otras formas de dominación, la dominación económica del capital, por el hecho de su carácter impersonal, no podría ser regulada éticamente... La competencia, el mercado, el mercado de trabajo, el mercado monetario, es decir consideraciones objetivas, ni éticas, ni antiéticas, simplemente no-éticas... comandan el comportamiento en el punto decisivo e introducen instancias impersonales entre los seres humanos involucrados” . En su estilo neutral y no comprometido, Weber indica lo esencial: el capital es, por su esencia, “no-ético”.<br /><br />A la raíz de esta incompatibilidad se encuentra el fenómeno de la cuantificación. Inspirado por la Rechenhaftigkeit –el espíritu del cálculo racional al que se refiere Weber– el capital es una formidable máquina de cuantificación. Reconoce solamente el cálculo de las pérdidas y las ganancias, las cifras de la producción, la medida de los precios, de los costos y los beneficios. Somete a la economía, a la sociedad y a la vida humana a la dominación del valor de cambio de la mercancía y, de su expresión más abstracta, del dinero. Estos valores cuantitativos, que se miden en 10, 100, 1.000 ó 1.000.000, no conocen ni lo justo ni lo injusto, ni el bien, ni el mal: disuelven y destruyen los valores cualitativos y, en particular, los valores éticos. Entre los dos hay “antipatía”, en el sentido antiguo, alquímico, del término: falta de afinidad entre dos sustancias.<br /><br />Hoy, este reino total –de hecho, totalitario– del valor mercantil, del valor cuantitativo, del dinero, de la finanza capitalista, llegó a un grado sin precedentes en la historia humana. Sin embargo, la lógica del sistema había ya sido víctima de una crítica lúcida del capitalismo desde 1847: “Llegó finalmente un tiempo en donde todo lo que los hombres habían guardado como inalienable se volvió objeto de intercambio, de tráfico y podía ser alienado. Es el tiempo en el que las cosas mismas que hasta este momento eran comunicadas pero nunca intercambiadas, nunca vendidas, adquiridas pero no compradas –virtud, amor, opinión, ciencia, conciencia, etcétera–, el tiempo en el cual todo pasó al comercio. Es el tiempo de la corrupción general, de la venalidad universal en el cual, para hablar en términos de la economía política, cada cosa, moral o física, transformándose en valor venal, es llevada al mercado para ser apreciada en su más justo valor”.<br /><br />Las primeras reacciones, no solamente obreras, sino también campesinas y populares contra la mercantilización capitalista han ocurrido en el nombre de ciertos valores sociales, ciertas necesidades sociales consideradas como más legítimas que la economía política del capital. Estudiando estos movimientos de las multitudes, rebeliones del hambre en el siglo XVIII inglés, el historiador E.P. Thompson habla de la confrontación entre la “economía moral” de la plebe y la economía capitalista de mercado (que encuentra en Adam Smith su primer gran teórico). Las revueltas del hambre (en las que las mujeres jugaban un papel principal) eran una forma de resistencia al mercado –en el nombre de la antigua “economía moral” de las normas comunitarias tradicionales– que tenían su propia racionalidad y que, a largo plazo, habían salvado a los estratos populares de las hambrunas .<br /><br />El socialismo moderno es el heredero de esta protesta social, de esta “economía moral”. Quiere fundar la producción ya no sobre los criterios del mercado y del capital –la “demanda solventable”, la rentabilidad, la ganancia, la acumulación– sino en función de la satisfacción de necesidades sociales, el “bien común”, la justicia social. Se trata de valores cualitativos, irreductibles a la cuantificación mercantil y monetaria. Rechazando el productivismo, Marx insistía en la prioridad del ser de los individuos –la plena realización de sus potencialidades humanas– por sobre el haber, la posesión de bienes. Para él, la primera necesidad social, la más imperativa, y la que habría las puertas del “Reino de la Libertad” era el tiempo libre, la reducción de la jornada de trabajo, la realización de los individuos en el juego, el estudio, la actividad ciudadana, la creación artística, el amor.<br /><br />Entre estas necesidades hay una que toma una importancia siempre más decisiva hoy día –y que Marx no había tomado suficientemente en cuenta (salvo en algunos pasajes aislados) en su obra–: la necesidad de salvaguardar el entorno natural, la necesidad de un aire respirable, de agua potable, de alimentación libre de venenos químicos o de radiaciones nucleares. Una necesidad que se identifica, tendencialmente, con el imperativo mismo de la supervivencia de la especie humana en este planeta, en el cual el equilibrio ecológico está seriamente amenazado por las consecuencias catastróficas –efecto invernadero, destrucción de la capa de ozono, peligro nuclear– de la expansión infinita del productivismo capitalista.<br /><br />El socialismo y la ecología comparten entonces valores sociales cualitativos, irreductibles al mercado. Comparten también una rebelión contra “la Gran transformación”, contra la autonomización reificada de la economía en relación con las sociedades y un deseo de “reubicar” a la economía en un entorno social y natural . Sin embargo, esta convergencia no es posible sino a condición de que los marxistas sometan a un análisis crítico su concepción tradicional de las “fuerzas productivas” –regresaremos a este punto– y que los ecologistas rompan con la ilusión de una “economía de mercado” limpia. Esta doble operación es la obra de una corriente, el ecosocialismo, que logró la síntesis entre las dos aproximaciones.<br /><br />¿Qué es entonces el ecosocialismo? Se trata de una corriente de pensamiento y de acción ecológica que integra los aportes fundamentales del marxismo, liberándose de las escorias productivistas; una corriente que entendió que la lógica del mercado capitalista y de la ganancia –así como la del autoritarismo tecnoburocrático de las difuntas “democracias populares”– son incompatibles con la defensa del medio ambiente. En fin, una corriente que, criticando la ideología de las corrientes dominantes del movimiento obrero, sabe que los trabajadores y sus organizaciones son una fuerza esencial para toda transformación radical del sistema.<br /><br />El ecosocialismo se desarrolló –a partir de las investigaciones de algunos pioneros rusos de final del siglo XIX e inicio del XX (Serge Podolinsky, Vladimir Vernadsky)– sobretodo en el curso de los últimos 25 años, gracias a los trabajos de pensadores de la talla de Manuel Sacristán, Raymond Williams, André Gorz (en sus primeros escritos), así como las importantes contribuciones de James O'Connor, Barry Commoner, Juan Martinez Allier, Francisco Fernández Buey, Jean-Paul Déléage, Elmar Altvater, Frieder Otto Wolf, Joel Kovel y muchos otros.<br /><br />Esta corriente está lejos de ser políticamente homogénea. Sin embargo, la mayor parte de sus representantes comparte ciertos temas comunes. En ruptura con la ideología productivista del progreso –en su forma capitalista y/o burocrática (léase “socialista real”)– y opuesta a la expansión al infinito de un modo de producción y de consumo destructor del medio ambiente, representa en el movimiento ecológico la tendencia más avanzada, más sensible a los intereses de los trabajadores y los pueblos del sur, la que entendió la imposibilidad de un “desarrollo sostenible” en el marco de la economía capitalista de mercado.<br /><br />¿Cuáles podrían ser los principales elementos de una ética ecosocialista, que se oponga radicalmente a la lógica destructora y “no-ética” (Weber) de la rentabilidad capitalista y del mercado total, este sistema de “venalidad universal” (Marx)?<br /><br />Avanzaré aquí algunas hipótesis, algunos puntos de partida para la discusión.<br /><br />En primer lugar, se trata a mi parecer de una ética social: no es una ética de comportamientos individuales, no apunta a culpabilizar las personas, promover el ascetismo o la autolimitación. Es importante que los individuos sean educados en el respeto del medio ambiente y el rechazo del desperdicio; sin embargo, el verdadero nudo está en otra parte: el cambio de las estructuras económicas y sociales capitalistas-mercantiles, el establecimiento de un nuevo paradigma de la producción y la distribución, fundado, como lo hemos visto más arriba, en la consideración de las necesidades sociales, –en particular, la necesidad esencial de vivir en un medio natural no degradado. Un cambio que exige a actores sociales, movimientos sociales, organizaciones ecológicas, partidos políticos y no solamente individuos de buena voluntad.<br /><br />Esta ética es una ética humanista. Vivir en armonía con la naturaleza, proteger a las especies amenazadas son valores humanos –así como la destrucción, por la medicina, de las formas vivas que agreden la vida humana (microbios, virus, parásitos). El mosco anophel, portador de la fiebre amarilla, no tiene el mismo “derecho a la vida” que los niños del Tercer Mundo amenazados por esta enfermedad: para salvar a estos últimos, es éticamente legítimo erradicar, en ciertas regiones, la primera...<br /><br />La crisis ecológica, amenazando el equilibrio natural del medio ambiente, pone en peligro no solamente la fauna y la flora, sino también y sobretodo la salud, las condiciones de vida, la supervivencia misma de nuestra especie. Ninguna necesidad entonces de hacer la guerra al humanismo o al “antropocentrismo” para ver en la defensa de la biodiversidad o de las especies animales en vía de desaparición, una exigencia ética y política El combate para salvar el medio ambiente, que es necesariamente el combate para un cambio de civilización, es un imperativo humanista, relativo no solamente a tal o cual clase social, sino al conjunto de los individuos.<br /><br />Este imperativo está relacionado con las futuras generaciones, amenazadas con recibir en herencia un planeta inhabitable a causa de la acumulación siempre más incontrolable de los daños al medio ambiente. Pero, el discurso que centraba la ética ecológica fundamentalmente en este peligro, está hoy ampliamente superado. Se trata de una cuestión mucho más urgente relacionada directamente con las generaciones presentes: los individuos que viven al principio del siglo XXI conocen ya las consecuencias dramáticas de la destrucción y el envenenamiento capitalista de la biosfera, y arriesgan encontrarse –en todo caso los jóvenes– dentro de veinte o treinta años con verdaderas catástrofes.<br /><br />Se trata también de una ética igualitaria: el modo de producción y de consumo actual de los países capitalistas avanzados, fundado en una lógica de acumulación ilimitada (de capital, de ganancias, de mercancías), de desperdicio de recursos, de consumo ostentoso y de destrucción acelerada del medio ambiente, no puede de ninguna manera ser extendido al conjunto del planeta, bajo el riesgo de una crisis ecológica mayor.<br /><br />Este sistema está entonces necesariamente fundado en el mantenimiento y la agravación de la desigualdad estridente entre norte y sur. El proyecto ecosocialista apunta a una redistribución planetaria de la riqueza y a un desarrollo en común de los recursos, gracias a un nuevo paradigma productivo.<br /><br />La exigencia ético-social de la satisfacción de las necesidades sociales no tiene sentido sino al interior de un espíritu de justicia social, de igualdad –lo cual no quiere decir homogenización– y de solidaridad. Implica, en última instancia, la apropiación colectiva de los medios de producción y la distribución de bienes y servicios “a cada uno según sus necesidades”. No tiene nada que ver con la pretendida “equidad” liberal que quiere justificar las desigualdades sociales en la medida en que estarían “ligadas a funciones abiertas a todos en condiciones de igualdad equitativa de oportunidades” (Rawls) ; argumento clásico de los defensores de la “libre competencia” económica y social.<br /><br />El ecosocialismo implica, de igual manera, una ética democrática: mientras que las decisiones económicas y las elecciones productivas queden en manos de una oligarquía de capitalistas, banqueros y tecnócratas, o en el desaparecido sistema de las economías estatalizadas, de una burocracia que escape a todo control democrático, no saldremos del ciclo infernal del productivismo, de la explotación de los trabajadores y de la destrucción del medio ambiente. La democratización económica –que implica la socialización de las fuerzas productivas– significa que las grandes decisiones sobre la producción y la distribución no serán tomadas por “los mercados” o por un politburó, sino por la sociedad misma después de un debate democrático y pluralista en el cual se opongan las propuestas y las opciones distintas. Es la condición necesaria para la introducción de otra lógica socioeconómica y de otra relación con la naturaleza.<br /><br />Por último, el ecosocialismo es una ética radical, en el sentido etimológico de la palabra: una ética que se propone ir a la raíz del mal. Las medias medidas, las semirreformas, las conferencias de Río, los mercados de derecho de contaminación son incapaces de aportar una solución. Se requiere de un cambio radical de paradigma, un nuevo modelo de civilización, una transformación revolucionaria.<br /><br />Esta revolución toca a las relaciones sociales de producción –la propiedad privada, la división del trabajo– pero también a las fuerzas productivas. Contra cierto marxismo vulgar –que puede apoyarse sobre algunos textos del fundador– que concibe el cambio únicamente como supresión –en el sentido del Aufhebung hegeliano– de las relaciones sociales capitalistas, “obstáculos al libre desarrollo de las fuerzas productivas”, hay que poner en cuestión la estructura misma del proceso de producción.<br /><br />Para parafrasear la célebre fórmula de Marx sobre el Estado después de la Comuna de Paris: los trabajadores, el pueblo, no pueden apropiarse del aparato productivo y hacerlo simplemente funcionar en su provecho: tienen que “romperlo” y sustituirlo con otro. Lo que quiere decir una transformación profunda de la estructura técnica de la producción y de las fuentes de energía –esencialmente fósiles o nucleares– que le dan forma. Una tecnología que respecte el medio ambiente, y las energías renovables –en particular la solar– está en el corazón del proyecto ecosocialista .<br /><br />La utopía del socialismo ecológico, de un “comunismo solar” no significa que no haya que combatir desde hoy para objetivos inmediatos que prefiguran el porvenir y están inspirados en estos mismos valores:<br /><br />- Privilegiar a los transportes públicos contra la proliferación monstruosa de los automóviles individuales y el transporte por carretera.<br /><br />- Salir de la trampa nuclear y desarrollar fuentes energéticas renovables.<br />- Exigir el respeto de los acuerdos de Kyoto sobre el efecto invernadero, rechazando la mitificación del “mercado de los derechos de contaminación”.<br />- Luchar por una agricultura biológica, combatiendo las multinacionales de las semillas y sus OGM.<br /><br />Son solamente algunos ejemplos, se podría fácilmente extender el listado. Encontramos estas demandas, y otras similares, entre las reivindicaciones del movimiento internacional contra la globalización capitalista y el neoliberalismo, que ha surgido de la conferencia “intergaláctica” contra el neoliberalismo y por la humanidad, organizada por los zapatistas en las montañas de Chiapas, y que reveló su fuerza de protesta en las manifestaciones en las calles de Seattle (1999), Praga, Québec, Niza (2000) y Génova (2001). Un movimiento que no es solamente crítico de las monstruosas injusticias sociales producidas por el sistema, sino que es también capaz de proponer alternativas concretas, como por ejemplo en el Foro Social Mundial de Porto Alegre (enero de 2001).<br /><br />Ese movimiento, que rechaza la mercantilización del mundo, encuentra la inspiración moral de su rebelión y de sus propuestas en una ética de la solidaridad inspirada en valores sociales y ecológicos cercanos a los enunciados aquí.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">Traducción: Massimo Modonesi </span><br />Tomado de MEMORIA<br /><br /></span><div class="blogger-post-footer">Socialismo en la Red</div>socialismoenlaredhttp://www.blogger.com/profile/05241358618163923097noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4088563627737470357.post-4762960304126400662009-06-24T08:29:00.000-07:002009-06-24T08:32:49.374-07:00“El capitalismo no desaparecerá a menos que nos organicemos para tener otro sistema“<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSmkrJZHf7jAOBUdZHoAnhUhLMU5D1AtEz0E2h8JYZ14n3eBCjvUfaa0OCsviqkVdUeToXekTIhjeY-QxIQEZOexy6s_blnd7IDC2ELv0HDvvY-djEUb1UGwbVxqIOZmOg_Am0M7Ycsts/s1600-h/96678_walden.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 320px; height: 214px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSmkrJZHf7jAOBUdZHoAnhUhLMU5D1AtEz0E2h8JYZ14n3eBCjvUfaa0OCsviqkVdUeToXekTIhjeY-QxIQEZOexy6s_blnd7IDC2ELv0HDvvY-djEUb1UGwbVxqIOZmOg_Am0M7Ycsts/s320/96678_walden.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5350917317098602050" border="0" /></a><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-weight: bold;">Después de los tiempos de ofensiva neoliberal, en los que los movimientos adoptaban una “postura defensiva”, Walden Bello señala las oportunidades de pasar a la ofensiva en el momento en que el sistema se “encuentra colapsado”</span><br /><br /><span style="font-weight: bold;">DIAGONAL</span>: ¿Estamos ante el final del capitalismo financiero?<br /><br /><span style="font-weight: bold;">WALDEN BELLO</span>: Es difícil hablar del final del capitalismo porque el capitalismo es muy flexible. Y puedes tener capitalismo con una imagen socialdemócrata a nivel global y en mi opinión Obama representa este tipo de capitalismo reformista, un nuevo compromiso de clase con algunas reformas que el Norte y las corporaciones tratan comercialmente con el Sur. Pero la idea subyacente es que los países impongan cierta estabilidad para permitir la reproducción del capitalismo, que apoya los grandes beneficios de las corporaciones transnacionales. Así que deberíamos ser conscientes de que la solución no debe ser la regulación, tiene que ser algo mucho más transformador. Realmente deberíamos hablar del poder de decisión de los ciudadanos y ciudadanas.<br /></div><br /><span class="fullpost">Ésta es una oportunidad que tenemos para ser capaces de impulsar una transformación más profunda y progresiva en la organización económica y para ir más allá de la simple regulación de mercados propuesta desde el capitalismo reformista. El capitalismo no desaparecerá a menos que nos organicemos para tener un sistema postcapitalista.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">D.: ¿Qué papel deberían jugar ahora los movimientos sociales?</span><br /><br />W.B.: Los movimientos sociales deberían dejar que fluyera toda su imaginación y unir fuerzas para organizar el mundo a nivel local, nacional, internacional de una manera nueva, distinta. En este momento el grito de guerra debería ser una democracia real, una participación democrática.<br /><br />Las redes internacionales y los movimientos antiglobalización deberían aprovechar para impulsar esta visión democrática del mundo, que va más allá de la regulación socialdemócrata establecida por los programas de estabilización social impulsados por el G-20 y Obama. Es muy tentador para los movimientos sociales estar de acuerdo con gente como Obama cuando afirma que lo más importante ahora es atender las emergencias, cuando dice “no penséis en esos sueños estratégicos, tenemos que trabajar unidos para parar la crisis global”.<br /><br />Yo creo que dejarse seducir por esas ideas es erróneo porque no vamos a salir de esta crisis con soluciones a corto plazo que estabilicen de nuevo el capitalismo. La única forma de la que realmente saldremos de esta crisis capitalista es presionando y luchando para conseguir una visión, un proceso y una estructura transformadoras, con las que podamos organizar nuestra economía nacional e internacional. Y aquí realmente la imaginación juega un papel muy importante.<br /><br />En los años ‘80, debido a la terrible brutalidad de la ofensiva neoliberal, la gente actuaba de manera defensiva pensando “vamos a proteger lo que tenemos”, y aún hoy en día muchos mantienen esta posición defensiva. Pero lo que ha cambiado es que ahora este sistema se ha colapsado y la gente realmente está buscando alternativas, así que deberíamos proporcionárselas porque la gente está harta de esta organización capitalista del mundo, están cansados de tanta alienación, de tantas estructuras que crean pobreza, de las brechas económicas que separan a la gente. La gente realmente está buscando nuevas formas de organización más cooperativa, lejos de esa economía individualista y egoísta que el neoliberalismo propone. Si nosotros no respondemos a esas demandas de la gente que busca cooperación, que busca una democracia real, otros lo harán, otros que dirán que son antineoliberales, que realmente quieren el cambio, pero que en el fondo su intención es proponer programas mucho más peligrosos, que dejen fuera a muchas personas, que las separen en vez de unirlas. Así que nuestra responsabilidad es liberar la imaginación y ser capaces de ofrecer formas nuevas de cooperación y organización económica.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">D.: EL G-20 ha decidido triplicar los fondos del Fondo Monetario Internacional (FMI). Ante el fallo de las instituciones neoliberales hay quien habla de un nuevo Bretton Woods.</span><br /><br />W. B.: No necesitamos un nuevo Bretton Woods, de hecho no necesitamos un Bretton Woods. La mejor solución para todos sería abolir el FMI, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio (OMC) porque son instituciones centrales que promueven el sistema del Norte y el interés de las corporaciones transnacionales y básicamente su agenda apoya de manera sistemática a las corporaciones.<br /><br />Desde el Sur debemos enfrentarnos a estas instituciones que quieren parecer más socialdemócratas, pero realmente sólo buscan estabilizar el capitalismo global en vez de transformar el mundo en función del interés de la población. Los países del Sur necesitan crear sus propias instituciones y dejar de depender de otras que están promovidas y secuestradas por los intereses de las transnacionales.<br /><br /><span style="font-weight: bold;"><br />D.: ¿Cuál es la posición de China en esta crisis?</span><br /><br />W.B.: En términos de la economía global, a lo largo de los últimos años, China y Estados Unidos han sido compañeros de baile. Los productos manufacturados de China se venden a los consumidores norteamericanos y China presta dinero a los Estados Unidos para mantener el ritmo de consumo de los ciudadanos norteamericanos. Así que éste ha sido el baile de la economía global a lo largo de los últimos años. Sin embargo, debido al colapso del crédito del consumidor estadounidense, las industrias de exportación chinas están sufriendo.<br /><br />Así que creo que va a haber una lucha muy fuerte en China entre dos corrientes de liderazgo distintas, aquellos que piensan que el país tiene que volver a centrar su crecimiento en la demanda interna y aquellos que apuestan por esperar a que pase la crisis y los consumidores de EE UU vuelvan a comprar cosas. Así que China se encuentra en esta encrucijada: o intenta recuperar y motivar una demanda interna o sigue jugando el rol de exportador de productos de bajo precio y basando su economía en las exportaciones. Pienso que esto va a ser una batalla política muy importante en China porque la transformación no llega sólo afirmando que vas a estimular la demanda interna, tienes que crear nuevas estructuras, que los campesinos tengan una renta, tienes que cambiar todo el patrón de agricultura subordinada a la industria.<br /><br />China puede elegir entre dirigirse por un camino de desarrollo sostenible basado en una distribución interna de la renta o continuar por el mismo camino asociándose a los grandes poderes económicos, convertida en la mayor fábrica del mundo y el prestamista de enormes cantidades de dinero al Norte. </span><div class="blogger-post-footer">Socialismo en la Red</div>socialismoenlaredhttp://www.blogger.com/profile/05241358618163923097noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4088563627737470357.post-40775784699329098772009-06-23T06:10:00.000-07:002009-06-23T06:16:15.366-07:00LA UNIVERSIDAD FRENTE A LA GLOBALIZACION<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEBBq4u6dDyLnW70BqeaJgaYJdx436W5_IRjyhr_kFgMxKksxUCz8d-2Tchyphenhyphen3dS5iCLSbCERx_12qSovd3cgqqVf36Yp_RHOWwZFK42LTxmqbomP21sRaNfuizZ3WoQsF5MHSAjLE_Pjo/s1600-h/Hinkelammert.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 195px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEBBq4u6dDyLnW70BqeaJgaYJdx436W5_IRjyhr_kFgMxKksxUCz8d-2Tchyphenhyphen3dS5iCLSbCERx_12qSovd3cgqqVf36Yp_RHOWwZFK42LTxmqbomP21sRaNfuizZ3WoQsF5MHSAjLE_Pjo/s320/Hinkelammert.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5350510981157952658" border="0" /></a><br /><span style="font-weight: bold;"> <br />Franz J. Hinkelammert</span><br /><br /><div style="text-align: justify;">Hoy tenemos una conciencia de globalidad que sitúa a la humanidad con una responsabilidad por la vida sobre la tierra como obligación ética y como condición de posibilidad de toda vida futura. Lo útil y lo ético se unen frente a este desafío. La globalización es otro proceso, que es de carácter más práctico: globalización de los mensajes, de los cálculos, de los transportes, con la consiguiente disponibilidad del globo, instantáneo en lo digital y a un mínimo tiempo de transporte físico. Esto ha permitido constituir mercados globales, redes de división social del trabajo planificadas por burocracias privadas multinacionales y por empresas de producción global.<br /><br />Frente a estos hechos, enfrentar las amenazas globales es ciertamente un problema político, pero no se puede tener éxito sin desarrollar una cultura que permita y motive la responsabilidad. La universidad es el lugar clave en la formulación y promoción de esa cultura de la responsabilidad basada en una cultura de la esperanza.<br /><br />La palabra globalización es ambigua. Hay mucha arbitrariedad en su interpretación. Sin embargo, tenemos que precisarla para poder discutir el problema de la universidad de hoy frente a ella. Porque en un sentido por precisar, hoy hace falta analizar la universidad en el contexto que llamamos globalización.<br /></div><br /><span class="fullpost"><span style="font-weight: bold;">La globalidad del mundo: las amenazas globales</span><br /><br />El mundo se ha hecho global. En el sentido más general podemos afirmar que el desarrollo tecnológico ha llevado a una situación, en la cual estamos obligados a tomar conciencia de la globalidad de nuestra tierra. Se trata ciertamente de un proceso histórico muy largo, pero este proceso llevó a una conciencia de globalidad, que hoy muchas veces olvidamos, cuando hablamos de globalización. Se trata de una vivencia de globalidad, que ha implicado un corte histórico y que está por distinguir nuestra historia presente y futura de toda historia humana anterior.<br /><br />Tenemos entonces un sentido de la palabra globalidad, que tenemos que tener presente en cualquier discusión sobre la globalización. Implica una transformación fundamental de toda vida humana, que se hizo notar la primera vez en 1945 con el lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima.<br /><br />En ese momento comenzó una nueva conciencia de la globalidad de la vida humana y de la misma existencia del planeta, que se había globalizado de una manera nueva. Si la humanidad quería seguir viviendo, tenía que asumir una responsabilidad que hasta ahora sólo se podría haber soñado. Era la responsabilidad por la vida sobre la tierra. Esta responsabilidad apareció entonces como obligación ética, pero al mismo tiempo como condición de posibilidad de toda vida futura. La exigencia ética y la condición de posibilidad de la vida se unieron en una única exigencia. Lo útil y lo ético se unieron, no obstante toda una tradición positivista que por mucho tiempo los había separado.<br /><br />Pero, en cierto sentido, la bomba atómica parecía todavía algo externo a la acción humana cotidiana. Parecía que si se conseguía evitar su aplicación por medios que correspondían a la política de los Estados, se podría seguir viviendo como siempre. Sin embargo, la nueva globalización tocó de nuevo a la puerta. Esta vez con el informe del Club de Roma sobre los límites del crecimiento, que salió a la publicidad en 1972. Los límites del crecimiento expresaron de una manera nueva la redondez de la tierra, su carácter de globo. Otra vez la tierra se hacía más redonda. Sólo que la amenaza provenía ahora de la acción humana cotidiana, no de ningún instrumento específico que se podría controlar por medios aparentemente externos. Toda la acción humana, desde las empresas, los Estados, y la acción de cada uno, estaban involucrados en su quehacer cotidiano. Aparecía de nuevo la responsabilidad humana por el globo. Aunque esta vez con mucha más intensidad. La humanidad tenía que dar respuestas a efectos cotidianos de su propia acción cotidiana. Toda la canalización de la acción humana por el cálculo de utilidad (interés propio) y la maximización de las ganancias en los mercados, estaba ahora en cuestión. Esta crítica se convirtió entonces en condición de posibilidad de la propia vida humana, y también en exigencia ética. De nuevo, lo útil y lo ético se unieron en una única experiencia.<br /><br />Siguieron nuevas experiencias de la redondez y, por tanto, globalidad de la tierra, como por ejemplo la experiencia de límites al crecimiento posible de la población.<br /><br />En los años ochenta hubo otra vez un impacto grande cuando apareció la biotecnología. La vida misma había sido transformada en objeto de una nueva acción humana, una vez más de presencia cotidiana. Reaparecía la amenaza del globo, y volvía a aparecer la exigencia de la responsabilidad por el globo, sólo que esta vez surgía directamente a partir del método de las ciencias empíricas. Al desarrollar el conocimiento de elementos básicos de la vida, el método tradicional de la ciencia empírica –el tratamiento de su objeto mediante su parcialización– hizo aparecer una amenaza al globo que va de nuevo a la raíz de la modernidad. Ya no es posible hacer una distinción nítida entre el desarrollo de conocimientos y su aplicación. En la ciencia de la vida, y por tanto en la biotecnología, el desarrollo del conocimiento ya es su aplicación. No se puede desarrollar el conocimiento sobre clones humanos sin hacerlos. Lo que ahora estaba cuestionado no era tanto la maximización de la ganancia en los mercados, sino la propia percepción de la cientificidad. Nuevamente aparece la necesidad de la responsabilidad humana frente a la tierra redonda. Pero esta vez se trata de una responsabilidad frente a los efectos del propio método científico.<br /><br />En relación al conjunto de estas amenazas globales se ha desembocado en una crisis general de la convivencia humana. El desmoronamiento de las relaciones humanas, que está en curso, afecta la propia posibilidad de la convivencia. Cuanto más aparece la exclusión creciente de sectores de la población humana, el comportamiento inhumano inevitable en relación a estos excluidos se generaliza y es asimilado en el comportamiento mutuo entre los incluidos. No aparece una polarización entre incluidos, quienes mantienen la capacidad de convivencia, frente a excluidos, quienes la pierden, sino que la pérdida se transforma en pérdida general. El polo de los incluidos disuelve su capacidad de convivencia en un grado quizás mayor que el polo de los excluidos. Se trata hasta ahora de la última amenaza global, que puede resultar a la postre la peor, porque incapacita frente a la necesidad de enfrentar a las otras. Aparece, por consiguiente, la responsabilidad frente a la propia capacidad de convivencia humana.<br /><br />Esta responsabilidad global frente a las amenazas globales tiene algo de compulsivo, pese a que no es algo que se da de forma automática. Vivimos más bien un tiempo de rechazo de esta responsabilidad frente a la cual no existe neutralidad. Cuando un amigo que va de viaje nos entrega un objeto valioso para guardarlo, podemos rechazar esta responsabilidad aduciendo razones. El amigo, entonces, tiene que buscarse a otro que se lo guarde. Nuestra actitud en este caso no es irresponsable, sino que más bien puede ser una expresión de responsabilidad. La responsabilidad por las condiciones de posibilidad de la vida, en cambio, no es de este tipo. Somos responsables aunque no lo queramos. Si rechazamos esta responsabilidad, no nos la quitamos de encima. Somos entonces irresponsables, pero no podemos salirnos de la disyuntiva. O nos hacemos responsables del globo globalizado, o estamos involucrados en su destrucción.<br /><br />Evidentemente nuestra vida se ha globalizado de una manera nueva, como nunca había ocurrido en la historia humana. La humanidad ya no puede vivir sin aceptar esta responsabilidad por el globo. Esto se refleja en la vida de cada uno, en cuanto sabe que vive en una cadena de generaciones. Para que nosotros o nuestros hijos e hijas puedan vivir, hay que aceptar esta responsabilidad. Estamos globalizados, lo queramos o no.<br /><br />Esta globalidad de la tierra, que se nos impone por las amenazas globales, es producto del propio método científico parcializado y de la aplicación de sus resultados en el desarrollo técnico guiado por un cálculo- costo-beneficio totalizado. El desarrollo técnico consiguiente topa con su límite objetivo dado por las amenazas globales.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">La globalización como estrategia de acumulación de capital</span><br /><br />El mismo desarrollo tecnológico, que resultó en las amenazas globales para la vida humana e inclusive para toda la vida en la tierra, llevó consigo un aumento del acceso a todas las riquezas de la tierra por parte de las empresas, que se constituyen desde la II. Guerra Mundial como burocracias privadas transnacionales. Se trata de la globalización de los mensajes, de los cálculos, de los transportes y la consiguiente disponibilidad del globo. En este sentido, se habla de la "aldea planetaria". Los mensajes y los cálculos se han hecho prácticamente instantáneos, y desde cualquier lugar del globo se puede alcanzar cualquier otro lugar en menos de un día de tiempo de transporte. El globo ha sido hecho disponible.<br /><br />Eso ha dado la posibilidad de constituir mercados globales, inclusive los mercados financieros. Pero también es posible ahora constituir redes de división social del trabajo planificadas por burocracias privadas multinacionales que disponen globalmente. Aparecen las empresas de producción global, que no solamente compran y venden en el mundo entero, sino que efectúan un proceso de producción distribuido en sus partes también en el mundo entero. Antes había también empresas de compra y venta mundial, pero ahora aparecen estas empresas que son de producción mundial. Un ejemplo claro es la maquila, por medio de la cual simples etapas del producto final son distribuidas en el mundo entero. El aprovechamiento de esta globalización de los mensajes, de los cálculos y de los medios de transporte impregna hoy nuestra vida. Sin embargo, a ella se ha impuesto el globalismo de una estrategia de acumulación de capital a nivel mundial, que hoy se llama una política de globalización. Este globalismo no es de ninguna manera un resultado necesario del proceso de globalización de mensajes, cálculos, medios de transporte, sino un aprovechamiento unilateral de ella en función de una totalización de los mercados. En América Latina se trata de lo que muchas veces se llama la política neoliberal de los ajustes estructurales. Estos ajustes son la condición impuesta al mundo para el funcionamiento de esta economía de acumulación global del capital. Estos ajustes expresan con mucha fidelidad las exigencias del funcionamiento de las empresas de producción mundial. Se trata de una estrategia de acumulación de capital nueva, que es nombrada estrategia de globa-lización.<br /><br />Nuestro lenguaje sobre la globalización se refiere muy unilateral-mente a este globalismo de una estrategia de acumulación de capital. Los globalizadores de esta estrategia casi no hablan de la globalidad de la tierra que se nos hace presente por las amenazas globales. Aunque no las pueden negar, ellos mismos se ponen ciegos frente a ellas. Los tímidos intentos por responderlas son rápidamente revocados, como ocurrió recientemente con los acuerdos de Kyoto y su frivolidad en su derogación por el actual presidente Bush de EE.UU.<br /><br />Esta estrategia y su persecución ciega, tiene algo de un fundamen-talismo de religión de mercado. Las religiones suelen desarrollar fundamentalismos ciegos cuando sus creencias básicas son puestas seriamente en duda; la religión del mercado de los globalizadores no resulta diferente. En el grado en el cual se hizo visible que las amenazas globales que hoy penden sobre nosotros, están estrechamente vinculadas con el desarrollo y la aplicación de nuevas tecnologías según un criterio de costo-beneficio totalizado, el fundamentalismo neoliberal de mercado no llamó a la cautela, sino al extremismo más radical. Eso explica el hecho de que después de que aparecieron estas amenazas globales, se haya intensificado con los ojos abiertos el proceso destructivo que está derivando de la aplicación indiscriminada del propio desarrollo tecnológico. El fundamentalismo neoliberal se hace fundamentalismo de talibanes en la religión del mito del crecimiento infinito.<br /><br />Se nota cada vez más que la orientación exclusiva a la aplicación de las tecnologías por el cálculo de costo-beneficio establece un límite decisivo para la posibilidad de enfrentar las amenazas globales. Por tanto, este fundamentalismo neoliberal nos lleva a extremos de destrucción no vistos antes.<br /><br />Eso ha cambiado el carácter de las inversiones de capital en general. Aparece mucho más capital de lo que sería posible invertir en capital productivo. Luego, una parte cada vez mayor de los capitales disponibles tiene que ser invertida especulativamente. Pero el capital especulativo tiene que tener por lo menos la misma rentabilidad que el capital productivo; por eso aparece ahora la cacería de posibilidades de ubicación rentable de los capitales especulativos. Y tales posibilidades de inversiones especulativas se dan en especial en aquellos sectores de la sociedad que hasta ahora han sido desarrollados fuera del ámbito de los criterios de rentabilidad: las escuelas, los jardines infantiles, las universidades, los sistemas de salud, las carreteras, la infraestructura energética, los ferrocarriles, el correo, las telecomunicaciones, los otros medios de comunicación, etc. Su transformación en esfera de ubicación del capital no-productivo resulta la manera más fácil de encontrar lugares de aplicación del capital especulativo. Se trata sobre todo de las actividades del Estado, las cuales pueden ser transformadas en esferas para este capital, incluyendo las actividades en el campo de la educación y de la salud. Sin ocupar estas actividades estatales, difícilmente el capital especulativo encuentra ubicación. Eso explica la presión mundial por la privatización de las funciones del Estado, con el fin de hallar esferas de inversión no-productiva. El capital devora ahora a los seres humanos: se transforma en un caníbal. Cualquier actividad humana tiene que ser transformada en una esfera de inversión del capital, para que el capital especulativo pueda vivir. Los sueños anarco-capitalistas van aún mucho más lejos. Inclusive la policía, la función legislativa y la judicial y el mismo gobierno, se pretende transformarlos en esferas de inversión de estos capitales. El ser humano recibe la licencia para vivir y participar en cualquier sector de la sociedad, únicamente si paga al capital especulativo los tributos correspondientes bajo la forma de interés. Aparece un sobremundo al cual hay que tributarle los sacrificios necesarios para adquirir el derecho de vivir.<br /><br /><span style="font-weight: bold;"><br />La universidad y la cultura de la responsabilidad</span><br /><br />Enfrentar las amenazas globales es ciertamente un problema político. Pero no se reduce a eso. La universidad no es una instancia política y no tiene la función de llevar a cabo estas políticas necesarias; pero este enfrentamiento tiene dimensiones que van mucho más allá de la acción política: toda nuestra cultura y civilización están involucrados. No se puede enfrentar las amenazas globales sin desarrollar una cultura que permita y empuje hacia la responsabilidad en relación con estas amenazas globales. Sin embargo, no puede empujar hacia la responsabilidad sino en el ámbito de una gran esperanza. La responsabilidad presupone esta esperanza. Si uno se da cuenta de eso, aparece una función clave, cuyo cumplimiento no compete exclusivamente a la universidad, pero que depende en parte importante de ella. La universidad es un lugar clave en nuestra sociedad pues en ella es formulada y desarrollada nuestra cultura. La función que aparece para la universidad es la de promoción de una cultura de la responsabilidad, basada en una cultura de la esperanza.<br /><br />Hay una fórmula desarrollada precisamente por la actual política que niega a la universidad su lugar como uno de los espacios claves de nuestra cultura, y que se está imponiendo cada vez más: es la que habla de "un nuevo modelo de desarrollo basado en el capital humano". Es una fórmula que a mí personalmente me produce escalofríos, porque es análoga a aquella que me trataron de indoctrinar como niño en la sociedad nazi alemana, donde se hablaba constantemente del "material humano" y su importancia clave para el desarrollo de la sociedad humana.<br /><br />Hoy hay una estrategia mundial, conducida por el Banco Mundial, para reducir toda educación, pero especialmente la universitaria, a un lugar de producción de "capital humano", considerado como un medio de producción. La misma educación es transformada en una inversión en capital humano, el estudiante en alguien que invierte en sí mismo, como dueño de sí mismo en cuanto capital humano. La empresa, que posteriormente lo contrata, resulta ser ahora un receptor de capital humano, que paga un ingreso al dueño del capital humano. Este ingreso ahora es considerado la rentabilidad del capital humano, que es la persona contratada. Toda la educación, inclusive la universitaria, es entonces vista como un lugar de producción en función de la rentabilidad de este circuito. Por tanto, esta educación como lugar de producción de capital humano tiene que seguir criterios de rentabilidad (1).<br /><br /><span style="font-weight: bold;">No hay entonces lugar para ninguna cultura que no sea la que realiza un aporte a la producción o implementación del propio capital humano.</span><br /><br />Si se logra realizar este proyecto, ello significará el fin de la cultura occidental. Se disuelve en el negocio. El propio ser humano se disuelve en la transformación, en una parte de un engranaje gigantesco de un movimiento sin fin de crecimiento económico sin destino. Aparece entonces el problema de la pérdida del sentido de la vida, que no tiene solución por el simple hecho de que la vida del capital humano no tiene sentido, el sentido de la vida es vivirla, pero el capital humano no vive su vida. Vive la vida del capital, que carece de por sí de un sentido propio (2).<br /><br />Sin embargo, si analizamos estas tendencias en relación al proceso de globalización en curso, tenemos que hacer hincapié en otra dimensión de tal reducción del ser humano a capital humano. Lo habíamos visto hasta ahora en sus dos dimensiones: por un lado, en su dimensión de globalidad de la tierra, que se nos hace presente por las amenazas globales. Es la dimensión de la exigencia de la responsabilidad humana por el propio futuro de la vida humana y de la naturaleza. Por el otro lado, la dimensión del acceso ilimitado al pillaje de la tierra y de la humanidad por parte de las burocracias privadas de la empresa transnacional dominante hoy, que impuso la estrategia de acumulación de capital irrestricta, que hoy se llama estrategia de globalización.<br /><br />Es una estrategia de la irresponsabilidad completa frente a las amenazas globales, que exigen nuestra responsabilidad (3). Sin embargo, esta estrategia de la irresponsabilidad necesita seres humanos tan irresponsables como la propia estrategia lo es. En el grado, en el cual logra reducir al ser humano a capital humano, logra inculcar al ser humano esta irresponsabilidad necesaria para poder seguir con la estrategia.<br /><br />Pero la responsabilidad pueden asumirla solamente seres humanos capaces de verla. Solamente una cultura de responsabilidad puede abrir los ojos frente al problema. Sin una cultura de responsabilidad no habrá política de responsabilidad. Eso nos lleva de vuelta al problema de la universidad como un lugar clave para la creación de la cultura. Hace falta esta universidad, en cuanto lugar de creación de cultura, para que haya un lugar en el cual esta cultura de la responsabilidad puede crecer. No es el único lugar. Todo el sistema de educación está implicado; y no solamente el sistema de educación, toda nuestra manera de vivir tiene que penetrarse por una cultura de responsabilidad. Sin embargo, la universidad tiene una función especial por el hecho de que una cultura no se puede desarrollar si no está acompañada por pensamientos profundos, que hasta hoy han tenido su lugar más destacado en las universidades.<br /><br />Esta cultura de la responsabilidad, por supuesto, es crítica. Pero el acento no está en la crítica, sino en la responsabilidad, que exige ser crítico. También la cultura de responsabilidad lleva a la resistencia. Pero, otra vez, el acento no está en la resistencia, sino en la responsabilidad. Eso por el hecho de que es la responsabilidad la que lleva a la resistencia.<br /><br />En este mismo sentido, no se trata solamente de una recuperación de la tradición de la universidad humanista occidental y de su conservación. Esta tradición ha sido socavada por la improvisación de los criterios de formación del capital humano. Tenemos que recuperarla, pero, creo yo, eso no es posible sino como una dimensión de la cultura de la responsabilidad.<br /><br />Por supuesto, la universidad tiene que formar profesionales capaces de desempeñarse en sus profesiones respectivas. Pero esta formación la universidad tiene que insertarla en una participación en la creación de una cultura, cuyo sentido va más allá de la capacitación para el ejercicio de una función, y tiene que ser una formación a partir de la creación de esta cultura.<br /><br />Con eso, la universidad se ubica en un ámbito que va más allá de lo que concibe el actual proyecto de reducción de la formación a la producción de capital humano. Se trata de un ámbito que no se debe someter ilimitadamente al cálculo –tanto de la rentabilidad como del crecimiento económico–, sino en uno que cuestione la propia tendencia actual a la totalización de estos cálculos. No lo hace solamente en nombre de algunos valores que tengan validez de por sí y por simple afirmación, aunque estos valores serían ya argumento suficiente para efectuar este cuestionamiento; debe hacerlo sobre todo en nombre de la responsabilidad, que la propia globalidad del mundo –que se nos hace presente con fuerza irresistible a través de las amenazas globales– nos impone.<br /><br />Sin embargo, a partir de la responsabilidad, aparece la necesidad de valores. Valores a los cuales tiene que ser sometido cualquier cálculo de utilidad (o de interés propio o costo-beneficio). Son valores del bien común cuya validez se constituye antes de cualquier cálculo, y que desembocan en un conflicto con el cálculo de rentabilidad y sus resultados. Son los valores del respeto al ser humano, a su vida en todas sus dimensiones, y del respeto a la vida de la naturaleza. Son valores del reconocimiento mutuo entre seres humanos, incluyendo en este reconocimiento el ser natural de todo ser humano y el reconocimiento de parte de los seres humanos hacia la naturaleza externa a ellos. No se justifican por ventajas calculables en términos de la utilidad o del interés propio. No obstante son la base de la vida humana, sin la cual ésta se destruye en el sentido más elemental de la palabra.<br /><br />Estos valores interpelan al sistema, y en su nombre se requiere ejercer resistencia para transformarlo e intervenirlo. Sin esta interpelación del sistema estos valores no serían sino un moralismo más. El bien común es este proceso en el cual los valores del bien común son enfrentados al sistema para interpelarlo, transformarlo e intervenirlo. De ninguna manera debe ser entendido como un cuerpo de "leyes naturales" enfrentando a las leyes positivas. Es interpelación, no receta. Por eso tampoco debe intentar ofrecer instituciones naturales o de ley natural, pues parte del sistema social existente para transformarlo hacia los valores de bien común, en relación a los cuales todo sistema es subsidiario. Pero los valores de bien común no son leyes o normas, son criterios sobre leyes y normas. Emanan de la responsabilidad. En consecuencia, su fuerza es la resistencia. Recién en el contexto de esta realidad, y en subsidiaridad hacia ella, puede tener lugar el cálculo de costo- beneficio. Asumir esta realidad, es responsabilidad.<br /><br />Pero la responsabilidad no es un producto directo del miedo. El miedo puro paraliza y aumenta solamente la agresividad del sistema. La responsabilidad presupone la esperanza. Solamente la esperanza da este punto de Arquímedes, a partir del cual el miedo puede ser transformado en responsabilidad. El fundamentalismo del sistema resulta de un miedo que ha perdido la esperanza.<br /><br />Lo que necesitamos es esta responsabilidad por un mundo hecho global, amenazado por la estrategia de acumulación de capital llamada globalización. Hay que proteger un mundo global del ataque mortal de parte de los globalizadores. De esta responsabilidad resultan las posibles alternativas.<br /><br /><br />Notas:<br /><br />* Clase Magistral de Inauguración del Año Académico 2005 en la Universidad Bolivariana.<br /><br />(1) Hay un trabajo muy documentado de John Saxe-Fernández, que presenta esta estrategia: Saxe-Fernández, John: Globalización, Poder y Educación Pública. Trabajo presentado ante el Seminario Internacional "Neoliberalismo: Planteamientos Críticas y Alternativas", organizado por el Seminario "El Mundo Actual" del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, Marzo 10-13 de 2000.<br /><br />(2) Esto se refleja en un best-seller que se lee ahora mucho en Europa: Houellebecq, Michel: Extension du domaine de la lutte. Nadeau. Paris,1994. Este libro no reflexiona los hechos, pero presenta un reflejo perfecto del ser humano hecho capital humano.<br /><br />(3) Ver Jonas, Hans: El principio esperanza. Ensayo de una ética para la civilización tecnológica. Club de lectores. Barcelona.<br /><br /><span style="font-weight: bold;"> <br />F. Hinkelammert</span> es un economista, teórico social y teólogo alemán, doctor en economía de la Universidad Libre de Berlín, investigador del Departamento Ecuménico de Investigaciones de San José y autor de diversas obras. Publicado en Revista Polis, Santiago Chile, Volumen 4 Número 11, 2005. Publicado en nuestro sitio el 19 de diciembre de 2005. Se reproduce en nuestro sitio únicamente con fines informativos y educativos.<br /><br />http://www.globalizacion.org/biblioteca/HinkelammertGlbzUniversidad.htm<br /></span><div class="blogger-post-footer">Socialismo en la Red</div>socialismoenlaredhttp://www.blogger.com/profile/05241358618163923097noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4088563627737470357.post-57462380231807359612009-06-23T06:00:00.000-07:002009-06-23T06:09:50.503-07:00LOS PROBLEMAS DE LA CULTURA, LA AUTODETERMINACION Y EL SOCIALISMO<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwGLeMIg8is_0_B9QRckt0p02BoGFx-jmtpHkVqi2NJieZ9QGXI8sY0hz4lqqIZO9AR96pMoeU3QnGNXQF8fOiO4V1yW7_jEo0m6LhyLnP-oeTtGImk1ljASZ_x9NQ7l9Jtc0rbgG8fMs/s1600-h/ano03016a.bmp"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 320px; height: 307px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwGLeMIg8is_0_B9QRckt0p02BoGFx-jmtpHkVqi2NJieZ9QGXI8sY0hz4lqqIZO9AR96pMoeU3QnGNXQF8fOiO4V1yW7_jEo0m6LhyLnP-oeTtGImk1ljASZ_x9NQ7l9Jtc0rbgG8fMs/s320/ano03016a.bmp" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5350509387159212322" border="0" /></a><br /><span style="font-weight: bold;">J.Posadas</span><br /><br />Agosto 4 de 1977<br /><br /><div style="text-align: justify;">A los militares de Etiopía les falta iniciativa política para negociar, tanto con Eritrea como con Somalia, en el conflicto con Ogaden. Tanto Somalia como Eritrea quieren un Ogaden socialista, teniendo en cuenta que el núcleo burgués está en minoría. Al gobierno de Etiopía le faltó iniciativa para negociar con ambos.<br /><br />Somalia quiere retomar para sí a Ogaden, pero después esto va a repercutir en un conflicto interno. Si vuelve a Somalia, Ogaden se incorpora a un Estado obrero, pero al mismo tiempo, esto implica un esfuerzo y una lucha que facilita en parte la intervención de los yanquis. La facilita, porque impide la concentración y la centralización y de este modo, estimula la división de intereses y hace que los yanquis tengan entrada; en consecuencia, las tendencias conservadoras salen favorecidas. A los dirigentes etíopes les faltó iniciativa para comprender esto.<br /></div><br /><br /><span class="fullpost">Al mismo tiempo, hay una crisis muy grande en Somalia, porque hay tendencias aislacionistas que tienen interés de país y no en la construcción del socialismo; en poco tiempo más, todo esto va a salir a la superficie, facilitando así las divergencias internas. Siad Barre imponía una política que prohibía hablar libremente e iba dirigida contra las tendencias que quieren avanzar. Su planteamiento respecto a Ogaden es una excusa estúpida; ya que buscar la expansión de Somalia a través de un conflicto con Etiopía, la cuál se ve claramente que está más a la izquierda, indica que se trata de sectores nacionalistas mediocres, no revolucionarios.<br /><br />Hay una carencia de programa, de bases marxistas para comprender los problemas; porque se agarran todavía a una formación burguesa, siguen la línea política de la izquierda de la burguesía. Y si bien no toda la responsabilidad es de ellos, tampoco dejan de tenerla; y no han de echar la culpa a los estalinistas -que no educaron-, porque nadie les impidió educarse. Se demuestra la limitación de estos sectores que son nacionalistas mediocres, y que buscan en los obreros el apoyo para sus fines nacionales; y al mismo tiempo, se demuestra la superioridad de Cuba frente a todo esto. Cuba, habiendo empezado -a la inversa- tratando de sanear al capitalismo, termina yendo a liberar a África; lo cuál indica que hay una buena base marxista en Cuba, no desarrollada ni conscientemente aplicada, pero hay una base marxista. Porque la función que están realizando, les da la base para comprender.<br /><br />En cambio, estos sectores nacionalistas somalíes hablan mucho de marxismo pero se quedan en eso; son direcciones muy atrasadas y de otra etapa, que siguen aplicando el nacionalismo junto con las estatizaciones en la economía. El fondo de todas las medidas que está tomando Somalia está determinado por el interés nacionalista, no burgués pero tampoco revolucionario; sino, hubieran ofrecido un acuerdo a Etiopía.<br /><br />En Somalia no hay vida política ni sindical. Lo principal de la economía está estatizado, con direcciones que aún teniendo concepciones burguesas sienten que para desarrollar la economía deben estatizar; pero al mismo tiempo, para impedir que esto se generalice en beneficio de toda la población, hay un aparato de tipo estaliniano. No hay vida ni discusión sindical, ni discusión política; pero hay una elevación en la situación de la población ya que si bien los sindicatos no tienen una función como tales, se ocupan de construir viviendas, de enseñar a leer y escribir.<br /><br />Esto indica las contradicciones de una revolución cuya dirección es muy insegura; que tiene que avanzar en el desarrollo de órganos que son imprescindibles para guiar a la gente a una comprensión universal de qué, el problema no es Somalia sino que se trata de una cuestión mundial; lo cuál a su vez, va contra el nacionalismo que quieren realizar los dirigentes.<br /><br />Por eso es interesante observar que en Etiopía, a los tres meses de la revolución vendieron 90.000 libros de Marx; y que los instructores políticos del ejército, son estudiantes etíopes que llevaban diez años viviendo en Cuba.<br /><br />Toda esta zona, geográficamente es abrupta, montañosa y selvática (tiene toda clase de animales); también tiene zonas muy ricas por la vegetación, y hay muchas minas.<br /><br />Sobre todo hay una zona estratégica de comunicación con el mar y de apertura para el resto de África. A través de Etiopía hay comunicación con el resto de África; y por ejemplo, Ogaden que da al Mar Rojo es fundamental. Toda esta zona antes estaba unida pero con lenguas e intereses diferentes, no fue nunca un país realmente unido; por ello, hay movimientos que reivindican la cultura de cada lugar, pero ¿qué cultura?: no tienen ninguna tradición cultural consistente. Su cultura está en la forma de hablar, no han incorporado nada a la civilización, a la vida, a la técnica, a la economía; no tienen sentido sus reivindicaciones de tradiciones culturales, son tradiciones de tribu, de nómadas. A los etíopes les falta iniciativa para plantearlo de este modo: “ni ustedes ni nosotros, tenemos ninguna tradición cultural”. Sólo tienen una religión creada para unos pocos, nada más.<br /><br />No hay una cuestión de cultura o de civilización; como tampoco lo hubo en la mayoría de los problemas de razas en la Unión Soviética. Era en realidad un problema social que se mantenía aparcado por la inercia del Zar, que de este modo impedía que se desarrollaran y así continuaba dominando. Por tanto, sólo se trata realmente de cuestiones de cultura, de civilización, de lenguas, de tradiciones, cuándo están relacionadas con el progreso o con la vida de la humanidad.<br /><br />Los soviéticos deben participar en esta línea, porque son los problemas a plantear sobre la autodeterminación hoy día. No hay objetivamente un problema de autodeterminación, existe todavía por atraso; por ejemplo, Ogaden pide la autodeterminación y carece de base real. En la época de Lenin hubo la primera experiencia y la resolvieron bien; inclusive habían resuelto darles una república a los anarquistas, para mostrarles que era imposible hacer lo que querían.<br />La Unión Soviética no tiene tampoco la iniciativa para decirles a los etíopes que planteen a los demás movimientos una solución de tal o cuál manera. Estos son los problemas que se van a ir extendiendo y ampliando en toda África. ¿Qué es eso de la tradición de Dgibuti?, si Dgibuti fue un invento de los portugueses. “Queremos mantener nuestra tradición” -dicen-, ¿cuál es?: no se sabe; originariamente estuvieron los portugueses y luego los franceses utilizando sobre todo a Dgibuti como un puerto militar.<br /><br />Los Estados obreros deben dar iniciativa cultural histórica; respetando las tradiciones pero elevando al mismo tiempo la comprensión, de que cualquiera de estos países, si quedan aislados se acaban. En cambio, pueden desarrollar por ej. la lengua, y entonces hallarán la necesidad de hablar en otra lengua. Sucede como con las lenguas quechua o aymará en Bolivia: nosotros planteamos (en 1946) que los indígenas debían incorporarse a hablar la lengua española; y que el desarrollo económico y social llevaría a que ellos vieran la necesidad de la lengua española; y, las lenguas quechua o aymará son unas lenguas muertas.<br /><br />Si no hay vida cultural ni económica anterior, ¿qué tienen para reivindicar?: quedan sujetos a la vida de “pedazo de tierra” que ha hecho el sistema de propiedad privada; y ellos, ¿quieren respetar eso?. En cambio, deben decir: el respeto a la cultura, a la tradición, ¿para qué? ¿cuál es la importancia de nuestra cultura y tradición, qué aporte a la vida?; “son costumbres de la vida” -dicen-. Sí, pero atrasadas; ”costumbres de la vida”, pero no tienen inconveniente en usar un automóvil, ya sea de los yanquis o de los soviéticos; “costumbres de la vida”, pero no tienen inconveniente en usar un aparato, con el cuál apretando un botón hacen la comida. Entonces, ¿por qué en eso no se quedan con sus costumbres?.<br /><br />Todo esto muestra que falta una preparación cultural de la dirección del Estado obrero. Cuba debió haber hecho esto y al mismo tiempo intervenir como lo están haciendo.<br /><br />Nosotros respetamos todo, si hay unas pocas personas que desean mantener la tradición, que lo hagan; pero al mismo tiempo demostramos por medio de la relación cultural, que ellos usan las cosas, comen, viven y duermen, no de acuerdo a su tradición sino al progreso, que es una superación de su tradición. No es que hayan eliminado su tradición, sino que ésta ha sido superada en el Estado obrero.<br /><br />Hay que intervenir mucho dando ideas, por ejemplo que el proletariado realice una tarea con los campesinos; pero la base esencial no es el proletariado como grupo, sino el programa y la política del Estado obrero. En la URSS el problema de las nacionalidades se discutió del todo y, la nueva Constitución es un progreso muy grande porque se supera el problema de las nacionalidades en la Unión Soviética.<br /><br />¿Qué país capitalista ha conseguido eso?. El sistema capitalista hizo artificialmente a Ogaden, dónde como medios naturales sólo hay unos cuantos animales salvajes; mientras que, el Estado obrero resuelve la cuestión de las nacionalidades.<br /><br />En la Unión Soviética, aunque un poco burocráticamente, todos son soviéticos y las diversas nacionalidades se han concentrado en una forma superior de relaciones sociales, humanas; que es el Estado Obrero Soviético. La burocracia no discute todo esto porque no tiene iniciativa, aunque pronto la va a tener; porque cuándo se llega a la altura de publicar un libro diciendo que hay que volver a los siete primeros años de la Unión Soviética, es que ya están las condiciones para intervenir en forma más elevada.<br /><br />El problema de la autodeterminación o él de las lenguas, tiene su base en el sistema de propiedad. El Estado obrero no ha contribuido sino lejanamente, no solucionándolo en la forma científicamente mejor para que puede influir al mundo -Norteamérica incluida-; pero lo está solucionando. En cambio en estos lugares y países no hay más referencia que el sistema de propiedad de la tierra y del lugar; es todavía como un refugio en que se amparan, porque tienen miedo del porvenir y del progreso; y en consecuencia se sujetan y enredan en eso. Ese es el fondo histórico de la cuestión, sino, ellos verían los progresos de la economía y de las relaciones sociales que hay en el mundo representados a través de los Estados obreros; y resolverían en unificarse, terminando con las diferenciaciones basadas en las lenguas o en la tradición. Por ejemplo Ogaden, ¿qué diferenciación cultural tiene?; no ha contribuido en nada.<br /><br />Son todos éstos, los problemas de esta etapa que se mezclan con la guerra atómica; antes de comenzar la guerra atómica ya están estos problemas en marcha y mañana se van a presentar todos de golpe. Véase por ejemplo a los vietnamitas. Uno de sus progresos mayores y que antes de la terminación de la guerra nosotros hemos planteado, es la unificación de Vietnam, Laos y Camboya; volver a su origen, en el sentido de que tienen la misma procedencia y, costumbres, lenguas y relaciones muy comunes, ya anteriormente. Pero eso no significa unificarse prepotentemente, sino hacer una federación mediante la unificación de los tres países, con su fuerza y su capacidad y basándose en el ejemplo del Estado obrero; entre ellos, del Estado obrero Chino.¡He ahí una organización para avanzar¡. La dirección de la Unión Soviética no ha dicho nada sobre todo esto, y los vietnamitas se han preocupado mucho más que ellos.<br />Estos son los problemas que hay que vivir actualmente. Cuándo se publica un libro en el cuál se dice que en la URSS hay una tendencia que quiere volver a los siete primeros años de la Unión Soviética, es porque ya están planteados estos problemas en la preocupación general. Porque esta concepción no surge de un análisis concreto de la etapa actual, sino de una visión del mundo y del futuro; sobre todo, del pasado para ver el futuro.<br /><br />Hay una ausencia de conclusiones programáticas sobre todos estos problemas. La Unión Soviética resolvió la cuestión de las nacionalidades porque centralizó la economía, la dirección del gobierno y, de esta manera educó a la gente sobre que ésta es la base de todos los demás movimientos de la vida. Que el movimiento de la mente, el pensamiento, es un reflejo y una expresión del movimiento de la vida; pero, al mismo tiempo, la mente está antes que la vida, porque ésta no puede prever lo que viene mañana, en cambio el pensamiento sí.<br /><br />La dirección soviética no expresa esto. Fue el programa él que demostró que no se puede seguir viviendo en el pasado. ¿Qué da el pasado?: una forma de producción, de relaciones, que implican ausencia de ciencia, de arte y de cultura; y sobre todo, la ausencia de democracia soviética. Si en la Unión Soviética se realiza la democracia de los siete primeros años, la guerra atómica no se impide, pero se elimina el 60% de las muertes que va a haber; porque ayuda al pueblo norteamericano a atarles las manos a los asesinos de allí. Esto resuelve ya la base esencial de los problemas de la democracia, que la presentan como el derecho a hablar. No, el problema de la democracia es la obligación de pensar para desarrollar la economía, la cultura y la sociedad. Esa es la democracia primitiva de los griegos.<br /><br />La base esencial del Estado obrero es su autoridad política; y para ello, ha de tener la base teórica y programática y desenvolverla constantemente. No renovándola, porque la base teórica y programática no se renueva, se extiende; si no, es falso.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">J. POSADAS</span><br /><br />Agosto 4 de 1977<br /><br />http://www.quatrieme-internationale-posadiste.org/archive/espagnol/otrostxtdocs/losProblemasDeLaCaultura.html<br /></span><div class="blogger-post-footer">Socialismo en la Red</div>socialismoenlaredhttp://www.blogger.com/profile/05241358618163923097noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4088563627737470357.post-5228612400314250852009-06-23T05:51:00.000-07:002009-06-23T06:10:11.890-07:00Acerca de las medidas de lucha contra el fascismo y los sindicatos amarillos<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgagiEHC5fBUi5CwvYZeNi9AhAq0Mx04dggqJMyEmO1g0oSud3p-uzA4QEa22NMSIYdm6L-xzicMTegnt_5KcBi7aqdPMJpjjsm4rxoNRXZaUgujyDSHDSMLFaaneL-esYdJnXabH4iNAg/s1600-h/dmitrov.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 240px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgagiEHC5fBUi5CwvYZeNi9AhAq0Mx04dggqJMyEmO1g0oSud3p-uzA4QEa22NMSIYdm6L-xzicMTegnt_5KcBi7aqdPMJpjjsm4rxoNRXZaUgujyDSHDSMLFaaneL-esYdJnXabH4iNAg/s320/dmitrov.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5350505835703418818" border="0" /></a><br /><span style="font-weight: bold;">Jorge Dimitrov</span><br />________________________________________<br />Primera Edición: «IV Congreso de la Internacional Sindical», Moscú, 1928<br />Digitalización: Aritz<br />Fuente: J. Dimitrov, Obras Completas, Editorial del PCB, 1953<br />Esta Edición: Marxists Internet Archive, año 2001<br />________________________________________<br /><br /><br /><div style="text-align: justify;">Hemos de darnos perfectamente cuenta de que el fascismo no es un fenómeno local, temporal o transitorio, sino que representa un sistema de dominación de clase de la burguesía capitalista y de su dictadura en la época del imperialismo y de la revolución social. Después de la guerra imperialista y de la victoriosa Revolución de Octube, después de la existencia de diez años de la Unión Soviética y en las condiciones de la enorme influencia revolucionaria de dichos factores sobre el proletariado, las masas campesinas, las nacionalidades oprimidas y los pueblos coloniales, la burguesía no puede mantener por mucho tiempo bajo su hegemonía de clase a las masas populares y afrontar las tareas de la estabilización y racionalización del capitalismo mediante las viejas formas y métodos de la democracia parlamentaria.<br /><br /><span class="fullpost">La salida para la burguesía es someter a las masas por medio del fascismo. El fascismo es la última fase de la dominación de clase de la burguesía. Todos los países burgueses pasan uno tras otro, tarde o temprano, al fascismo -por medio de golpes de Estado o de manera "pacífica"; de manera máa brutal o "más suave"- los métodos de transición pueden ser diversos y dependen de las particularidades, de las circunstancias, de la estructura social y de la correlación de las fuerzas de clase y políticas en un país determinado.</span><br /></div><span class="fullpost"><br />El peligro del fascismo para el proletariado y para el movimiento sindical clasista es un peligro permanente y creciente. La eliminación definitiva de dicho peligro sólo es posible mediante el derrocamiento de la dominación de la burguesía, mediante la sustitución de la dictadura burguesa por la dictadura del proletariado en alianza con los trabajadores del campo. Considerar el fascismo como un fenómeno temporal y transitorio, que, dentro de los marcos del capitalismo, podría ser reemplazado por el restablecimiento del viejo régimen democr&acte;tico-burgués, así como negar el peligro del establecimiento del fascismo en los grandes países capitalista es hacerse vanas ilusiones, que sólo pueden debilitar la vigilancia y la resistencia del proletariado, servir al fascismo y coadyuvar al fortalecimiento temporal de la dictadura fascista. Estas ilusiones deben ser rechazadas de la manera más resuelta; los partidarios de la Internacional Sindical están obligados a llevar a cabo una lucha sin cuartel contra ellas.<br /><br />Todo eso es aún má,s valedero para el Sudeste de Europa (los países balcánicos, Hungría y otros), donde una serie de causas particulares de orden histórico, económico y político empujan inevitablemente a la burguesía por el camino del fascismo. Entre estas causas las principales son las siguientes:<br />En los Balcanes y en Hungría no ha habido aún una verdadera revolución democrático-burguesa. La burguesía no ha cumplido ninguna de las tareas revolucionarias que la hubieran destacado como dirigente de las masas populares contra el feudalismo y el absolutismo en el pasado y la hubieran ligado fuertemente tanto en lo ideológico, como también en lo político, con las masas. Los campesinos no han recibido tierra a través de una revolución democrática de la burguesía. Al contrario, ellos sólo fueron víctima de la más desenfrenada explotación y saqueo para la acumulación inicial de capitales. El feudalismo no está eliminado definitivamente. El problema nacional sigue sin resolver. En la mayoría de dichos países, el proletariado proviene del seno de las masas campesinas, está ligado a ellas y desde su germinación está compenetrado por su estado de ánimo de oposición anticapitalista.<br /><br />Los países balcánicos y Hungría se encuentran en un estado de semicolonias del imperialismo. Son países primordialmente agrarios con una industria relativamente débil, que sufre la fuerte competencia del capitalismo altamente desarrollado de los Estados imperialistas. Se encuentran en una guerra económica intestina encubierta, en constantes conflictos nacionales y territoriales, atizados y aprovechados por los Estados imperialistas. Sus mercados internos están limitados hasta el extremo, debido a la capacidad adquisitiva monstruosamente baja de las amplias masas, mientras que los mercados exteriores en su mayor parte están cerrados para ellos. Sus propias posibilidades de estabilizar el capitalismo y racionalizar la producción son muy limitadas. Los estragos causados por la guerra imperialista, el peso de las reparaciones para algunos de ellos y las grandes deudas de guerra para todos dificultan aún más su situación económica y agudizan la crisis en sus economís.<br /><br />La guerra imperialista y sus consecuencias desprestigiaron fuertemente a la burguesía ante las masas. El abismo entra la burguesía dominante y las masas explotadas y oprimidas se hizo aún más profundo. En dichos países, la burguesía, defendiéndose contra la competencia extranjera, explotaba sin límites al proletariado y saqueaba sin miramientos a las masas campesinas. Después de la guerra imperialista todo eso se practicaba en escala aun mayor. Incluso mediante una tenaz y prolongada lucha. Con esto se explica la intransigencia del proletariado hacia la burguesía y el espíritu revolucionario relativamente alto de las masas. De ahí proviene también la debilidad de la aristocracia obrera y del reformismo, a diferencia de los países imperialistas, en los cuales la burguesía, valiéndose de sus superganancias realizadas en las colonias, logró crear capas privilegiadas del proletariado corromperlas, dándoles ciertas limosnas, y convertirlas en sus servidores directos o indirectos. La burguesía del Sudeste de Europa no está en condiciones, en este momento preciso, de hacer ninguna clase de concesiones económicas serias a los obreros y a las masas trabajadoras, para tender un puente sobre el hondo abismo abierto entre ambas clases.<br /><br />Debido a la gran semejanza entre la estructura social de la vieja Rusia y la de la Europa de Sudeste, aquí precisamente la influencia de la Revolución de Octubre fue y es la más fuerte y la simpatía de las masas hacia la Unión Soviética muy profunda.<br />En tal situación aparece evidente que la dictadura de la burguesía no puede ser sostenida por medio de formas de democracia parlamentaria, y menos aún, cuando para la burguesía se hace inevitable e imprescindible tomar medidas extraordinarias para la estabilización del capitalismo, haciendo recaer el peso sobre la clase obrera y las masas campesinas.<br /><br />Sólo valiéndose de la dictadura fascista la burguesía puede esperar mantener temporalmente su dominación, quebrantar la resistencia de las masas y conseguir la máxima estabilización y racionalización capitalista a expensas de dichas masas.<br /><br /><br />La burguesía balcánica y la burguesía de todo el sudeste europeo seguirán inevitablemente ese camino, también bajo la presión del imperialismo, ante todo en relación con la participación de los Balcanes y demás países sudorientales en la preparación de la guerra imperialista y antisoviética, condición decisiva para la cual es imprescindible sofocar, desorganizar y debilitar el movimiento revolucionario del proletariado, del campesinado y de las nacionalidades oprimidas.<br /><br />Pero las condiciones particulares en los países del sudeste europeo le imprimen al fascismo un carácter específico. La particularidad consiste en el hecho de que, a diferencia, por ejemplo, del fascismo de Italia, en dichos países el fascismo viene predominantemente no desde abajo, por medio de un movimiento de masas hasta su establecimiento como una forma estatal de gobierno, sino al contrario desde arriba. Apoyádose en el poder estatal usurpado, en las fuerzas militares de la burguesía y en el poderío financiero del capital bancario, el fascismo se empeña en penetrar entre las masas, para crearse entre ellas un respaldo ideol&oacuet;gico, político y orgánico. En Bulgaria, esto se hizo mediante el golpe de Estado militar-fascista del 9 de junio. En Yugoeslavia, el inspirador y organizador del fascismo es el bloque monárquico, militarista y bancario. En Rumania y Grecia, con pequeñas variantes, se está haciendo otro tanto. Hungría al frente con Horty y Betlén no es excepción a esta regla. En Austria, y de manera más encubierta en Checoeslovaquia, el fascismo se organiza, se arma y se prepara febrilmente para el ataque decisivo bajo la protección y máxima colaboración de los mismos gobiernos "republicanos".<br /><br />En este movimiento del fascismo desde arriba (con los medios del aparato estatal) hacia abajo, hacia las masas, sus instrumentos más valiosos son los reformistas que, liquidando todos los restos de la lucha de clases, proclamando y aplicando la política de la "paz industrial" y de arbitraje obligatorio, luchando despiadadamente contra el movimiento revolucionario obrero, ocupan abiertamente posiciones fascistas.<br />Para el avance del fascismo, la conquista de los sindicatos, la destrucción del movimiento sindical clasista es una necesidad imprescindible. Así como la dictadura del proletariado es imposible sin los sindicatos, del mismo modo la existencia duradera de la dictadura fascista de la burguesía es imposible sin el sometimiento del proletariado y de los campesinos (de una u otra manera) y ante todo sin el aplastamiento del movimiento sindical clasista.<br /><br />Sin renunciar en ningún caso a lanzar consignas demagógicas y a emplear todos los procedimientos de corrupción, el fascismo balcánico del Sudeste europeo cuenta, ante todo, para sostenerse con la aplicación de la violencia y el terror más salvaje contra el proletariado más consciente, llegando hasta a masacrar en masa a cientos y miles de obreros revolucionarios, como sucede en Bulgaria y en Hungría.<br /><br />Los esfuerzos principales del fascismo están dirigidos a tener en sus manos el movimiento de los obreros del transporte, de los mineros y de los obreros de las ramas más importantes de la industria, así como del movimiento de los empleados ocupados directamente en el aparato estatal. Creando toda clase de obstáculos para la existencia y el fortalecimiento de las organizaciones clasistas de ferroviarios, de empleados de telégrafos y correos, de empleados estatales y de mineros, etc., el fascismo se adueñó de las organizaciones reformistas y amarillas en estas ramas con la activa colaboración de los mismos reformistas y dirigentes amarillos. En todos los países balcánicos el fascismo ejerce ya una influencia decisiva sobre la dirección de las actuales organizaciones de ferroviarios, empleados de telégrafos y correos y de los empleados estatales, y paraliza cualquier tentativa de organización legal de los mineros.<br /><br />Grandes son los esfuerzos que dedica además el fascismo para fortalecer su influencia en el seno de los trabajadores agrícolas, aprovechando su gran atraso cultural, así como entre las masas de los trabajadores desocupados que pasan hambre.<br /><br />No menor atención dedica el fascismo a la juventud obrera del agro, que trata de captar por medio de diferentes organizaciones deportivas y culturales, contando con la ductilidad de una parte de dicha juventud, que no ha vivido directamente los horrores de la guerra imperialista.<br /><br />En el sentido ideológico, el fascismo utiliza principalmente las ideas del nacionalismo y del chovinismo, tratando de enfrentar a los obreros nacionales contra los venidos de otros países, de engañar particularmente a los desocupados y desviando la atención de las masas de los problemas internos hacia los externos, instigando a las masas contra los demás pueblos, atizando las pasiones nacional-chovinistas y pintando perspectivas de mejoramiento de la situación de la clase obrera por medio de la conquista de regiones y territorios vecinos.<br /><br />El fascismo esgrime en primer plano la teoría de colaboración entre los capitalistas y los obreros en el dominio de la estabilización y la racionalización de la producción; la teoría sobre la armonía entre las clases, de comunes intereses entre ambas, de la liquidación de cualquier lucha de clase y de sustituir las huelgas por arbitrajes obligatorios, de la transformación de los sindicatos en órganos del Estado burgués.<br /><br />También en este caso la dirección reformista de las organizaciones sindicales está en pleno acuerdo ideológico y político con el fascismo. En su prensa propagan las mismas ideas, la misma política. Los dirigentes reformistas de los ferroviarios y de los empleados de telégrafos y correos en Bulgaria son incluso miembros de la organización fascista «Kubrat» y colaboran en la revista fascista «Zveno» cuya tarea consiste en influir ideológicamente sobre el proletariado y la pequeña burguesía, especialmente sobre el movimiento sindical. Ellos también hacen frente único con el fascismo en la persecución de los sindicatos clasistas; sus partidarios en las oficinas y empresas denuncian a los elementos revolucionarios, etc. Este es ya un fenómeno general en todos los países balcánicos y en Hungría.<br /><br />Al mismo tiempo, utilizando a este efecto los líderes de ciertos sindicatos, los fascistas hacen enormes esfuerzos por crear sus propios grupos sindicales que les servirían en el aplastamiento por la fuerza de los sindicatos clasistas como apoyo organizado para apoderarse de todo el movimiento sindical.<br /><br />En empresas más grandes se nombran, para cargos de vigilancia y seguridad, oficiales de reserva fascistas y toda clase de elementos lumpenizados, que representan grupos armados y que aterrorizan a los obreros y empleados y tratan de desorganizarlos y desmoralizarlos, limpiando al mismo tiempo las empresas de los mejores elementos proletarios revolucionarios y, de este modo, decapitan a las masas en las empresas.<br /><br />Rechazando en general la existencia de organizaciones sindicales clasistas legales de mineros, ferroviarios, obreros portuarios y de otras importantes ramas de la industria, así como de los empleados del Estado, el fascismo trata de limitar el movimiento sindical clasista dentro de los marcos y del apoyo orgánico de la pequeña producción artesanal y de las demás ramas de la industria, que no tienen un significado decisivo para la lucha de clases.<br /><br />Al mismo tiempo el fascismo trata a toda costa de no permitir la centralización de los sindicatos clasistas en federaciones nacionales, procurando desmembrarlos en agrupaciones sindicales locales, para evitar de este modo que puedan llevar a cabo una lucha victoriosa.<br /><br />El fascismo aprovecha las escuelas técnicas profesionales para la preparación del nuevo personal técnico calificado, que esté bajo la influencia fascista y pueda reemplazar a los cuadros del proletariado revolucionario del transporte y de las ramas decisivas de la industria.<br /><br />La política del fascismo respecto al movimiento sindical puede ser expresada con la consigna romana: "¡Divide et impera!" El fascismo se empeña en dividir y oponer unas a otras las diferentes categorías del proletariado, a los desocupados contra los que trabajan, a los obreros del país contra los obreros extranjeros, en sembrar la escisión en las filas de las organizaciones sindicales, en levantar organizaciones fascistas sobre las ruinas del movimiento sindical clasista. El fascismo es un enemigo resuelto del restablecimiento de la unidad del movimiento sindical y allí donde las organizaciones sindicales, como en Grecia y Hungría, por ejemplo, aún no están desunidas, junto con los reformistas, trabajan intensamente por su escisión.<br /><br />La dominación del fascismo en el movimiento sindical significa la esicisión del movimiento sindical, la destrucción de los sindicatos clasistas, el aniquilamiento del movimiento sindical independiente del proletariado.<br />El fascismo es el enemigo mortal del proletarido y de los sindicatos clasistas. Contra el fascismo hay que llevar una lucha intransigente, despiadada hasta el fin.<br /><br />No puede haber conciliación alguna entre el movimiento sindical clasista y el fascismo. No debe haber ni un solo caso, ni un solo lugar, donde los partidarios de la Internacional Sindical marchen unidos o paralelamente con el fascismo. Y en los lugares donde los fascistas aún no han llegado a un acuerdo definitivo y a un mutuo entendimiento con las direcciones reformistas de los sindicatos (por ejemplo la Unión Sindical de los maestros en Bulgaria) y aun existe una competencia entre ellos, los partidarios de la Internacional Sindical en su lucha contra los reformistas ni pueden tener nada de común con los fascistas. Los errores cometidos en este sentido por los partidarios de la Internacional Sindical en Bulgaria en la organización de los ferroviarios y de los maestros deben evitarse con todo empeño en el futuro. La lucha contra el reformismo debe ser siempre una lucha contra el fascismo y viceversa.<br /><br />Contra el fascismo en el movimiento sindical y especialmente contra los sindicatos fascistas debe llevarse a cabo una lucha sin cuartel, tenaz, despiadada y sin tregua en todas las líneas y en todos los frentes. El fascismo debe ser batido en todas partes donde se manifieste: en las empresas, establecimientos, organizaciones, en los medios de los desocupados, etc. - la lucha de debe dirigirse concreta y activamente desde el punto de vista de la liberación de clase del proletariado y en relación indivisible con los intereses inmediatos de los obreros y empleados, así como con las tareas especiales de las mismas organizaciones sindicales.<br /><br />Esta lucha contra el fascismo debe llevarse a cabo simultáneamente en el campo ideológico, político y orgánico del movimiento sindical en las siguientes direcciones principales.<br /><br />Primera. Contraponer decididamente a la ideología fascista la ideología revolucionaria de clase del proletariado. Desenmascarar y fustigar el nacionalismo y chovinismo y las teorías de una "paz industrial" y "armonía de las clases"; liquidar la colaboración de clases; todo género de reformismo. Desenmascarar el fascismo como destructor y sepulturero del movimiento sindical; desenmascarar el fascismo como ideolgía del capital bancario y del imperialismo. Desenmascarar el fascismo como portador del peligro de guerra, especialmente de la guerra contra la gran Unión de Repúblicas Soviéticas. Popularizar más amplia e incansablemente entre la masas el programa y la táctica de la Internacional Sindical, la Internacional del movimiento sindical clasista.<br /><br />Segunda. Fortalecer orgánicamente los sindicatos clasistas e incorporar a sus filas a las masas obreras no organizadas. Allí donde se ha hecho imposible la existencia de sindicatos clasistas legales (en el caso de los mineros y otros), es necesario crear grupos sindicales ilegales que mantengan relaciones con las amplias masas obreras y que dirijan su lucha. Fortalecer el ala clasista en los sindicatos reformistas, nacionalistas, autónomos y otros y su relación con los sindicatos clasistas para un trabajo y lucha en común. Ensanchar y fortalecer la red de comités obreros comunes en las empresas y establecimientos como órganos de las mismas masas en cada lugar y vincular su labor con el movimiento sindical clasista. Organizar el movimiento de los desocupados y coordinarlo con las campañas de las organizaciones sindicales clasistas. Organizar al proletariado del campo. Incorporar a las filas de los sindicatos clasistas a la enorme masa de la juventud obrera y de las mujeres trabajadoras. Organizar y asegurar la defensa de los obreros en todos los aspectos.<br /><br />Tercera. Son particularmente importantes las campañas y huelgas de masas por el aumento de los salarios, por la disminución de la jornada de trabajo, por la protección del trabajo y por la libertad de organización y de huelgas; oponer de esta manera (en el proceso de la misma lucha por las reivindicaciones inmediatas e intereses de los obreros) a las masas contra el fascismo (y su ayudante -el reformismo) y desenmascarar su naturaleza burguesa traidora. Aislar de esta manera al fascismo y a los sindicatos fascistas de las masas proletarias.<br /><br />Cuarta. Asegurar en la lucha de los obreros (en las huelgas, etc.) el apoyo activo moral y material de las demás masas de trabajadores de la ciudad y del campo: establecer el frente único de los obreros y trabajadores del campo, la estrecha colaboración de los obreros de las empresas industriales (de la industria tabacalera, azucarera, etc.) con los pequeños productores de materias primas para las empresas (productores de tabaco, de remolacha azucarera, etc.) en su lucha común contra el capital industrial respectivo y aislar de esta manera al fascismo de estas capas de trabajadores, en el proceso de la misma lucha.<br /><br />Quinta. Organizar la autodefensa contra las violencias fascistas en las empresas (defensa de las organizaciones, reuniones, huelgas, militantes sindicales, etc.). Llevar a cabo campañas para echar de las empresas a los agentes, vigilantes, espías y provocadores fascistas.<br /><br />Sexta. Fortalecer la campaña desde abajo entre las masas contra la política escisionista del fascismo y el reformismo, en el proceso de la mismo lucha por la unidad de clase del movimiento sindical, sin admitir ningún compromiso con la Internacional de Ámsterdam y los sindicatos fascistas, y luchar sin tregua contra ellos.<br /><br />La lucha contra el fascismo en el movimiento sindical y contra los sindicatos fascistas debe llevarse a cabo en escala internacional, con los esfuerzos unidos del proletariado consciente de todos los países. Es particularmente necesario organizar campañas internacionales en defensa de los sindicatos clasistas en los países, donde ya está establecida la dictadura fascista (Italia, Bulgaria, etc.). El debilitamiento del fascismo en los países, donde éste ocupa una posición dominante, aliviaráa, sin duda alguna, la lucha contra la ofensiva del fascismo del movimiento sindical de aquellos países, donde aún no ha sido establecida la dictadura fascista.<br />No es necesario subrayar que el éxito de toda lucha contra el fascismo en el movimiento sindical dependerá en primer término de la calidad del trabajo de los partidarios de la Internacional sindical, de la aplicación de una línea justa por parte de ellos, de ganarse la confianza de las masas y de encabezar las acciones de lucha de éstas contra la ofensiva del capital y el peligro de guerra.<br /><br />Sin eso es imposible conservar el movimiento sindical clasista.<br /><br /></span><div class="blogger-post-footer">Socialismo en la Red</div>socialismoenlaredhttp://www.blogger.com/profile/05241358618163923097noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4088563627737470357.post-90215153607308102042009-06-17T20:20:00.000-07:002009-06-17T20:35:58.362-07:00Planteamientos para el Seminario: “Intelectuales, Democracia y Socialismo”, del Centro Internacional Miranda<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6ITJ9cS_LqB6rN9STw1Rc1tyuD3AVTmc4u_PW7X__XItdmxa9jNDd1qhbhvNWJXB-G55lDEMhFaVh9KBQf9TkkVfrn-vyrVKK-4Wzq8Bd_Kvz7qnM8aWZyMKMFvH0fQ3K_qIce-f732s/s1600-h/20070824183520-javier-biardeau.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 211px; height: 149px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6ITJ9cS_LqB6rN9STw1Rc1tyuD3AVTmc4u_PW7X__XItdmxa9jNDd1qhbhvNWJXB-G55lDEMhFaVh9KBQf9TkkVfrn-vyrVKK-4Wzq8Bd_Kvz7qnM8aWZyMKMFvH0fQ3K_qIce-f732s/s320/20070824183520-javier-biardeau.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5348506004579564770" border="0" /></a><br /><span style="font-weight: bold;">Javier Biardeau R.</span> Aporrea<br /><br /><div style="text-align: justify;">Yo quisiera comenzar mi intervención rápidamente con una pequeña cita del actual embajador en Argelia, Michel Mujica:<br /><br />“Aquí se nos plantea un dilema. La alternativa no reside entre un capitalismo consustanciado en al desigualdad o en un socialismo privado de democracia. Si nos resignamos ante una de las dos posibilidades anteriormente mencionadas, ahogaremos las posibilidades de la democracia socialista.” (Democracia sustantiva, democracia formal y hegemonía en Antonio Gramsci; 1994, p. 51)<br /><br />Michel Mujica escribió un texto que no debería estar durmiendo en silencio de las bibliotecas, sino que debería estar habitando justamente los debates de lo que llamamos acá el “proceso popular constituyente”. Se llama “Democracia sustantiva, democracia formal y hegemonía en Antonio Gramsci”. Yo quisiera hacer de alguna manera hoy una suerte de homenaje a unas tesis de este libro, porque son muy pertinente para lo que estamos discutiendo hoy, sobre todo para una discusión que yo no la percibo desde la perspectiva de un “moralismo optimista”, desde la “profecía auto cumplida” que proyecta que en el 2021 veremos el cielo y llegaremos al paraíso socialista; sino justamente observando y planteando que los procesos históricos están sometidos a las luchas sociales y políticas, que las luchas históricas dependen de una composición social y de clases específica y que, como decimos nosotros en términos de sentido común, los “deseos no preñan”.<br /></div><br /><br /><span class="fullpost"> <span style="font-weight: bold;">I.- Estamos en una encrucijada crítica</span><br /><br />Si en física casi todos los “modelos teóricos” están construidos a partir del supuesto del “vacío”, de un “espacio sin fricciones”, en el proceso histórico, social y político nosotros tenemos fricciones, luchas, conflictos, antagonismos, avances, retrocesos, flujos y reflujos. Y creo que la revolución bolivariana esta viviendo un momento que el intelectual Edgardo Lander calificó como encrucijada crítica (Ver: http://www.aporrea.org/actualidad/a47861.html).<br /><br /><span style="font-weight: bold;">II.- ¿Se ha hecho un balance del socialismo real?</span><br /><br />Una encrucijada, y por eso hay caminos que no deberían seguirse si no se quieren repetir errores que ya se conocen en las experiencias del llamado “socialismo realmente existente”, sobre todo ya que desde Venezuela no se ha hecho balance de inventario de la experiencia de transición al socialismo del socialismo burocrático, o como deseen llamarlo, esa sería la primera inquietud. ¿Hasta que punto, en Venezuela, se ha metabolizado, desde un punto de vista de la estructura política y intelectual, el balance e inventario de las experiencias de socialismo real? ¿Que conclusiones surgen de este balance de inventario para la praxis política?<br /><br /><span style="font-weight: bold;">III.- Muchas dudas sobre el Primer Plan Socialista </span><br /><br />Creo que hay múltiples guiones de referencia presentes en las políticas públicas de la revolución bolivariana. En Venezuela hemos logrados que la Agenda Alternativa Bolivariana cumpla todos sus objetivos. Pero si analizamos los planes posteriores, y sobre todo esto que llamamos el Primer Plan Socialista, la pregunta que nos debemos hacer es ¿Hasta que punto el proceso popular, nacional, revolucionario tiene la capacidad efectiva de lograr, concretar, las ambiciones y aspiraciones que allí están contenidas? ¿En que condiciones políticas? ¿En que condiciones institucionales? ¿Con cuales fuerzas motrices, dirigentes y de apoyo nacionales e internacionales? ¿En que contexto de fuerzas internacionales? ¿En que contexto económico? Hay que evitar, desde mi punto de vista, una invariante histórica, algo que ha sucedido reiteradamente en la experiencia del socialismo real: el tema de la “fortaleza asediada”. Es decir, ¿La revolución venezolana va a justificar permanentemente un debate marcado por una transición al socialismo en el contexto de convertirse en una “fortaleza revolucionaria asediada”?<br /><br />Tenemos por ejemplo, un caso específico: el caso chileno. Una revolución democrática, pacifica, legal, constitucional, una transición democrática al socialismo, que no contaba justamente entre sus fortalezas con aquella que suponemos todos los aquí presentes con que contamos: con la “base de sustentación” de unas fuerzas armadas comprometidas con la estabilización del proceso popular constituyente, con el proceso revolucionario, pero justamente ¿cuál fue el devenir y destino del caso Chileno a partir de las fricciones del campo político? No fue simplemente un “golpe seco y frío”. Nosotros pudimos observar en el caso chileno —que fue emblemático— cómo la fluidez e inestabilidad de las correlaciones de fuerzas en el parlamento chileno generaron una precondición para el golpe de estado de Pinochet. Es decir, el propio parlamento chileno le abrió la puerta al golpe militar. Y a veces nosotros perdemos de vista estos pequeños detalles históricos.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">IV.- Hay un campo minado que debemos desarmar para el 2010</span><br /><br />Eso lo digo a propósito de la prospectiva política inmediata para el año que viene. A veces nosotros pensamos que lo que se esta discutiendo en la coyuntura y la situación presente, la ley electoral, las elecciones de este año, las elecciones que vienen, se movilizan como si el carril donde va el “tren revolucionario” estuviese completamente aceitado. Yo creo que hay piedras en el camino, que hay un campo minado que debemos desarmar, y eso creo que es la tarea de los intelectuales: prever y analizar en detalle ese campo minado.<br /><br />Un campo geopolíticamente minado por la administración norteamericana y sus aliados, y geopolíticamente minado por la derecha venezolana, que ha ido labrando, tejiendo una estructura de apoyos, en eso que llaman “sociedad civil organizada”, que ellos la denominan como “sociedad democrática”. Ellos se asumen como monopolizadores de la “sociedad democrática”. Intentan volver a revitalizar los llamados “programas de transición”, lo que llaman en los Estados-Unidos la oficina de transición democrática, con sus “revoluciones de colores”.<br /><br /><span style="font-weight: bold;"><br />V.- La oposición puede llegar a ganar no menos del 30 a 35% del parlamento nacional</span><br /><br />Yo no preveo un 2021 como le proyecta Luis Britto Garcia. Yo preveo unos años por venir en los cuales se va a tratar de nuevo de montar una “oficina de transición democrática” en Venezuela, donde el parlamento se va convertir en una fundamental “caja de resonancia” para una ofensiva de la derecha venezolana, tratando de capitalizar el poco espacio político-institucional que controlan. Tratarán de generar un 30 o 35% mínimo de espacio parlamentario a partir de una coalición perfecta que les permita a ellos controlar este espacio. Tratando simultáneamente de dividir la alianza política y social que apoya la revolución bolivariana (PPT, PCV, PSUV y movimientos sociales), tratando de causar fricciones, tratando de seducir algunos sectores de la alianza política revolucionaria desde Washington, para tratar de generar un escenario si no de división, por lo menos de debilitamiento de las fuerzas que apoyan la revolución y de crecimiento y avance de la derecha en el parlamento venezolano.<br /><br />Entonces en ese contexto que no es de 2021 sino de 2010 yo planteo lo que para mi son, retos fundamentales que nosotros debemos abordar y entre ellos la relación entre democracia y transición al socialismo.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">VI.- Chávez ha ocupado un vacío político y si sigue haciéndolo eso puede generar problemas </span><br /><br />Una de las observaciones que se hacía al principio es el tema del llamado “hiper-liderazgo”. Otros le hemos llamado el “bonapartismo progresivo”, otros el cesarismoa secas, algunos han confundido la terminología de Gramsci sobre el cesarismo progresivo, con la lectura positivista de Vallenilla Lanz sobre el cesarismo democrático. Aquí conviene recordar que para Gramsci el Cesarismo tiene como trasfondo una situación de equilibrio catastrófico de fuerzas en conflicto, lo que lo lleva a asumir compromisos con sectores no comprometidos con la revolución para alcanzar ventaja relativa en el equilibrio de poder. Creo que este esquema de poder es un gran error, y no permite avanzar en la revolución desde la perspectiva de la construcción de una contra-hegemonía democrática y socialista. Lo que Gramsci plantea es básicamente que en momentos en los cuales una estructura de dirección política colectiva no esta bien asentada, una “gran personalidad” política toma, bajo su peso, la dialéctica de la revolución o la dialéctica de la restauración. Y creo que Chávez ha ocupado un vacío político, un vacío de mediación e interlocución político importante que si sigue ocupándolo puede generar “cuchillos para la propia garganta de la revolución bolivariana”: la indispensabilidad del Líder, la fragilidad de la conducción revolucionaria. Aquí el “momento del Líder” se traga al “momento popular protagónico y organizado”, que es que debe garantizar la continuidad del proceso popular constituyente.<br /><br />Para las tareas, para las funciones, para el avance de la revolución bolivariana se requiere una estructura política, vamos a llamarla, un intelectual colectivo, no solo una estructura administrativa y electoral, como la ha denominado Vladimir Acosta. No se requieren solamente intelectuales individuales, notables o personalidades destacadas, se requiere un pensamiento crítico orgánico al movimiento revolucionario, se requiere una recuperación del vínculo entre socialismo y democracia, que la derecha ideológica ha tratado constantemente de opacar, para generar una suerte de disyuntiva en la cual el socialismo es el “totalitarismo”, y la democracia representativa es justamente el modelo político del “fin de la historia”, la estación de llegada y el último camino que nos queda.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">VII.- Replantear la relación entre socialismo y democracia </span><br /><br />Yo creo que una de las tareas fundamentales, si es por asignarnos tareas, es justamente volver a replantear la relación entre socialismo y democracia, superando los hábitos mentales que ha dejado el guión leninista, el guión de la ortodoxia bolchevique sobre una izquierda, que en Venezuela, ha sido troquelada por la pregnancia, por el papel que jugó la influencia de la Tercera Internacional sobre el socialismo revolucionario en América Latina; y por la función de esa intelectualidad vehiculada a la Tercera Internacional, al modelo de los Estados socialistas, y al marxismo-leninismo como guión, como hábitos, como reflejo condicionado para pensar e imaginar la transición al socialismo. El estalinismo jugo un papel castrante en la conformación de un pensamiento crítico y revolucionario nuestro-americano.<br /><br /><span style="font-weight: bold;"><br />VIII. Vía venezolana y vía cubana al socialismo</span><br /><br />Yo veo con preocupación que en Venezuela no hay una repuesta contundente sobre la significación de la vía nacional y especifica de la revolución bolivariana, con relación a la experiencia cubana. Veo con sorpresa como la actitud básicamente es defender sin diferenciar, sin matizar, el devenir político de la revolución cubana, sin comprender las singularidades diferencias y especificidades del proceso popular constituyente de cada país. Cada país sigue una experiencia histórica singular y específica, construye su propio camino, pero no copia ni trasplanta “modelos de socialismo”. No creo que sea necesario que nosotros carguemos con la defensa del legado histórico de la revolución cubana. Podemos apoyar la experiencia, pero esa es tarea fundamental que le corresponde al pueblo cubano y sus corrientes revolucionarias, sus fallas o debilidades no deben convertirse en “hándicaps” de la revolución venezolana.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">IX. Crece el sector capitalista pero se radicaliza el discurso anticapitalista</span><br /><br />Me parece que durante la transición al socialismo, como ha dicho Víctor Álvarez, resulta bastante sugerente pensar, que al tiempo que se fortalece una economía mixta de signo aún capitalista, donde se fortalece fracciones específicas del sector privado, el discurso presidencial plantea un discurso de radicalización socialista. Entonces ¿cómo se compaginan los datos de la evolución sobre el crecimiento de la matriz productiva capitalista con una radicalización del discurso presidencial? ¿Cómo nosotros asimilamos estas dos tendencias? ¿Qué es lo que sucede allí?<br /><br /><span style="font-weight: bold;">X. No tenemos un espacio donde se discutan a fondo los dilemas de la construcción socialista</span><br /><br />Creo que hay un segundo tema de fondo. A propósito de que Eva Golinger plantea la necesidad de crear centros de pensamiento socialista, por ejemplo, observo con preocupación que nosotros no tengamos en las estructuras de pensamiento revolucionario, un balance o inventario de todas esas discusiones teóricas sobre la transición desde el punto de vista de la economía socialista. Es decir, ¿Dónde en Venezuela se discute por ejemplo a Oscar Lange, a Kalecki? ¿Donde se discute el debate de Mandel, de Bettelheim, sobre la ley de valor, sobre la acumulación socialista, con Guevara en la propia Cuba? ¿Dónde se esta discutiendo eso para informar al movimiento, al poder popular constituyente sobre el tránsito de la “propiedad privada de los grandes medios de producción” a las diferentes modalidades de propiedad social (distinguiendo que “nacionalizaciones” no son “socializaciones”) y sobre la dinámica de la economía de mercado en condiciones de Planificación socialista? ¿Dónde se esta discutiendo el tema de la acumulación capitalista y socialista en Venezuela?<br /><br /><span style="font-weight: bold;"><br />XI. El socialismo y las correlaciones de fuerza</span><br /><br />Samir Amin ha escrito recientemente que el tema de las transiciones en el siglo XXI no podrá verse con la facilidad, como se pensó en el imaginario revolucionario del siglo XIX y XX. Marx suponía, escribiendo el Manifiesto Comunista, que la revolución estaba bastante cerca, muy cerca. La experiencia de 1871 le hizo pensar que no estaba tan cerca y se replegó en su cr{itica d ela economía política burguesa en el museo británico. Engels escribió un prólogo con relación a la lucha de clases en Francia donde se plantea un viraje desde la perspectiva insurreccional al avance paulatino a través de una revolución de la mayoría, utilizando los parlamentos en la social-democracia alemana. Luego, el mismo partido socialdemócrata alemana —concentrada en la primera guerra mundial y la aprobación a los créditos de guerra— echó por tierra toda la polémica en Europa sobre la posibilidad de una alianza amplia de las fuerzas del socialismo revolucionario.<br /><br />Eso terminó en la división de aguas entre lo que fue la Internacional Socialista de la época y la Tercera Internacional leninista. En cuanto al socialismo revolucionario podemos observar como Stalin participó en el llamado “tercer período”, en una cuña que profundizó la división entre social-demócratas y comunistas en el propio partido alemán, en el cual había expectativas de continuar la revolución. Stalin llego a plantear que la izquierda socialdemócrata era lo peor del “social-fascismo”, como lo denominó. Mas tarde se trata de enmendar con los llamados “frentes populares”, pero la contra-revolución estalinista ya había avanzado. También tenemos la polémica, luego de la muerte de Lenin, en relación con la sucesión en el partido bolchevique, en relación con las diferentes alas ideológicas, luego tenemos al conflicto chino-soviético y paremos de contar. Luego de la muerte de Lenin, ya se prefiguraban tendencias despóticas y contra-revolucionarias en el seno de la tradición bolchevique.<br /><br />Es decir que el camino del balance e inventario del socialismo real, del socialismo burocrático, no es simplemente una profecía optimista donde nosotros lo vamos a llenar de flores por simple voluntad o por simple moralización o por una simple psicología optimista de autoayuda, sino que tenemos que enfrentar, precisamente, las dificultades reales de cualquier transición al socialismo de acuerdo a las correlaciones de fuerzas que están allí. Es decir, donde el optimismo depende no de simples ensoñaciones sino de la composición de clases y la composición social de las luchas.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">XII.- Las diferentes miradas sobre la revolución</span><br /><br />Aquí Roland Denis nos está diciendo que el movimiento popular luce parcialmente administrado, donde hay una suerte de república militar, corporativo, burocrática en interpretación de Roland y, al mismo tiempo, escucho voces que dicen que este socialismo camina aceleradamente hacia la conquista justamente de una sociedad de igualdad, libertad y justicia. ¿Como es posible que dos personas que habiten en el mismo espacio social, tengan percepciones tan radicalmente disímiles del “proceso” formando parte del campo de izquierda?<br /><br />Por eso a mí me parece importante reflexionar de manera profunda sobre la transición al socialismo. Recuperar por ejemplo, a Samir Amin, cuando dice: ¿es posible mantener el paradigma del sovietismo, del desarrollo que iniciaba el Estado de bienestar o del desarrollo nacional de los países del Tercer-mundo, para mantener la ilusión de la transición post capitalista? La repuesta de él es no. Incluso él dice cómo enfrentar las tres contradicciones fundamentales del capitalismo en términos estructurales, no en términos de gobierno revolucionario o de proyecto revolucionario de coyuntura.<br /><br />La primera es la alineación económica, es decir pensar la sustitución de una sociedad montada sobre la economía de propiedad privada y de mercado, sobre la alineación mercantil que sigue presente a escala mundial. Cuando habla por ejemplo de China: un país, dos sistemas, que no es un país, dos sistemas, sino la expansión justamente regulada y controlada ciertamente por la planificación estatal de la mercantilización de grandes sectores de la actividad económica de China.<br /><br />En segundo lugar, Samin Amir nos plantea ¿que vamos a hacer nosotros con la destrucción de la naturaleza? ¿Hasta que punto nuestros proyectos políticos y nuestras políticas públicas abordan efectivamente la critica al productivismo y el desarrollismo para abordar, no en términos retóricos sino prácticos, el tema de desarrollo sustentable, del crecimiento y la acumulación en condiciones de las cuales la ecología esta diciendo que productivismo, crecimiento y acumulación son problemáticas?.<br /><br /><span style="font-weight: bold;"><br />XIII.- El hiper-consumismo, la contracara del rentismo</span><br /><br />En tercer lugar y correlativo con este segundo punto, el tema del consumismo. A mí me parece que los centros comerciales en Venezuela son emblemáticos como polos de referencias frente a las reuniones que realiza el PSUV algunos sábados o domingos. Yo he participado en las reuniones de mi batallón del PSUV, pero me sorprende llamativamente la capacidad de atracción, de movilización de los Centros Comerciales, frente la movilización que tiene actualmente los batallones del PSUV. Yo veo a los Centros Comerciales llenos de racionalidad y deseo mercantil. Yo veo la lógica de la alienación mercantil, en una sociedad de transición al socialismo, operando con toda la facilidad del mundo. Y veo que no hay discusión sobre este punto en los batallones socialistas. Entonces que a mí me digan ¿en qué mundo de flores y de ángeles socialistas estamos? Creo que estamos ante una sociedad capitalista de consumo, sin tener una estructura productiva capitalista que soporte este patrón de necesidades y aspiraciones inducidas por la industria cultural, publicitaria y mediática.<br /><br />Y finalmente, para cerrar, Samin Amin nos plantea el tema del desarrollo desigual Norte-Sur. A mí me parece que Venezuela cumple una función fundamental —con todos los errores y logros— como vanguardia de la internacionalización para reorganizar los movimientos de izquierda revolucionaria del mundo. Y creo que Venezuela, cumpliendo esa labor, ha ido gastando fuerzas que deben dedicarse al fortalecimiento interno del proceso revolucionario en una proyección fundamental propagandística de los logros de la revolución bolivariana.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">XIV.- El papel de Venezuela y el de los intelectuales</span><br /><br />Es necesario, desde mi punto de vista, que Venezuela entienda su papel en las luchas de los movimientos alter-mundialistas, en las luchas de los países del Sur en relación con los nuevos esquemas de integración multipolar, pero que sea humilde también con relación a la presentación de sus avances. Porque si nosotros hacemos propaganda excesiva sobre logros de la revolución que no son tales, y se hace un balance crudo, un inventario descarnado sobre el avance efectivo de la revolución en diversos campos, podemos quedar muy mal. Podemos quedar muy mal, por ejemplo, en la dificultad para pasar efectivamente de los logros de Barrio Adentro I a los demás niveles del sistema publico nacional de Salud, como los Hospitales públicos. Podemos quedar muy mal si observamos que la mayor parte de los mercales no son fortalecidos por la producción o la oferta interna sino por la importación, por la dependencia alimentaria. Podemos quedar muy mal si, como decía Víctor Álvarez, analizamos cómo los incentivos fiscales y financieros están siendo capitalizados por una burguesía emergente o por sectores económicos que pueden hacer como aquél que volteaba el cuadro y tenía en una faz a Hugo Rafael Chávez Frías y a la otra faz, a la oposición.<br /><br /><span style="font-weight: bold;"><br />XV.- Ser mucho menos complacientes en este momento con la revolución</span><br /><br />Es decir, creo que nosotros tenemos que ser mucho menos complacientes en este momento con la revolución bolivariana y exigirle a la estructura de liderazgo político que no convierta a los intelectuales como ha sido historia conocida en maleteros del poder. Si Rómulo Betancourt decía que las fuerzas armadas se compraban con prostitutas y con whisky, creo que también decía y si no lo decía uno lo pensaba, que los intelectuales se “cocinaban en su propia salsa”. Es decir, Betancourt “decapitó” o neutralizó en la práctica a fracciones importante de la intelectualidad revolucionaria: ¿Que hizo Betancourt de Acción Democrática, que hizo magistralmente y maquiavélicamente para impedir justamente la posibilidad de la radicalización de izquierda? En este movimiento nacional popular revolucionario, si nosotros no observamos que fue lo que hizo Betancourt, no vamos a observar lo que esta tratando de hacer la derecha con los jóvenes venezolanos.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">XVI. Están recuperando el mito Betancourt como un liderazgo democrático alternativo</span><br /><br />Para finalizar, solamente un detalle. Revisen en bibliotecas y librerías la gran ofensiva con relación a la mitología del “padre de la democracia”. Jóvenes repitiendo las consignas de Acción Democrática y volviendo a pensar que Rómulo Betancourt es el modelo a seguir como liderazgo. Jóvenes que se entrenan, que son pagados para ir a cursos internacionales y nacionales para recibir el guión del anticomunismo, elaborado justamente por esa bisagra que se conformó en el seno de un partido que también fue un partido nacionalista popular y revolucionario y que terminó siendo justamente la cabeza de playa para impedir un proceso socialista en Venezuela. No lo olvidemos, Betancourt derrotó política y militarmente a la izquierda revolucionaria venezolana. Y la izquierda contribuyó con muchos errores ideológicos y políticos. Entre ellos, asumir dogmáticamente el marxismo-leninismo y descuidar las relaciones entre socialismo y democracia.<br /><br />jbiardeau@gmail.com<br /><br /></span><div class="blogger-post-footer">Socialismo en la Red</div>socialismoenlaredhttp://www.blogger.com/profile/05241358618163923097noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4088563627737470357.post-81033687967938336082009-06-15T20:58:00.000-07:002009-06-15T21:07:03.800-07:00El Partido<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDSC7WAKXTkzKn4VcI-2hxoN3zxn8pGU7V5HtAAAzMFgDDZuh4Cp8qXF3IX7IObcmPX73LakMD9BJMxlYlv-MR7irDjbEx03Arqbw1tR-2shlkAWGCJlzPNebQF9gdRl2EDUK9o-yiag4/s1600-h/stalin.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 299px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDSC7WAKXTkzKn4VcI-2hxoN3zxn8pGU7V5HtAAAzMFgDDZuh4Cp8qXF3IX7IObcmPX73LakMD9BJMxlYlv-MR7irDjbEx03Arqbw1tR-2shlkAWGCJlzPNebQF9gdRl2EDUK9o-yiag4/s320/stalin.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5347771851749123186" border="0" /></a><br /><br /><span style="font-weight: bold;">José Stalin</span><br /><br /><div style="text-align: justify;">En el período prerrevolucionario, en el período de desarrollo más o menos pacífico, cuando los partidos de la II Internacional eran la fuerza predominante en el movimiento obrero y las formas parlamentarias de lucha se consideraban las fundamentales, en esas condiciones, el Partido no tenía ni podía tener una importancia tan grande y tan decisiva como la que adquirió más tarde, en las condiciones de choques revolucionarios abiertos.<br /><br />Kautsky, defendiendo a la II Internacional contra los que la atacan, dice que los partidos de la II Internacional son instrumentos de paz, y no de guerra, y que precisamente por eso se mostraron impotentes para hacer nada serio durante la guerra, en el período de las acciones revolucionarias del proletariado. Y así es, en efecto. Pero ¿qué significa esto? Significa que los partidos de la II Internacional son inservibles para la lucha revolucionaria del proletariado, que no son partidos combativos del proletariado y que conduzcan a los obreros al Poder, sino máquinas electorales, apropiadas para las elecciones al parlamento y para la lucha parlamentaria. Ello, precisamente, explica que, durante el período de predominio de los oportunistas de la II Internacional, la organización política fundamental del proletariado no fuese el Partido, sino la minoría parlamentaria.<br /></div><br /><br /><span class="fullpost">Es sabido que en ese período el Partido era, en realidad, un apéndice de la minoría parlamentaria y un elemento puesto a su servicio. No creo que sea necesario demostrar que, en tales condiciones y con semejante partido al frente, no se podía ni hablar de preparar al proletariado para la revolución.<br /><br />Pero las cosas cambiaron radicalmente al llegar el nuevo período. El nuevo período es el de los choques abiertos entre las clases, el período de las acciones revolucionarias del proletariado, el período de la revolución proletaria, el período de la preparación directa de las fuerzas para el derrocamiento del imperialismo y la conquista del Poder por el proletariado.<br /><br />Este período plantea ante el proletariado nuevas tareas: la reorganización de toda la labor del Partido en un sentido nuevo, revolucionario; la educación de los obreros en el espíritu de la lucha revolucionaria por el Poder; la preparación y la concentración de reservas; la alianza con los proletarios de los países vecinos; el establecimiento de sólidos vínculos con el movimiento de liberación de las colonias y de los países dependientes, etc., etc.<br /><br />Creer que estas tareas nuevas pueden resolverse con las fuerzas de los viejos partidos socialdemócratas, educados bajo las condiciones pacíficas del parlamentarismo, equivale a condenarse a una desesperación sin remedio, a una derrota inevitable. Hacer frente a estas tareas con los viejos partidos a la cabeza, significa verse completamente desarmado. Huelga demostrar que el proletariado no podía resignarse a semejante situación.<br /><br />He aquí la necesidad de un nuevo partido, de un partido combativo, de un partido revolucionario, lo bastante intrépido para conducir a los proletarios a la lucha por el Poder, lo bastante experto para orientarse en las condiciones complejas de la situación revolucionaria y lo bastante flexible para sortear todos y cada uno de los escollos, que se interponen en el camino hacia sus fines.<br /><br />Sin un partido así, no se puede ni pensar en el derrocamiento del imperialismo, en<br /><br />la conquista de la dictadura del proletariado.<br /><br />Este nuevo partido es el Partido del leninismo.<br /><br />¿Cuáles son las particularidades de este nuevo partido?<br /><br />1) El Partido como destacamento de vanguardia de la clase obrera. El Partido tiene que ser, ante todo, el destacamento de vanguardia de la clase obrera. El Partido tiene que incorporar a sus filas a todos los mejores elementos de la clase obrera, asimilar su experiencia, su espíritu revolucionario, su devoción infinita a la causa del proletariado.<br /><br />Ahora bien, para ser un verdadero destacamento de vanguardia, el Partido tiene que estar pertrechado con una teoría revolucionaria, con el conocimiento de las leyes del movimiento, con el conocimiento de las leyes de la revolución. De otra manera, no puede dirigir la lucha del proletariado, no puede llevar al proletariado tras de sí. El Partido no puede ser un verdadero partido si se limita simplemente a registrar lo que siente y piensa la masa de la clase obrera, si se arrastra a la zaga del movimiento espontáneo de ésta, si no sabe vencer la inercia y la indiferencia política del movimiento espontáneo, si no sabe situarse por encima de los intereses momentáneos del proletariado, si no sabe elevar a las masas hasta la comprensión de los intereses de clase del proletariado.<br /><br />El Partido tiene que marchar al frente de la clase obrera, tiene que ver más lejos que la clase obrera, tiene que conducir tras de sí al proletariado y no arrastrarse a la zaga del movimiento espontáneo. Esos partidos de la II Internacional, que predican el “seguidismo”, son vehículos de la política burguesa, que condena al proletariado al papel de instrumento de la burguesía. Sólo un partido que se sitúe en el punto de vista del destacamento de vanguardia del proletariado y sea capaz de elevar a las masas hasta la comprensión de los intereses de clase del proletariado, sólo un partido así es capaz de apartar a la clase obrera de la senda del tradeunionismo y hacer de ella una fuerza política independiente.<br /><br /><span style="font-weight: bold;"><br />El Partido es el jefe político de la clase obrera</span>.<br /><br />He hablado más arriba de las dificultades de la lucha, de la complejidad de las condiciones de la lucha, de la estrategia y de la táctica, de las reservas y de las maniobras, de la ofensiva y de la retirada. Estas condiciones son tan complejas, si no más, que las de la guerra. ¿Quién puede orientarse en estas condiciones?, ¿quién puede dar una orientación acertada a las masas de millones y millones de proletarios? Ningún ejército en guerra puede prescindir de un Estado Mayor experto, si no quiere verse condenado a la derrota. ¿Acaso no está claro que el proletariado tampoco puede, con mayor razón, prescindir de este Estado Mayor, si no quiere entregarse a merced de sus enemigos jurados? Pero ¿dónde encontrar ese Estado Mayor? Sólo el Partido revolucionario del proletariado puede ser ese Estado Mayor. Sin un partido revolucionario, la clase obrera es como un ejército sin Estado Mayor.<br /><br /><span style="font-weight: bold;"><br />El Partido es el Estado Mayor de combate del proletariado. </span><br /><br />Pero el Partido no puede ser tan sólo un destacamento de vanguardia, sino que tiene que ser, al mismo tiempo, un destacamento de la clase, una parte de la clase, íntimamente vinculada a ésta con todas las raíces de su existencia. La diferencia entre el destacamento de vanguardia y el resto de la masa de la clase obrera, entre los afiliados al Partido y los sin-partido, no puede desaparecer mientras no desaparezcan las clases, mientras el proletariado vea engrosar sus filas con elementos procedentes de otras clases, mientras la clase obrera, en su conjunto, no pueda elevarse hasta el nivel del destacamento de vanguardia. Pero el Partido dejaría de ser el Partido si esta diferencia se convirtiera en divorcio, si el Partido se encerrara en sí mismo y se apartase de las masas sin-partido. El Partido no puede dirigir a la clase si no está ligado a las masas sin-partido, si no hay vínculos entre el Partido y las masas sin-partido, si estas masas no aceptan su dirección, si el Partido no goza de crédito moral y político entre las masas.<br />Hace poco se dio ingreso en nuestro Partido a doscientos mil obreros. Lo notable aquí es la circunstancia de que estos obreros, más bien que venir ellos mismos al Partido, han sido enviados a él por toda la masa de los sin-partido, que ha intervenido activamente en la admisión de los nuevos afiliados, que no eran admitidos sin su aprobación. Este hecho demuestra que las grandes masas de obreros sin-partido ven en nuestro Partido su partido, un partido entrañable y querido, en cuyo desarrollo y fortalecimiento se hallan profundamente interesados y a cuya dirección confían de buen grado su suerte. No creo que sea necesario demostrar que sin estos hilos morales imperceptibles que lo unen con las masas sin-partido, el Partido no habría podido llegar a ser la fuerza decisiva de su clase.<br /><br /><span style="font-weight: bold;"><br />El Partido es parte inseparable de la clase obrera. </span><br /><br />Nosotros -dice Lenin- somos el Partido de la clase, y, por ello, casi toda la clase (y en tiempo de guerra, en época de guerra civil, la clase entera) debe actuar bajo la dirección de nuestro Partido, debe tener con nuestro Partido la ligazón más estrecha posible; pero sería manilovismo y “seguidismo” creer que casi toda la clase o la clase entera pueda algún día, bajo el capitalismo, elevarse hasta el punto de alcanzar el grado de conciencia y de actividad de su destacamento de vanguardia, de su partido socialdemócrata. Ningún socialdemócrata juicioso ha puesto nunca en duda que, bajo el capitalismo, ni aun la organización sindical (más rudimentaria, más asequible al grado de conciencia de las capas menos desarrolladas) está en condiciones de englobar a toda o a casi toda la clase obrera. Olvidar la diferencia que existe entre el destacamento de vanguardia y toda la masa que gravita hacia él, olvidar el deber constante que tiene el destacamento de vanguardia de elevar a capas cada vez más amplias a su avanzado nivel, sería únicamente engañarse a sí mismo, cerrar los ojos ante la inmensidad de nuestras tareas, restringir nuestras tareas(v. t. VI, págs. 205-206).<br /><br />2) El Partido como destacamento organizado de la clase obrera. El Partido no es sólo el destacamento de vanguardia de la clase obrera. Si quiere dirigir realmente la lucha de su clase, tiene que ser, al mismo tiempo, un destacamento organizado de la misma. Las tareas del Partido en el capitalismo son extraordinariamente grandes y diversas. El Partido debe dirigir la lucha del proletariado en condiciones extraordinariamente difíciles de desarrollo interior y exterior; debe llevar al proletariado a la ofensiva cuando la situación exija la ofensiva; debe sustraer al proletariado de los golpes de un enemigo fuerte cuando la situación exija la retirada; debe inculcar en las masas de millones y millones de obreros sin-partido y desorganizados el espíritu de disciplina y el método en la lucha, el espíritu de organización y la firmeza.<br /><br />Pero el Partido no puede cumplir estas tareas si él mismo no es la personificación de la disciplina y de la organización, si él mismo no es un destacamento organizado del proletariado. Sin estas condiciones, ni hablar se puede de que el Partido dirija verdaderamente a masas de millones y millones de proletarios.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">El Partido es el destacamento organizado de la clase obrera. </span><br /><br />La idea del Partido como un todo organizado está expresada en la conocida fórmula, expuesta por Lenin en el artículo primero de los Estatutos de nuestro Partido, donde se considera al Partido una suma de sus organizaciones, y a sus miembros, afiliados a una de las organizaciones del Partido. Los mencheviques, que ya en 1903 rechazaban esta fórmula, proponían, en su lugar, el “sistema” de autoadhesión al Partido, el “sistema” de extender el “título” de afiliado al Partido a cualquier “profesor” y a cualquier “estudiante”, a cualquier “simpatizante” y a cualquier “huelguista” que apoyara al Partido de un modo u otro, aunque no formara ni desease formar parte de ninguna de sus organizaciones. No creo que sea necesario demostrar que este original “sistema”, de haber arraigado en nuestro Partido, habría llevado inevitablemente a inundarlo de profesores y estudiantes y a su degeneración en una “entidad” vaga, amorfa, desorganizada, que se hubiera perdido en el mar de los “simpatizantes”, habría borrado los límites entre el Partido y la clase y malogrado la tarea del Partido de elevar a las masas desorganizadas al nivel del destacamento de vanguardia. Huelga decir que, con un “sistema” oportunista como ése, nuestro Partido no habría podido desempeñar el papel de núcleo organizador de la clase obrera en el curso de nuestra revolución.<br /><br />Desde el punto de vista del camarada Mártov --dice Lenin-- las fronteras del Partido quedan absolutamente indeterminadas, porque “cualquier huelguista” puede “declararse miembro del Partido”. ¿Cuál es el provecho de semejante vaguedad? La gran difusión del “título”. Lo que tiene de nocivo consiste en que origina la idea desorganizadora de la confusión de la clase con el Partido(v. t. VI, pág. 211).<br /><br />Pero el Partido no es sólo la suma de sus organizaciones. El Partido es, al mismo tiempo, el sistema único de estas organizaciones, su fusión formal en un todo único, con organismos superiores e inferiores de dirección, con la subordinación de la minoría a la mayoría, con resoluciones prácticas, obligatorias para todos los miembros del Partido. Sin estas condiciones, el Partido no podría formar un todo único y organizado, capaz de ejercer la dirección sistemática y organizada de la lucha de la clase obrera.<br /><br />Antes --dice Lenin--, nuestro Partido no era un todo formalmente organizado, sino, simplemente, una suma de diversos grupos, razón por la cual no podía de ningún modo existir entre ellos más relación que la de la influencia ideológica. Ahora somos ya un partido organizado, y esto entraña la creación de una autoridad, la transformación del prestigio de las ideas en el prestigio de la autoridad, la sumisión de las instancias inferiores a las instancias superiores del Partido(v. t. VI. pág. 291)<br /><br />El principio de la subordinación de la minoría a la mayoría, el principio de la dirección de la labor del Partido por un organismo central suscita con frecuencia ataques de los elementos inestables, acusaciones de “burocratismo”, de “formalismo”, etc. No creo que sea necesario demostrar que la labor sistemática del Partido como un todo y la dirección de la lucha de la clase obrera no serían posibles sin la aplicación de estos principios. El leninismo en materia de organización es la aplicación indefectible de estos principios. Lenin califica la lucha contra estos principios de “nihilismo ruso” y de “anarquismo señorial”, digno de ser puesto en ridículo y repudiado.<br /><br />He aquí lo que dice Lenin, en su libro “Un paso adelante” a propósito de estos elementos inestables:<br /><br />Este anarquismo señorial es algo muy peculiar del nihilista ruso. La organización del Partido se le antoja una “fábrica” monstruosa; la sumisión de la parte al todo y de la minoría a la mayoría le parece un “avasallamiento”; la división del trabajo bajo la dirección de un organismo central le hace proferir alaridos tragicómicos contra la transformación de los hombres en “ruedas y tornillos”; la sola mención de los estatutos de organización del Partido suscita en él un gesto de desprecio y la desdeñosa observación de que se podría vivir sin estatutos.<br /><br />Está claro, me parece, que los clamores contra el famoso burocratismo no son más que un medio de encubrir el descontento por la composición de los organismos centrales, no son más que una hoja de parra. ¡Eres un burócrata, porque has sido designado por el Congreso sin mi voluntad y contra ella! Eres un formalista, porque te apoyas en los acuerdos formales del Congreso, y no en mi consentimiento. Obras de un modo brutalmente mecánico, porque te remites a la mayoría “mecánica” del Congreso del Partido y no prestas atención a mi deseo de ser cooptado. ¡Eres un autócrata, porque no quieres poner el poder en manos de la vieja tertulia de buenos compadres!<br />(4) (v. t. VI. págs. 310 y 2).<br /><br />3) El Partido como forma superior de organización de clase del proletariado. El Partido es el destacamento organizado de la clase obrera. Pero el Partido no es la única organización de la clase obrera. El proletariado cuenta con muchas otras organizaciones, sin las cuales no podría luchar con éxito contra el capital:<br /><br />sindicatos, cooperativas, organizaciones fabriles, minorías parlamentarias, organizaciones femeninas sin-partido, prensa, organizaciones culturales y educativas, uniones de la juventud, organizaciones revolucionarias de combate (durante las acciones revolucionarias abiertas), Soviets de Diputados como forma de organización del Estado (si el proletariado se halla en el Poder), etc. La inmensa mayoría de estas organizaciones son organizaciones sin-partido, y sólo unas cuantas están directamente vinculadas al Partido o son ramificaciones suyas. En determinadas circunstancias, todas estas organizaciones son absolutamente necesarias para la clase obrera, pues sin ellas no sería posible consolidar las posiciones de clase del proletariado en los diversos terrenos de la lucha, ni sería posible templar al proletariado como la fuerza llamada a sustituir el orden de cosas burgués por el orden de cosas socialista. Pero ¿cómo llevar a cabo la dirección única, con tal abundancia de organizaciones? ¿Qué garantía hay de que esta multiplicidad de organizaciones no lleve a incoherencias en la dirección? Cada una de estas organizaciones, pueden decirnos, actúa en su propia órbita y por ello no pueden entorpecerse las unas a las otras. Esto, naturalmente, es cierto. Pero también lo es que todas estas organizaciones tienen que desplegar su actividad en una misma dirección, pues sirven a una sola clase, a la clase de los proletarios. ¿Quién --cabe preguntarse-- determina la línea, la orientación general que todas estas organizaciones deben seguir en su trabajo? ¿Dónde está la organización central que no sólo sea capaz, por tener la experiencia necesaria, de trazar dicha línea general, sino que, además, pueda, por tener el prestigio necesario para ello, mover a todas estas organizaciones a aplicar esa línea, con el fin de lograr la unidad en la dirección y excluir toda posibilidad de intermitencias?<br /><br />Esta organización es el Partido del proletariado.<br /><br />El Partido posee todas las condiciones necesarias para lo primero, porque el Partido es el punto de concentración de los mejores elementos de la clase obrera, directamente vinculados a las organizaciones sin-partido del proletariado y que con frecuencia las dirigen; segundo, porque el Partido, como punto de concentración de los mejores elementos de la clase obrera, es la mejor escuela de formación de jefes de la clase obrera, capaces de dirigir todas las formas de organización de su clase; tercero, porque el Partido, como la mejor escuela para la formación de jefes de la clase obrera, es, por su experiencia y su prestigio, la única organización capaz de centralizar la dirección de la lucha del proletariado, haciendo así de todas y cada una de las organizaciones sin-partido de la clase obrera organismos auxiliares y correas de transmisión que unen al Partido con la clase.<br /><br />El Partido es la forma superior de organización de clase del proletariado.<br />Esto no quiere decir, naturalmente, que las organizaciones sin-partido, los sindicatos, las cooperativas, etc., deban estar formalmente subordinadas a la dirección del Partido. Lo que hace falta es, simplemente, que los miembros del Partido que integran estas organizaciones, en las que gozan de indudable influencia, empleen todos los medios de persuasión para que las organizaciones sin-partido se acerquen en el curso de su trabajo al Partido del proletariado y acepten voluntariamente la dirección política de éste.<br /><br />Por eso, Lenin dice que el Partido es “la forma superior de unión de clase de los proletarios”, cuya dirección política debe extenderse a todas las demás formas de organización del proletariado (v. t. XXV. pág. 194).<br /><br />Por eso, la teoría oportunista de la “independencia” y de la “neutralidad” de las organizaciones sin-partido, que produce parlamentarios independientes y publicistas desligados del Partido, funcionarios sindicales de mentalidad estrecha y cooperativistas imbuidos de espíritu pequeñoburgués, es completamente incompatible con la teoría y la práctica del leninismo.<br /><br />4) El Partido como instrumento de la dictadura del proletariado. El Partido es la forma superior de organización del proletariado. El Partido es el factor esencial de dirección en el seno de la clase de los proletarios y entre las organizaciones de esta clase. Pero de aquí no se desprende, ni mucho menos, que el Partido pueda ser considerado como un fin en sí, como una fuerza que se baste a sí misma. El Partido no sólo es la forma superior de unión de clase de los proletarios, sino que es, al mismo tiempo, un instrumento del proletariado para la conquista de su dictadura, cuando ésta no ha sido todavía conquistada, y para la consolidación y ampliación de la dictadura, cuando ya está conquistada. El Partido no podría elevar a tal altura su importancia, ni ser la fuerza rectora de todas las demás formas de organización del proletariado, si éste no tuviera planteado el problema del Poder, si las condiciones creadas por el imperialismo, la inevitabilidad de las guerras y la existencia de las crisis no exigieran la concentración de todas las fuerzas del proletariado en un solo lugar, la convergencia de todos los hilos del movimiento revolucionario en un solo punto, a fin de derrocar a la burguesía y conquistar la dictadura del proletariado. El proletariado necesita del Partido, ante todo, como Estado Mayor de combate, indispensable para la conquista victoriosa del Poder. No creo que sea necesario demostrar que, sin un partido capaz de reunir en torno suyo a las organizaciones de masas del proletariado y de centralizar, en el curso de la lucha, la dirección de todo el movimiento, el proletariado de Rusia no hubiera podido implantar su dictadura revolucionaria.<br /><br />Pero el proletariado no necesita del Partido solamente para conquistar la dictadura; aún le es más necesario para mantenerla, consolidarla y extenderla, para asegurar la victoria completa del socialismo.<br /><br />Seguramente --dice Lenin--, hoy casi todo el mundo ve ya que los bolcheviques no se hubieran mantenido en el Poder, no digo dos años y medio, sino ni siquiera dos meses y medio, sin la disciplina rigurosísima, verdaderamente férrea, de nuestro Partido, sin el apoyo total e indefectible prestado a él por toda la masa de la clase obrera, es decir, por todo lo que ella tiene de consciente, honrado, abnegado, influyente y capaz de conducir tras de sí o de arrastrar a las capas atrasadas(v. t. xxv, pág. 173).<br /><br />Pero ¿qué significa “mantener” y “extender” la dictadura? Significa inculcar a las masas de millones y millones de proletarios el espíritu de disciplina y de organización; significa dar a las masas proletarias cohesión y proporcionarles un baluarte contra la influencia corrosiva del elemento pequeñoburgués y de los hábitos pequeñoburgueses; reforzar la labor de organización de los proletarios para reeducar y transformar a las capas pequeñoburguesas; ayudar a las masas proletarias a forjarse como fuerza capaz de destruir las clases y de preparar las condiciones para organizar la producción socialista. Pero todo esto sería imposible hacerlo sin un partido fuerte por su cohesión y su disciplina.<br /><br />La dictadura del proletariado --dice Lenin-- es una lucha tenaz, cruenta e incruenta, violenta y pacífica, militar y económica, pedagógica y administrativa, contra las fuerzas y las tradiciones de la vieja sociedad. La fuerza de la costumbre de millones y decenas de millones de hombres es la fuerza más terrible. Sin un partido férreo y templado en la lucha, sin un partido que goce de la confianza de todo lo que haya de honrado dentro de la clase, sin un partido que sepa pulsar el estado de espíritu de las masas e influir sobre él, es imposible llevar a cabo con éxito esta lucha(v. t. XXV, pág. 190).<br /><br />El proletariado necesita del Partido para conquistar y mantener la dictadura. El Partido es un instrumento de la dictadura del proletariado.<br /><br />Pero de esto se deduce que, con la desaparición de las clases, con la extinción de la dictadura del proletariado, deberá desaparecer también el Partido.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">5)</span> El Partido como unidad de voluntad incompatible con la existencia de fracciones. La conquista y el mantenimiento de la dictadura del proletariado son imposibles sin un partido fuerte por su cohesión y su disciplina férrea. Pero la disciplina férrea del Partido es inconcebible sin la unidad de voluntad, sin la unidad de acción, completa y absoluta, de todos los miembros del Partido. Esto no significa, naturalmente, que por ello quede excluida la posibilidad de una lucha de opiniones dentro del Partido. Al revés: la disciplina férrea no excluye, sino que presupone la crítica y la lucha de opiniones dentro del Partido. Tampoco significa esto, con mayor razón, que la disciplina debe ser “ciega”. Al contrario, la disciplina férrea no excluye, sino que presupone la subordinación consciente y voluntaria, pues sólo una disciplina consciente puede ser una disciplina verdaderamente férrea. Pero, una vez terminada la lucha de opiniones, agotada la crítica y adoptado un acuerdo, la unidad de voluntad y la unidad de acción de todos los miembros del Partido es condición indispensable sin la cual no se concibe ni un Partido unido ni una disciplina férrea dentro del Partido.<br /><br />En la actual época de cruenta guerra civil -dice Lenin-, el Partido Comunista sólo podrá cumplir con su deber si se halla organizado del modo más centralizado, si reina dentro de él una disciplina férrea, rayana en la disciplina militar; y si su organismo central es un organismo que goza de gran prestigio y autoridad, está investido de amplios poderes y cuenta con la confianza general de los afiliados al Partido(v. t. XXV, págs. 282-283).<br /><br />Así está planteada la cuestión de la disciplina del Partido en las condiciones de la lucha precedente a la conquista de la dictadura.<br /><br />Otro tanto hay que decir, pero en grado todavía mayor, respecto a la disciplina del Partido después de la conquista de la dictadura:<br /><br />El que debilita, por poco que sea -dice Lenin-, la disciplina férrea del Partido del proletariado (sobre todo en la época de su dictadura), ayuda de hecho a la burguesía contra el proletariado<br />(v. t. XXV, pág. 190).<br /><br />Pero de aquí se desprende que la existencia de fracciones es incompatible con la unidad del Partido y con su férrea disciplina. No creo que sea necesario demostrar que la existencia de fracciones lleva a la existencia de diversos organismos centrales y que la existencia de diversas organismos centrales significa la ausencia de un organismo central común en el Partido, el quebrantamiento de la unidad de voluntad, el debilitamiento y la descomposición de la disciplina, el debilitamiento y la descomposición de la dictadura. Naturalmente, los partidos de la II Internacional, que combaten la dictadura del proletariado y no quieren llevar a los proletarios a la conquista del Poder, pueden permitirse un liberalismo como la libertad de fracciones, porque no necesitan, en absoluto, una disciplina de hierro. Pero los partidos de la Internacional Comunista, que organizan su labor partiendo de las tareas de conquistar y fortalecer la dictadura del proletariado, no pueden admitir ni el “liberalismo” ni la libertad de fracciones.<br /><br /><span style="font-weight: bold;"><br />El Partido es la unidad de voluntad, que excluye todo fraccionalismo y toda división del poder dentro del Partido. </span><br /><br />De aquí, que Lenin hablara del “peligro del fraccionalismo para la unidad del Partido y para la realización de la unidad de voluntad de la vanguardia del proletariado, condición fundamental del éxito de la dictadura del proletariado”. Esta idea fue fijada en la resolución especial del X Congreso de nuestro Partido “Sobre la unidad del Partido”.<br /><br />De aquí, que Lenin exigiera “la supresión completa de todo fraccionalismo” y “la disolución inmediata de todos los grupos, sin excepción, formados sobre tal o cual plataforma”, so pena de “expulsión incondicional e inmediata del Partido” (v. la resolución “Sobre la unidad del Partido”).<br /><br /><span style="font-weight: bold;"><br />6)</span> El Partido se fortalece depurándose de los elementos oportunistas. El fraccionalismo dentro del Partido nace de sus elementos oportunistas. El proletariado no es una clase cerrada. A él afluyen continuamente elementos de origen campesino, pequeñoburgués e intelectual, proletarizados por el desarrollo del capitalismo. Al mismo tiempo, en la cúspide del proletariado compuesta principalmente de funcionarios sindicales y parlamentarios cebados por la burguesía a expensas de los superbeneficios coloniales, se opera un proceso de descomposición. “Esa capa -dice Lenin- de obreros aburguesados o de «aristocracia obrera», enteramente pequeñoburgueses por su género de vida, por sus emolumentos y por toda su concepción del mundo, es el principal apoyo de la II Internacional, y, hoy día, el principal apoyo social (no militar) de la burguesía. Porque son verdaderos agentes de la burguesía en el seno del movimiento obrero, lugartenientes obreros de la clase de los capitalistas , verdaderos vehículos del reformismo y del chovinismo” (v. t. XIX, pág. 77).<br /><br />Todos estos grupos pequeñoburgueses penetran de un modo o de otro en el Partido, llevando a éste el espíritu de vacilación y de oportunismo, el espíritu de desmoralización y de incertidumbre. Son ellos, principalmente, quienes constituyen la fuente del fraccionalismo y de la disgregación, la fuente de la desorganización y de la labor de destrucción del Partido desde dentro. Hacer la guerra al imperialismo teniendo en la retaguardia tales “aliados”, es verse en la situación de gente que se halla entre dos fuegos, tiroteada por el frente y por la retaguardia. Por eso, la lucha implacable contra estos elementos, su expulsión del Partido es la condición previa para luchar con éxito contra el imperialismo.<br /><br />La teoría de “vencer” a los elementos oportunistas mediante la lucha ideológica dentro del Partido, la teoría de “acabar” con estos elementos dentro del marco de un partido único es una teoría podrida y peligrosa, que amenaza con condenar al Partido a la parálisis y a una dolencia crónica, que amenaza con entregar el Partido a merced del oportunismo, que amenaza con dejar al proletariado sin Partido revolucionario, que amenaza con despojar al proletariado de su arma principal en la lucha contra el imperialismo. Nuestro Partido no hubiera podido salir a su anchuroso camino, no hubiera podido tomar el Poder y organizar la dictadura del proletariado, no hubiera podido salir victorioso de la guerra civil, si hubiese tenido en sus filas a los Mártov y a los Dan, a los Potrésov y a los Axelrod. Si nuestro Partido ha conseguido forjar dentro de sus filas una unidad interior y una cohesión nunca vistas, se debe, ante todo, a que supo librarse a tiempo de la escoria del oportunismo y arrojar del Partido a los liquidadores y a los mencheviques. Para desarrollar y fortalecer los partidos proletarios, hay que depurar sus filas de oportunistas y reformistas, de social-imperialistas y social-chovinistas, de social-patriotas y social-pacifistas.<br /><br /><span style="font-weight: bold;"><br />El Partido se fortalece depurándose de los elementos oportunistas. </span><br /><br />Teniendo en las propias filas a los reformistas, a los mencheviques -dice Lenin-, no es posible triunfar en la revolución proletaria, no es posible defenderla. Esto es evidente desde el punto de vista de los principios. Esto lo confirman con toda claridad la experiencia de Rusia y la de Hungría En Rusia, hemos atravesado muchas veces por situaciones difíciles, en que el régimen soviético habría sido irremediablemente derrotado si hubiesen quedado mencheviques, reformistas, demócratas pequeñoburgueses dentro de nuestro Partido. En Italia, donde, según la opinión general, las cosas marchan hacia batallas decisivas entre el proletariado y la burguesía por la conquista del Poder del Estado. En tales momentos, no sólo es absolutamente necesario expulsar del Partido a los mencheviques, a los reformistas, a los turatistas, sino que puede incluso resultar útil apartar de todos los puestos de responsabilidad a quienes, siendo excelentes comunistas, sean susceptibles de vacilaciones y manifiesten inclinación hacia la “unidad” con los reformistas. En vísperas de la revolución y en los momentos de la lucha más encarnizada por su triunfo, la más leve vacilación dentro del Partido puede echarlo todo a perder, hacer fracasar la revolución, arrancar el Poder de manos del proletariado, porque este Poder no está todavía consolidado, porque las arremetidas contra él son todavía demasiado fuertes. Si en tal momento, los dirigentes vacilantes se apartan, eso no debilita al Partido, sino que fortalece al Partido, al movimiento obrero, a la revolución<br /><br />(v. t. XXV, págs. 462, 463 y 464).<br /></span><div class="blogger-post-footer">Socialismo en la Red</div>socialismoenlaredhttp://www.blogger.com/profile/05241358618163923097noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4088563627737470357.post-47634466531036550442009-06-12T19:56:00.000-07:002009-06-12T20:02:53.114-07:00Los límites de la oposición<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIKLAUOL2L4ZeL1WFlXV8c_KsAfnnkbH4pruyT-L1ozkI4-nWeSJVEH25jytgGg463yz3Owq_1RnOEoZz5tHQG4xyYRQyB17xkD0kwyhp7NEILW5zsqi2_qM_eaOsSdmJ-3qeNb2Wi2ic/s1600-h/serge.gif"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 187px; height: 255px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIKLAUOL2L4ZeL1WFlXV8c_KsAfnnkbH4pruyT-L1ozkI4-nWeSJVEH25jytgGg463yz3Owq_1RnOEoZz5tHQG4xyYRQyB17xkD0kwyhp7NEILW5zsqi2_qM_eaOsSdmJ-3qeNb2Wi2ic/s320/serge.gif" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5346642215371718770" border="0" /></a><br /><span style="font-weight: bold;">Víctor Serge</span><br /><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-style: italic;">En 1957 se publicó en Buenos Aires, por el desconocido sello de Ediciones Antloy, un volumen colectivo bajo el título de Examen del comunismo. A diferencia de la proliferación de volúmenes de título semejante saturados por la retórica vacía de la guerra fría, se reproducían allí interesantísmos trabajos críticos del régimen soviético desde perspectivas socialistas, a veces moderadas (socialdemócratas), otras radicales (anarquistas, consejistas...), en un amplio espectro que iba desde Rosa Luxemburg hasta Otto Bauer, pasando por autores como Ernst Toller, Carlo Roselli, Herbert Read o Waldo Frank. No hay indicación del compilador, aunque hay un prólogo firmado por Octavio Rodríguez Maure. Allí se publicó este texto de Serge, en verdad fragmento del artículo “Les Oposittions en URSS” (1945), incluido en Le Nouvel Imperialisme Russe. </span><br /><br />Se imponen algunas conclusiones después del advenimiento del totalitarismo staliniano y de la total exterminación de los bolcheviques. 1° La Rusia soviética fue, después de España, el país que ofreció la resistencia más tenaz y sangrienta al totalitarismo nazi. 2° En su conjunto, las oposiciones comunistas, desde 1920 han luchado contra la tendencia del sistema totalitario en Rusia, sin tener clara conciencia de ello, salvo casos excepcionales. 3° Los otros partidos de la revolución rusa vieron el peligro antes que los bolcheviques, pero es un hecho que la resistencia más obstinada fue la de los bolcheviques mismos. 4° Esta resistencia fue de tal modo irreductible que concluye con una completa exterminación. Había entonces incompatibilidad absoluta entre la mentalidad socialista de los hombres de la revolución y el nuevo despotismo.<br /></div><br /><br /><span class="fullpost"> No es posible desde luego dejar de pensar que la difícil victoria del totalitarismo no era de ningún modo algo fatal y que los revolucionarios que se rebelaban sin cesar contra él, si hubieran visto más claro (y ello era posible: su lenguaje individual era más neto y explícito que sus documentos políticos), si hubieran estado menos divididos, podrían haber dado a la URSS otro rumbo. Reconozcamos también que la burocracia encontró en Stalin un jefe excepcional, a la vez mediocre pero suficientemente hábil y de un rara fuerza de carácter. Los oposicionistas actuaban semiparalizados por un sentimiento apasionado de fidelidad del Partido amenazado, y por una ideología marxista que había llegado a ser insuficiente en una época de colosal revolución técnica como la que ha presenciado el siglo XX, a quien conocían a fondo, no pudo prever los desplazamientos de las fuerzas sociales provocados por los desenvolvimientos de la industria moderna y las ventajas que ella ofrece a la tiranía. Los oposicionistas bolcheviques participaron del optimismo del movimiento socialista en general, que no preveía que el colectivismo podía servir para establecer una explotación del trabajo aplastadora y terrible. La adhesión afectiva a la revolución hacía que la menor duda respecto de su éxito apareciera como una herejía a la que había que castigar. Cuando aquel que acababa de pronunciar la exclusión y la deportación contra sus camaradas “de poca fe” (esas palabras fueron superabundantemente empleadas) se ponía a dudar él mismo, otros oposicionistas lo acusaban a su vez. Eso duró hasta el día en que ya no quedaron más que un número muy reducido de verdaderos socialistas. Provistos de una fuerte educación doctrinal, las sucesivas oposiciones se vieron divididas por rencores de perseguidos y por inquinas de teóricos. La izquierda había denunciado a la derecha como capaz de facilitar un desplazamiento hacia la restauración del capitalismo. La derecha había denunciado “el aventurerismo” y el eclecticismo intelectual del “trotskismo”. Fue necesario el aplastamiento común para que los unos y los otros comprendieran que la cuestión vital era de naturaleza política: la de la libertad de opinión, del mínimo de democracia y que el peligro mortal no estaba ni en el enriquecimiento por lo demás moderado de los rurales, ni en la solidaridad internacional más o menos intransigente, ni en las formas de concebir la industrialización de un país pobre, sino en el crecimiento de un despotismo absoluto e inhumano.<br /><br />Los oposicionistas eran excelentes socialistas, instruidos y llenos de espíritu de sacrificio. Todos habían tenido alguna vez que elegir entre la persecución y la tranquila vida de una carrera gubernamental y todos renunciaron deliberadamente a los privilegios. El jacobinismo deformaba su humanismo marxista. Era autoritarios, intransigentes hasta la intolerancia, disciplinados hasta admitir el olvido y la postergación de conciencia individual. El jacobinismo les había resultado en el trabajo de zapa contra el imperio, luego en la tarea de la toma del poder, más tarde en la guerra civil y aún en la reconstrucción.<br /><br />Éxitos colosales, finalmente, pero con grandes pérdidas que hubieran debido hacer reflexionar más profundamente, como el fracaso del comunismo de guerra, la tragedia de Kronstadt, el sofocamiento y la mordaza de toda crítica seria, así como la exterminación de los otros movimientos socialistas. Los éxitos y los fracasos establecían entre las oposiciones y el poder, responsabilidades comunes. Durante demasiado tiempo creyeron que la máquina estaba en buenas condiciones y que bastaba cambiar a los mecánicos para que todo fuera mejor. Trotsky murió con la idea del “Estado obrero con deformaciones burocráticas”, como calificaba él a la actual situación rusa. En Rusia, recién en 1932, se empieza a comprender que la máquina misma era humanamente intolerable. En ese momento, los hombres de la oposición de derecha y de izquierda, se reconciliaron.<br /><br />Desde 1920-21, las masas soportaban el partido más de lo que ellas sospechaban. El partido sabía que su aislamiento duraría hasta el retorno de un cierto bienestar. Temiendo a la opinión del país, le negaba la palabra. Se decía corrientemente: “Dejad hablar un poquito, y la pequeñoburguesía contrarrevolucionaria (la campesina sobre todo) tomará la palabra... Seremos arrasados. En seguida vendrá una especie de fascismo”. Era plausible. Pero a favor del estado de sitio y del silencio, los elementos pasivos y retrógrados se instalaban también en todos los rodajes y engranajes del Estado-Partido.<br /><br />La oposición de izquierda, la más audaz, no se atrevió jamás a ir más allá de un programa de democratización progresiva del partido y algunos sindicatos. No haber osado correr el riesgo de dirigirse al país, de apelar a él, acaso fue la falta más grave y suicida. El fetichismo del partido explica esta falta. No se era ni “miembro del partido”, ni ciudadano; se era partiletz, un “hombre del partido”, un fragmento de ese conjunto sagrado que Bujarin había denominado un día como “cohorte de hierro” y que en realidad no era más que un aparato de burócratas sin alma, de oficinas deshumanizadas y una masa de pequeños privilegiados.<br /><br />Las rebeliones del humanismo eran profundas y antiguas. Se había manifestado desde el comienzo de la revolución por la lucha de Máximo Gorki contra el terror; por la insistencia de Riazanov en reclamar la abolición de pena de muerte; por los esfuerzos de Kamenev por salvaguardar un mínimo de libertad para el pensamiento impreso y por el apoyo prestado a la joven literatura soviética hasta 1927. Yo he conocido a muchos militantes bolcheviques que no cesaron jamás de indignarse de los rigores jacobinos. El culto al jefe sólo llega a imponerse con el totalitarismo. Trotsky no fue el “jefe” ni aun el líder incontestado de la oposición de izquierda. Era sí amado y escuchado como una inteligencia intrépida y un carácter seguro, pero era discutido sin asomo de violencia. Vencido y preso, la izquierda adopta la denominación de “bolchevique leninista” a fin de afirmar su deseo de ortodoxia. Pero muy pronto se divide en dos corrientes: los viejos ortodoxos, que soñaban con un verdadero retorno al bolchevismo ideal, y los investigadores que creían necesario plantear libremente las grandes y fundamentales cuestiones...<br />México, julio de 1945<br /><br /></span><div class="blogger-post-footer">Socialismo en la Red</div>socialismoenlaredhttp://www.blogger.com/profile/05241358618163923097noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4088563627737470357.post-4710545376545009472009-06-12T07:24:00.000-07:002009-06-12T07:28:39.639-07:00Burgueses y Proletarios: el combate continúa<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjY2RZpwrxwHjsesDP2FLpoSeJW8bbsZ-8QG4Q6CyhdU_cv2IgAoK6gQ6OQOLgEWc8a3NF9WnUfafDmBIP0HxqAuyYCY6RMI9dSg6-f5nujlg7q_Q618nJulHV1f9jERrLAYFA1zhDu4D4/s1600-h/proletariado.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 320px; height: 223px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjY2RZpwrxwHjsesDP2FLpoSeJW8bbsZ-8QG4Q6CyhdU_cv2IgAoK6gQ6OQOLgEWc8a3NF9WnUfafDmBIP0HxqAuyYCY6RMI9dSg6-f5nujlg7q_Q618nJulHV1f9jERrLAYFA1zhDu4D4/s320/proletariado.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5346447821093150498" border="0" /></a><br /><span style="font-weight: bold;">Por Luis R Delgado J</span><br /><br /><div style="text-align: justify;">La crisis actual del capitalismo que de lejos será la más grave de su existencia, sigue confirmando que las supuestas teorías del fin de la historia o del estadio permanente neoliberal, fueron unas de las muchas patrañas que ha inventado la burguesía durante siglos para eternizar su supremacía sobre el resto de la sociedad, sobre los trabajadores y las trabajadoras.<br /><br />Evidentemente la Lucha de Clases no se detuvo, de hecho en muchas partes se ha agudizado. La oligarquía mundial arreció su ataque sobre los pueblos con la excusa de llevar a cabo misiones civilizatorias, democráticas, profundamente defensoras de los derechos humanos, portadoras de un supuesto “Progreso”, y en los últimos años con el aval de la lucha contra el “Terrorismo” y el “Narcotráfico”. No es la primera vez que esto sucede, siempre los poderosos buscan razones éticas para justificar sus atropellos a los explotados y oprimidos.<br /></div><br /><br /><span class="fullpost">Frente a esto los pueblos no se han quedado con los brazos cruzados. En Irak, Afganistán, Palestina y Colombia combaten las agresiones militares imperialistas. En Asia luchan por construir sociedades prosperas e independientes. En buena parte de África se lucha por sobrevivir y construir un futuro mejor. En los Centros del Capitalismo Mundial, los trabajadores luchan por la defensa de sus conquistas logradas en décadas de combate. En América Latina y el Caribe, los pueblos están empeñados en construir una alternativa viable a la sociedad capitalista, buscan romper las cadenas del imperialismo norteamericano. En todo el planeta se lucha porque otro mundo es posible y necesario.<br /><br />De esta forma, el capitalismo en las últimas décadas ha demostrado su terrible capacidad destructiva de las dos principales fuentes de riquezas; la naturaleza y la humanidad. Por un lado se encuentra en peligro la supervivencia de los diversos ecosistemas y la vida del planeta producto de la lógica eco-depredadora del Capital. Y por otro lado la humanidad está sometida a la más cruel explotación producto de la contradicción Capital-Trabajo; a la opresión sistemática de los Estados gendarmes y policías del Capital; a la opresión patriarcal que condena a las mujeres a una terrible explotación, opresión y subordinación frente al hombre dominante; a la opresión adulto-céntrica que condena a los jóvenes a un segundo plano frente a la sociedad adulta; al etnocentrismo occidental que arrolla a las culturas originarias y milenarias de los cinco continentes, por medio de la exportación del Pensamiento Único (Ramonet 2003); y en fin a la ignominiosa exclusión que invisibiliza a millones de personas, las cuales expulsa de los derechos humanos básicos como son los servicios sociales fundamentales, tales como la educación , la salud, la alimentación, la vivienda, entre otros.<br /><br />Este combate múltiple en el cual saltan a la vista diversas contradicciones sociales, políticas, económicas y culturales, está atravesado por una contradicción descrita por Marx y Engels hace más de 160 años en el Manifiesto Comunista, la contradicción entre Burgueses y Proletarios. Sin caer en simplificaciones esta sigue siendo una lucha fundamental, pese a que han cambiado muchos rasgos y aspectos de la forma, sin embargo la esencia y el contenido de la lucha entre la burguesía y la clase obrera se mantiene, el burgués no ha cesado su búsqueda de acentuar la explotación de la plusvalía de los trabajadores, es decir, no ha parado en su ansia de acrecentar su ganancia día tras día. Para ello se vale de muchas trampas, trata de disminuir los salarios reales, desarrolla tecnologías para acrecentar la productividad del trabajo y seguir pagando los mismos salarios; busca que los obreros y las obreras trabajen más tiempo por el mismo pago; busca destruir la seguridad social de la clase trabajadora; busca erradicar los partidos, sindicatos y otras organizaciones obreras, para poder explotar a la clase asalariada mucho más intensamente; pero lo más importante que la burguesía trata de lograr es dividir al proletariado, a la clase trabajadora, para que compita entre si, para debilitarlo en la lucha:<br /><br />“… el capital necesita la separación y la división entre los asalariados para apoderarse de los frutos de la cooperación de la producción. La tendencia a “dividir para vencer” al trabajo asalariado es inmanente al capital. Como el trabajo asalariado está presente a lo largo del ciclo del capital, si este quiere realizar su objetivo, es indispensable una permanente separación y división de los trabajadores” (Lebowitz 2006, p. 166).<br /><br />Estas contradicciones se reproducen permanentemente a escala mundial, así como también diariamente se reproduce el proceso de acumulación primitiva del capital en diversas partes del planeta donde la economía rural de subsistencia viene siendo desplazada y destruida de forma vertiginosa. En este sentido el capitalismo no ha dejado de valerse de mecanismos extraeconómicos para alcanzar sus objetivos de acumulación ampliada, las guerras, el pillaje y otras formas de violencia, siguen siendo útiles para la conquista de recursos naturales y humanos a lo largo y ancho del mundo.<br /><br />Lo cierto es que el capitalismo en la medida que pasan los años se torna cada vez más irracional, sus contradicciones son más agudas. Marx y Engels nos describieron hace más de un siglo, que el capitalismo ha revolucionado profundamente las sociedades, que ha destruido sin tregua cada una de las barreras que la sociedad anterior le colocaba; desarrolló el Mercado Mundial; unificó al mundo en una unidad contradictoria planetaria, el Sistema Capitalista Mundial; le dio un carácter cosmopolita a la producción, la distribución y el consumo de bienes materiales y espirituales; ha revolucionado permanentemente la ciencia y la tecnología aplicada a la producción; ha desarrollado intensamente la división social del trabajo, entre el campo y la ciudad, entre el trabajo manual y el trabajo intelectual, entre los centros imperialistas y los países dependientes.<br /><br />El capitalismo unificó las naciones dispersas en feudos y unidades político territoriales pequeñas, en espacios mayores denominados Estados-Nacionales, hoy los mismos ya se tornan reducidos para la burguesía transnacional, por lo cual esta trata de crear espacios más grandes para el flujo mercantil y de capitales, la Unión Europea y el ALCA son dos propuestas al respecto. La burguesía creó el moderno Estado Representativo, basado en la igualdad formal de los ciudadanos, en los ideales constitucionales, democráticos y liberales.<br /><br />Sin embargo los padres del Socialismo Científico nos advertían, que estos procesos en todo momento se han sustentado en la brutal explotación, opresión y subordinación de la clase trabajadora. El Sistema Capitalista Mundial, que algunos manipuladores han denominado la “Aldea Global” por eso de la supuesta novedad de la Globalización (para algunos autores como Samir Amin e Immanuel Wallerstein este proceso tiene más de 500 años, desde la conquista de América por Europa), no es otra cosa que un sistema en el cual un reducido grupo de burgueses habitantes de no más de 10 países, explotan al resto de los seis mil millones de habitantes del planeta que viven en más de 190 países. La riqueza de los países más ricos se sostiene sobre la miseria de los países más pobres, la riqueza que acumula la burguesía es inversamente proporcional a pobreza de los trabajadores y las trabajadoras.<br /><br />Hoy el capitalismo en esta nueva crisis, se muestra amenazante ante los pueblos, ante la clase obrera, los campesinos, la pequeña burguesía, las mujeres, los jóvenes, las minorías, los pueblos originarios, ya que para los burgueses son los de abajo los que deben pagar los platos rotos. La burguesía mundial esta presta a avanzar contra las conquistas de los trabajadores y las trabajadoras para restituir sus tasas de ganancia. La burguesía mundial está decidida a utilizar las guerras como mecanismo para reflotar sus economías y para conquistar nuevos territorios destinados a la explotación capitalista.<br /><br />Sin embargo como afirmaba el marxista italiano Lucio Colletti (1975):<br /><br />“… con el capitalismo se preparan, según Marx, las condiciones de la liberación del hombre: aumento gigantesco de la productividad del trabajo (aunque sea en la forma de la “intensificación” de la explotación de la fuerza de trabajo); destrucción de los límites localistas y nacionales, y unificación del mundo (aunque sea en la forma del “mercado” mundial); socialización del hombre, o sea, su unificación con el género (aunque sea a través de la formación del proletariado industrial)”. (p. 197)<br /><br />En este sentido los trabajadores y las trabajadoras deben apropiarse críticamente del conocimiento de esta realidad para elevar sus niveles de conciencia, para asumir de forma organizada y combativa su papel de actores protagónicos de la revolución. El proletariado debe asumir, que es él quien mueve el mundo contemporáneo, absolutamente todo lo que vemos, todo lo que nos rodea es producto del trabajo colectivo o de la naturaleza.<br /><br />Hoy en estos momentos de crisis mundial del capitalismo, insistimos, la clase obrera debe fortalecer su conciencia y su organización para aplicar la mejor defensa contra las oligarquías, la ofensiva revolucionaria que apuntale la construcción de una nueva Hegemonía, un nuevo Poder, el Socialismo auténtico. Recordemos estas palabras enunciadas por Marx y Engels (2006) hace más de 160 años:<br /><br />“La existencia y el predominio de la clase burguesa tienen por condición esencial la concentración de la riqueza en manos de unos cuantos individuos, la formación e incremento constante del capital; y éste, a su vez, no puede existir sin el trabajo asalariado. El trabajo asalariado presupone, inevitablemente, la concurrencia de los obreros entre sí. Los progresos de la industria, que tienen por cauce automático y espontáneo a la burguesía, imponen, en vez del aislamiento de los obreros por la concurrencia, su unión revolucionaria por la organización. Y así, al desarrollarse la gran industria, la burguesía ve tambalearse bajo sus pies las bases sobre que produce y se apropia lo producido. Y a la par que avanza, se cava su fosa y cría a sus propios enterradores. Su muerte y el triunfo del proletariado son igualmente inevitables”. (p. 30)<br /><br /></span><div class="blogger-post-footer">Socialismo en la Red</div>socialismoenlaredhttp://www.blogger.com/profile/05241358618163923097noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4088563627737470357.post-16128938173516842842009-06-11T19:11:00.000-07:002009-06-12T07:24:29.875-07:00Adam Smith está más cerca de Karl Marx que de los que actualmente lo ensalzan<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNsaDrZbEJDa3oIq3CyNC2rPIcFIyDCenri24WQ4VMURYZltbTq2cWp_hHRJWSUFgmBKcBm5wk7ScnYiZhtzmDMsCoDGpXWshrvgQOSp7B99iF4FqXOiVwOcsjLRr5BO0H8R0xUb5CZV8/s1600-h/Banco+de+Imagenes+de+la+JCV.+172.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 274px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNsaDrZbEJDa3oIq3CyNC2rPIcFIyDCenri24WQ4VMURYZltbTq2cWp_hHRJWSUFgmBKcBm5wk7ScnYiZhtzmDMsCoDGpXWshrvgQOSp7B99iF4FqXOiVwOcsjLRr5BO0H8R0xUb5CZV8/s320/Banco+de+Imagenes+de+la+JCV.+172.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5346258990959001074" border="0" /></a><br /><span style="font-weight: bold;">Eric Toussaint</span> Aporrea<br /><br /><div style="text-align: justify;">En las siguientes citas descubrimos que lo que escribió Adam Smith en los años de 1770 no está tan alejado de lo que escribieron Karl Marx y Friedrich Engels setenta años después, en el famoso Manifiesto comunista.<br /><br />Según Adam Smith:<span style="font-style: italic;"> «Por lo general, el trabajador de la manufactura añade, al valor de los materiales sobre los que trabaja, el de su propio mantenimiento y el beneficio de su patrono.»2</span> Traducido en términos marxistas, eso significa que el obrero reproduce en el transcurso de su trabajo el valor de una parte del capital constante (es decir, los medios de producción —la cantidad de materias primas, de energía, la fracción del valor del equipo técnico utilizado, etc.— que entran en la producción de una mercadería determinada) al que se agrega el capital variable correspondiente a su salario y el beneficio de su patrono, que Marx denominó la plusvalía. Karl Marx y Adam Smith, en épocas diferentes, consideraron que el patrono no produce valor, cuando, por el contrario, es el obrero el que lo produce.<br /></div><br /><br /><span class="fullpost">Según Adam Smith, el obrero crea valor... sin ningún coste para el capitalista: <span style="font-style: italic;">«Aunque el patrono adelante los salarios a los trabajadores, en realidad éstos no le cuestan nada, ya que el valor de tales salarios se repone junto con el beneficio en el mayor valor del objeto trabajado.»3<br /></span><br /><br />En el siguiente pasaje, Adam Smith analizó los conflictos de interés y la lucha de clases entre capitalistas y obreros<br /><br /><span style="font-style: italic;"><br />«Los salarios corrientes del trabajo dependen del contrato establecido entre dos partes cuyos intereses no son, en modo alguno, idénticos. Los trabajadores desean obtener lo máximo posible, los patronos dar lo mínimo. Los primeros se unen para elevarlos, los segundos para rebajarlos.<br /><br />»No es difícil, sin embargo, prever cuál de las partes vencerá en la disputa y forzará a la otra a aceptar sus condiciones. Los patronos, al ser menos en número, pueden unirse fácilmente; y además la ley lo autoriza, o al menos no lo prohíbe, mientras que prohíbe las uniones de los trabajadores. No tenemos leyes parlamentarias contra la asociación para rebajar los salarios; pero tenemos muchas contra las uniones tendentes a aumentarlos. Además, en tales confrontaciones los patronos pueden resistir durante mucho más tiempo. Un terrateniente, un colono, un comerciante o un fabricante pueden, normalmente, vivir un año o dos con los capitales que ya han adquirido, y sin tener que emplear a ningún trabajador. En cambio, muchos trabajadores no podrían subsistir una semana, unos pocos podrían hacerlo durante un mes, y un número escaso de ellos podría vivir durante un año sin empleo. A largo plazo, el trabajador es tan necesario para el patrono como éste lo es para él, pero la necesidad del patrono no es tan inmediata.<br /><br />»Se suele decir que la unión de los patronos es muy rara y que la de los trabajadores es muy frecuente. Pero los que, de acuerdo con estos dichos, piensen que los patronos raramente se unen, son tan ignorantes de lo que pasa en el mundo como de este asunto. Los patronos están siempre y en todas partes en una especie de acuerdo tácito, pero constante y uniforme, para no elevar los salarios por encima de su nivel actual. La violación de dicho acuerdo es, en todas partes, impopular, y somete a quien así procede al reproche de sus vecinos e iguales. De hecho, oímos poco de estas uniones porque es lo normal, incluso se puede decir que es el estado natural de cosas de las que nunca se oye hablar. Los patronos constituyen, a veces, incluso uniones específicas para reducir los salarios por debajo de aquel nivel. Estos acuerdos se llevan a cabo siempre con el más absoluto silencio y secreto hasta que se ejecutan, y nunca se hacen públicos cuando los trabajadores se someten, como a veces ocurre, sin resistencia. No obstante, estas uniones se encuentran a menudo frente a uniones defensivas de los trabajadores, quienes en ocasiones, sin existir siquiera una provocación de este tipo, se unen para elevar los salarios. Las razones que esgrimen estriban a veces en el alto precio de los bienes de subsistencia y, a veces, en los grandes beneficios que los patronos sacan de su trabajo. Ahora bien, sean sus uniones defensivas u ofensivas, se suele hablar mucho de ellas. Para precipitar una solución recurren siempre a grandes alborotos y a veces a la violencia y a los atropellos más sorprendentes. Están desesperados y proceden con el frenesí propio del hombre en ese estado, cuya alternativa es morirse de hambre o forzar a sus patronos a que, por miedo, cumplan sus exigencias. En estas ocasiones los patronos reclamen tanto como ellos y exigen la ayuda de los magistrados civiles y el cumplimiento riguroso de las leyes establecidas con tanta severidad contra la asociación de sirvientes, trabajadores y jornaleros.»4 </span><br /><br /><br />Lo que motiva al capitalista según Adam Smith<br /><br /><span style="font-style: italic;"><br />«El único motivo que mueve al poseedor de cualquier capital a emplearlo en la agricultura, en la manufactura, o en alguna rama del comercio mayorista o detallista, es la consideración a su propio beneficio particular. Las diferentes cantidades de trabajo productivo que puede poner en movimiento y los diferentes valores que puede añadir al producto anual de la tierra y trabajo de la sociedad, según se emplee de una u otra forma, nunca entran en sus pensamientos.»5 </span><br /><br /><br />Adam Smith considera que hay tres clases sociales fundamentales: 1º. La clase de los terratenientes que vive de la renta; 2º. La que vive de los salarios y 3º. La clase capitalista que vive de los beneficios. Adam Smith identifica a su manera la conciencia y los intereses de estas tres clases sociales.<br /><br /><span style="font-style: italic;"><br />«Todo el producto anual de la tierra y el trabajo de cualquier país o, lo que viene a ser lo mismo, el precio conjunto de dicho producto anual, se divide de un modo natural, como ya se ha dicho, en tres partes: la renta de la tierra, los salarios del trabajo y los beneficios del capital, constituyendo, por tanto, la renta de tres clases de la sociedad: la que vive de la renta, la que vive de los salarios y la que vive de los beneficios. Estas son las tres grandes clases originarias y principales de toda sociedad civilizada, de cuyas rentas se deriva, en última instancia, la de cualquier otra clase. [...]» </span><br /><br /><br />Hablando de la clase de los rentistas, o sea, de los terratenientes, Adam Smith afirmaba: <span style="font-style: italic;">« Es la única de las tres clases, que percibe su renta sin que le cueste trabajo ni desvelos, sino que la percibe de una manera en cierto modo espontánea, independientemente de cualquier plan o proyecto propio para adquirirla. Esa indolencia, consecuencia natural de una situación tan cómoda y segura, no sólo convierte [a los miembros de esta clase] a menudo en ignorantes, si no en incapaces para la meditación necesaria para prever y comprender los efectos de cualquier reglamentación pública.<br /><br />» El interés de la segunda clase, la que vive de los salarios, está tan vinculado con el interés general de la sociedad como el de la primera. [...] Sin embargo, aun cuando el interés del trabajador está íntimamente vinculado al de la sociedad, es incapaz de comprender ese interés o de relacionarlo con el propio. Su condición no le deja tiempo suficiente para recibir la información necesaria, y su educación y sus hábitos son tales que le incapacitan para opinar, aun en el caso de estar totalmente informado. Por ello, en las cuestiones públicas su opinión no se escucha ni considera, excepto en las ocasiones en que los patronos fomentan, apoyan o promueven sus reclamaciones, no por defender los intereses del trabajador, sino los suyos propios.<br /><br />»La tercera clase la constituyen los patronos, o sea, los que viven de beneficios. El capital empleado con intención de obtener beneficios pone en movimiento la mayor parte del trabajo útil en cualquier sociedad. Los planes y proyectos de aquellos que emplean el capital regulan y dirigen las operaciones más importantes del trabajo, siendo el beneficio el fin perseguido con todos aquellos planes y proyectos. [...] Dentro de esta clase, los comerciantes y fabricantes son las dos categorías de personas que habitualmente emplean los mayores capitales, y que con su riqueza atraen la mayor parte de la consideración de los poderes públicos hacia sí. Como durante toda su vida están ocupados en hacer planes y proyectos, frecuentemente tienen mayor agudeza y talento que la mayor parte de los terratenientes. [...] Los intereses de los comerciantes que trafican en ciertos ramos del comercio o de las manufacturas siempre son distintos de los generales, y muchas veces totalmente opuestos. El interés del comerciante consiste siempre en ampliar el mercado y reducir la competencia. La ampliación del mercado suele coincidir con el interés público, pero la reducción de la competencia siempre está en contra de dicho interés, y sólo sirve para que los comerciantes, al elevar los beneficios por encima de su nivel natural, impongan, en beneficio propio, una contribución absurda sobre el resto de los ciudadanos. Cualquier propuesta de una nueva ley o reglamentación del comercio que provenga de esta clase deberá analizarse siempre con gran precaución, y nunca deberá adoptarse sino después de un largo y cuidadoso examen, efectuado no sólo con la atención más escrupulosa sino con total desconfianza, pues viene de una clase de gente cuyos intereses no suelen coincidir exactamente con los de la comunidad y que tienden a defraudarla y a oprimirla, como ha demostrado la experiencia en muchas ocasiones.»6 </span><br /><br /><br />También encontramos en Adam Smith otros juicios que producen urticaria a los gobernantes y a los ideólogos que reivindican su herencia: <span style="font-style: italic;">«Nuestros comerciantes se quejan con frecuencia de los altos salarios del trabajo británico como la causa de que sus manufacturas no se vendan tan baratas en los mercados foráneos, pero no dicen nada de los altos beneficios del capital. Se quejan de las generosas ganancias de otra gente, pero no dicen nada de las propias. No obstante, los altos beneficios del capital británico pueden contribuir a elevar el precio de las manufacturas británicas, tanto, y en algunos casos quizá más, que los altos salarios del trabajo.»7</span><br /><br />Esta declaración es una verdadera herejía para los patronos que adjudican a los costes salariales —siempre demasiados altos para su gusto— la responsabilidad de la inflación y de la falta de competitividad. <br /><br /><br />Estos elementos, tan esenciales en el pensamiento de Adam Smith (o incluso más) que la famosa mano invisible (que sólo menciona tres veces en su obra), son sistemáticamente pasados por alto por el pensamiento económico dominante.8<br /><br /><br />Una de las diferencias fundamentales entre Adam Smith y Karl Marx es que el primero, si bien era conciente de la explotación del obrero por el patrono, apoyaba a los patronos mientras que el segundo estaba por la emancipación de los obreros. <br /><br /><br />El preámbulo de los estatutos de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT)9 redactado por Karl Marx expresa el meollo de su posición:<br /><br /><span style="font-style: italic;"><br />«Considerando:<br /><br /><br />»Que la emancipación de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos;<br /><br />que la lucha por la emancipación no ha de tender a constituir nuevos privilegios y monopolios, sino a establecer para todos los mismos derechos y los mismos deberes; y a la abolición de todos los regímenes de clase;<br /><br /><br />»Que el sometimiento del trabajador a los que monopolizan los medios de trabajo —o sea, la fuente de la vida— es la causa fundamental de la servidumbre en todas sus formas: miseria social, degradación intelectual y dependencia política;<br /><br /><br />»Que por lo mismo la emancipación económica de los trabajadores es el gran objetivo al que debe subordinarse todo movimiento político;<br /><br /><br />»Que todos los esfuerzos hechos hasta ahora han fracasado por falta de solidaridad entre los obreros de las diferentes profesiones en cada país, y por la ausencia de una unión fraternal entre los trabajadores de diversas regiones;<br /><br /><br />»Que la emancipación de los trabajadores no es un problema local o nacional, sino que, al contrario, es un problema social, que afecta a todos los países donde exista una sociedad moderna; estando necesariamente subordinada su solución al concurso teórico y práctico de los países más avanzados;<br /><br /><br />»Que el movimiento que resurge entre los obreros de los países más industriosos de Europa, al engendrar nuevas esperanzas, advierte solemnemente que no se incurra de nuevo en antiguos errores, y llama a la coordinación de todos los movimientos hasta ahora aislados;<br /><br /><br />»Por estas razones,<br /><br />se funda la Asociación Internacional de Trabajadores.</span><br /><br />Y declara:<br /><br /><span style="font-style: italic;">»Que todas las sociedades y todos los individuos que se adhieran a ella reconocerán como la base de su conducta hacia todos los hombres, sin distinción de color, creencia o nacionalidad, la Verdad, la Justicia y la Moral,.<br /><br />»Y por lo tanto, ningún derecho sin deberes, ningún deber sin derechos.»</span><br /><br /></span><div class="blogger-post-footer">Socialismo en la Red</div>socialismoenlaredhttp://www.blogger.com/profile/05241358618163923097noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4088563627737470357.post-42351373099951662132009-06-11T07:02:00.000-07:002009-06-11T07:06:35.652-07:00Obama y las segundas intenciones de la mano tendida a los musulmanes<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhB7kFIgaRSZq0FqjZPazz_cfcpT0LIlJmOBq56Jb3A6hdvQfMs3K0LZjN4ln_JC-PRq4PlljbA0nEj4ZrI9KlJCye4g5YM3PuNHXmsHuPlfuAd5KTHnuau9_bG8pQoxIKteCx3EHOhisI/s1600-h/barak_obama.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 320px; height: 290px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhB7kFIgaRSZq0FqjZPazz_cfcpT0LIlJmOBq56Jb3A6hdvQfMs3K0LZjN4ln_JC-PRq4PlljbA0nEj4ZrI9KlJCye4g5YM3PuNHXmsHuPlfuAd5KTHnuau9_bG8pQoxIKteCx3EHOhisI/s320/barak_obama.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5346070832347885506" border="0" /></a><br /><span style="font-weight: bold;">Thierry Meyssan </span>Réseau Voltaire<br /><br />Traducido para Rebelión por Caty R.<br /><br /><div style="text-align: justify;">El presidente de Estados Unidos ha tendido la mano a los musulmanes en un gran discurso mediático pronunciado en El Cairo. De esta forma pretende pasar la desastrosa página de la «cruzada» de Bush en el Gran Oriente Medio. Sin embargo, en ese ejercicio de relaciones públicas, los alardes líricos han sustituido a las necesarias aclaraciones, mientras aparecen los nuevos apetitos de Washington.<br /><br />El discurso que pronunció el presidente Obama el 4 de junio en El Cairo (1) fue presentado de antemano por los servicios de comunicación de la Casa Blanca como «fundador de una nueva era». En realidad, ha sido objeto de una intensa campaña promocional que concluyó con un correo electrónico enviado por David Axelrod a las docenas de millones de abonados de la lista de la Casa Blanca (2). El consejero de imagen de Barack Obama invitó a los estadounidenses a ver el vídeo del discurso que, según él, marca un nuevo comienzo en las relaciones de Estados Unidos con el mundo musulmán (3). Hay que entender que este discurso está dirigido tanto, o más, a los electores estadounidenses como a los musulmanes.<br /></div><br /><span class="fullpost">Su mensaje principal se puede resumir así: Estados Unidos ya no considera al Islam como el enemigo y desea establecer relaciones de interés mutuo con los Estados musulmanes. Ese mensaje se debe tomar como lo que es: un eslogan de relaciones públicas.<br /><br />Examinemos punto por punto el discurso<br /><br /><span style="font-weight: bold;">Prólogo ¡Quiérannos!</span><br /><br />En una larga introducción, el orador desarrolló su mensaje principal de la mano tendida.<br /><br />Barack Hussein Obama justificó la ruptura con su predecesor por su propia personalidad. Ofreció un momento de emoción a su auditorio al estilo de las películas de Hollywood. Habló de su padre musulmán, de su adolescencia en Indonesia –el país musulmán más poblado del mundo- y de su trabajo social en Chicago cerca de las poblaciones negras musulmanas.<br /><br />Así, después de habernos hecho creer que la política exterior de Estados Unidos estaba basada en el color de piel de su presidente, quiere convencernos de que refleja su trayectoria personal. Sin embargo, que nadie piense que Obama es un autócrata que puede imponer sus estados de ánimo. Todos son conscientes de que la política de Washington es el fruto de un difícil consenso entre sus élites. En este caso, el cambio de retórica viene impuesto por una serie de fracasos militares en Palestina, Líbano, Iraq y Afganistán. Estados Unidos ya no considera enemigos a los pueblos musulmanes porque no ha conseguido aplastarlos.<br /><br />Ese realismo condujo, en 2006, a la sublevación de los generales en torno a Brent Scowcroft, que lamentaba la fracasada colonización de Iraq y alertaba sobre un desastre militar en Irán. Continuó con la Comisión Baker-Hamilton, que llamaba a una negociación con Siria e Irán para salir con la cabeza alta del fiasco de Iraq. Ese realismo obligó al presidente Bush a destituir a Donald Rumsfeld y sustituirlo por Robert Gates, discípulo de Scowcroft y miembro de la Comisión Baker-Hamilton. Ese realismo se plasmó en la publicación del informe de las agencias de investigación que corroboraban que no existía ningún programa militar nuclear iraní y de esa forma destruyeron cualquier posible justificación de una guerra contra Irán.<br /><br />Siempre a propósito del gran amor recuperado, el presidente Obama se presentó como un apasionado de la historia y desgranó las aportaciones de la civilización musulmana al mundo. En las películas de Hollywood, siempre hay una escena sobre la diversidad cultural que nos enriquece. Sin embargo, el escenario se centró sobre la lamentable ignorancia del público estadounidense. Obama y su equipo han reducido la aportación de los actuales pueblos musulmanes a los inventos posteriores a su islamización. ¿No crearon nada antes?<br /><br />Buscando la reducción de la historia de los pueblos musulmanes exclusivamente a su período islámico, Barack Obama negó milenios de civilización y asumió la retórica de los islamistas más oscurantistas. Vamos a ver que no se trata de un error, sino de una elección estratégica.<br /><br />Finalmente, el presidente Obama jugó su carta principal al llamar a sus oyentes a reconsiderar su percepción de Estados Unidos. «Estamos formados por todas las culturas, procedentes de todos los rincones del mundo, y somos partidarios de un concepto simple: ‘E pluribus unum’ (muchos pueblos en uno)», declaró. Esta divisa, que expresaba la unidad de las nuevas colonias independientes de América, actualmente se convierte en la del imperio globalizado. No sólo Estados Unidos ya no considera enemigos a los pueblos musulmanes, sino que además pretende integrarlos en el imperio global.<br /><br />Por otra parte, esa es la razón por la que el establishment de Washington apoyó la candidatura de Barack Hussein Obama. El apellido musulmán del presidente, como su color de piel, son argumentos para convencer a los pueblos del imperio de que el poder que los domina los agrupa. Cuando extendió su imperio, la antigua Roma hizo lo mismo, y escogía a sus emperadores en comarcas lejanas, como a Filippo el Árabe (4). El salvajismo de las legiones no se había cambiado.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">1.- La guerra global contra el terrorismo</span><br /><br />Después de esa meliflua pieza de violín, el presidente Obama hiló su introducción con la «guerra global contra el terrorismo». Así, estableció una distinción entre el Islam, que no es malvado como pensaban Bush y Cheney, sino bueno, y los extremistas que aparecen por todas partes son siempre los malos. El pensamiento sigue siendo maniqueo, pero se desplaza el cursor.<br /><br />El problema es que desde hace ocho años, Washington se esfuerza por fabricar un adversario de su tamaño. Después de la URSS estaba el Islam. Pero si ni los comunistas ni los musulmanes son los enemigos, ¿contra quién está en guerra Estados Unidos? Respuesta: «Al Qaeda, que ha optado por matarlos sin piedad, reivindica los atentados y sigue afirmando su determinación de cometer más masacres a escala masiva. Esa organización dispone de miembros en numerosos países e intenta ampliar su radio de acción. Aquí no se trata de opiniones a debatir, sino de hechos a combatir». Pues no, señor presidente, no son los hechos demostrados, sino las acusaciones las que hay que discutir (5).<br /><br />Barack Obama continúa: «Nuestro mayor deseo sería repatriar a nuestros soldados, a todos, si tuviéramos la seguridad de que Afganistán, y ahora Pakistán, no acogen a elementos extremistas dispuestos a matar al mayor número posible de estadounidenses. Pero éste todavía no es el caso».<br /><br />En este punto, el presidente aparece encerrado en un círculo vicioso. Explica que los enemigos no son los musulmanes en general, sino un puñado de individuos no representativos, y después afirma que hay que combatir a ese puñado de individuos librando una guerra contra los pueblos musulmanes. Ése es todo el problema: Washington desearía ser amigo de los musulmanes, pero tiene necesidad de un enemigo para justificar sus acciones militares y, por el momento, no ha encontrado un chivo expiatorio de reemplazo.<br /><br /><span style="font-weight: bold;"><br />2.- El conflicto árabe israelí</span><br /><br />Barack Obama abordó la cuestión de Palestina de forma más extensa que sus predecesores y reconoció no sólo un conflicto israelí-palestino, sino también israelí-árabe. Pro no precisó de qué manera, desde su punto de vista, concierne a los países árabes. Abogó con firmeza por la «solución de dos Estados», pero eludió la embarazosa cuestión de la naturaleza de esos dos Estados. ¿Se trata de dos Estados soberanos y democráticos en el sentido real del término, o de un Estado para los judíos y otro para los palestinos como el que reivindica la «izquierda» israelí, que implica una limpieza étnica y la institucionalización absoluta del apartheid? (6).<br /><br />Más que eliminar las incertidumbres, el presidente Obama optó por ofrecer a su auditorio una nueva «escena emotiva» en la que expresó su compasión ante los sufrimientos de los palestinos. Realmente ese fue el momento más abyecto de su discurso: la llamada a los buenos sentimientos de las víctimas para tapar los crímenes de los verdugos.<br /><br />El presidente declaró: «Los palestinos deben renunciar a la violencia. La resistencia en forma de violencia y matanzas no sirve. En Estados Unidos, los negros sufrieron el látigo cuando eran esclavos, la humillación y la discriminación. Pero finalmente no fue la violencia la que permitió conseguir la igualdad de derechos en su integridad. Fue la perseverancia firme y pacífica en los ideales básicos de la propia creación de Estados Unidos. Esta misma historia se puede contar de los pueblos desde el sur de África al sur de Asia, desde la Europa del Este a Indonesia. Es una historia con una simple verdad: la violencia no conduce a ningún sitio. Lanzar cohetes contra los niños israelíes que duermen o matar ancianas en un autobús no es una demostración de valentía ni de fuerza».<br /><br />Barack Obama caricaturiza la resistencia palestina en los términos de la propaganda sionista: los cohetes que se lanzan contra niños dormidos y las ancianas que mueren en un autobús. Reconoce que las tierras y las casas de los palestinos están ocupadas, pero les prohíbe utilizar la fuerza para recuperarlas de los civiles que las ocupan. Obama reprocha a los palestinos que no utilicen misiles teledirigidos para alcanzar los objetivos militares y que se conformen con cohetes artesanales que caen a ciegas.<br /><br />Pero lo peor está por llegar. El presidente Obama se transforma en maestro, pide a las víctimas que renuncien a la violencia y les aconseja que tomen ejemplo del movimiento de los negros estadounidenses para los derechos cívicos. A final, no fue convirtiendo a los blancos como King obtuvo resultados, sino implicando a la opinión pública internacional. Entonces, el presidente Johnson se vio obligado a ceder para dar buena imagen frente a la URSS. Después de recibir el Premio Nobel de la Paz, Martin Luther King prosiguió la lucha afirmando que su objetivo no era que los negros pudiesen servir en el ejército como los blancos para matar vietnamitas que aspiraban a la libertad. Precisamente después de esa intervención en Riverside fue cuando Johnson le cerró las puertas de la Casa Blanca y los jefes del FBI decidieron asesinarle. Sin ninguna duda, si King todavía estuviera vivo, hoy diría que su objetivo no es permitir que un negro acceda al despacho oval para matar iraquíes o pakistaníes que aspiran a la libertad.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">3.- La desnuclearización</span><br /><br />Al señalar las difíciles relaciones con Irán, el presidente Obama optó por salirse por la tangente de la polémica sobre el arma nuclear. Después de reconocer el derecho de Irán a dotarse de una industria nuclear civil y admitir que ni Estados Unidos ni ninguna otra potencia tiene autoridad moral para autorizar o prohibir a un Estado que posea la bomba, se pronunció por un desarme nuclear global, incluyendo también, implícitamente, a Israel.<br /><br />Sabemos que el Pentágono no dispone de los medios financieros necesarios para mantener la carrera armamentista nuclear y negocia a ese respecto con Rusia y China. Eso no se debe interpretar como un impulso pacifista, al mismo tiempo, el Pentágono sigue investigando sobre las armas atómicas en miniatura (excluidas del Tratado de No Proliferación) y fortaleciendo sus alianzas militares como la OTAN.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">4.- La democracia</span><br /><br />El presidente Obama lamentó que su predecesor creyese que era posible exportar la democracia a Iraq por la fuerza; después hizo un elogio del gobierno del pueblo por el pueblo y del Estado de derecho. Una tomadura de pelo para quienes recuerdan que la Constitución de Estados Unidos no reconoce la soberanía popular, y que en el año 2000, la Corte Suprema pudo proclamar electo a George W. Bush antes de que se aclarase el escrutinio de Florida. La declaración tuvo el aire de una farsa procedente de un político retorcido que acaba de confirmar la suspensión de las libertades fundamentales por el Patriot Act, en especial la suspensión del habeas corpus, que él mismo describió hace poco como la base de la justicia. Una crueldad para los egipcios que no tuvieron el privilegio de formar parte de los 3.000 invitados. Mientras Obama proseguía «Hay que conservar el poder por el consentimiento del pueblo y no por la coacción», ellos pensarían en el presidente Mubarak, inamovible desde hace 28 años. Mientras Obama continuó «Hay que respetar los derechos de las minorías y participar, con un espíritu de tolerancia y compromiso», ellos pensarían en los espirituales coptos (cristianos de Egipto, N. de T) que acababan de sacrificar a los animales.<br /><br />Para evitar que ese pasaje se viera perturbado por ataques de risas nerviosas, una voz anónima gritó en la sala «¡Barack Obama, te amamos!» Sólo faltaba la niña con el ramo de flores en la mano.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">5.- La libertad religiosa</span><br /><br />Barack Hussein Obama se mostró especialmente cómodo en el capítulo de la libertad religiosa. Se trata de un eslogan de efectividad comprobada. Desde hace dos años, Madeleine Albright preparaba este momento. Había observado que la resistencia al imperialismo estadounidense a menudo está estructurada por grupos religiosos, como Hezbolá en Líbano o Hamás en Palestina. Así pues, concluyó que Estados Unidos no debe dejar sin vigilancia ese campo, e incluso invertir totalmente en él. En un libro dedicado a este asunto, Albright preconiza que Estados Unidos se convierta en el protector de todas las religiones (7). En este sentido, el presidente Obama recordó a las minorías cristianas, coptos y maronitas, y después llamó a la reconciliación, en el Islam, de los suníes y los chiíes. También en el mismo sentido descuidó la historia preislámica de los pueblos musulmanes.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">6.- Los derechos de la mujer</span><br /><br />Con delectación, Barack Hussein Obama se permitió el lujo de recordar que su país garantiza a las mujeres musulmanas el derecho a llevar el velo, mientras que Nicolás Sarkozy lo prohibió en las escuelas francesas en la época en que quería mostrarse más neoconservador que Bush (8). Y mientras Obama disertaba, la web de la Casa Blanca editaba un artículo especial que mostraba la jurisprudencia estadounidense.<br /><br />Con habilidad, el presidente recordó que en algunos casos los Estados musulmanes son pioneros en materia de derechos femeninos: «En Turquía, Pakistán, Bangladesh e Indonesia, hemos visto países de mayoría musulmana que han elegido mujeres para dirigirlos, mientras la lucha por la igualdad de las mujeres continúa en muchos aspectos de la vida estadounidense y en países de todo el mundo».<br /><br /><span style="font-weight: bold;">7.- El desarrollo económico<br /></span><br /><br />Guardó para el final la cuestión del desarrollo económico, aunque era la más importante. Habitualmente, las grandes potencias cambian una ayuda inmediata por beneficios desproporcionados a largo plazo. Así, la ayuda al desarrollo es el Caballo de Troya del saqueo de los recursos. Sin embargo, durante la campaña electoral, se concluyó un acuerdo bipartidista sobre la reorientación de la política exterior de EEUU. La idea principal expresada por la Comissión Armitage-Nye, es la de conquistar los corazones y los espíritus ofreciendo servicios que transformen la vida de las personas sin que cuesten demasiado caros (9). Hillary Clinton ya hizo una referencia explícita durante la reunión del Senado para su confirmación como secretaria de Estado.<br /><br />Luciendo la sonrisa de Papá Noel, Barack Obama recitó una lista de promesas encantadoras. Continuó: «Nombraremos nuevos enviados científicos que se encargarán de colaborar en programas que pongan a punto nuevas fuentes de energía, crearán empleos verdes, digitalizarán los registros y archivos, purificarán el agua y producirán nuevos cultivos. En el terreno de la salud a nivel mundial, hoy anuncio una nueva iniciativa con la Organización de la Conferencia Islámica para erradicar la polio e intensificaremos nuestras asociaciones con las comunidades musulmanas para mejorar la salud maternal e infantil». Eso nos recuerda los compromisos de la Cumbre del Milenio, en la que el presidente Clinton anunció el fin inminente de la pobreza y la enfermedad.<br /><br />El presidente de Estados Unidos concluyó su fluido discurso citando el Corán, el Talmud y los Evangelios. Su mensaje se resumiría en el hecho de que «Los habitantes del mundo puedan vivir juntos y en paz. Sabemos que esa es la visión de Dios. Ahora es nuestra tarea en esta tierra» Esa triple referencia seguramente se impuso debido al lugar, una prestigiosa universidad islámica. También se puede ver que refleja cierto desasosiego. En plena recesión económica, Estados Unidos ya no dispone de los medios para mantener su presión sobre los campos petroleros del Gran Oriente Medio –con mayor razón no tiene los medios para llevar a cabo sus promesas-. Sin embargo, EEUU tiene la esperanza de reconstruir próximamente su potencia. Pero en la fase actual debe congelar cualquier evolución regional que sólo puede aportarle desventajas. Estados Unidos teme sobre todo la expansión de la influencia turca e iraní y la irrupción de Rusia y China en la región. Definir la paz en términos religiosos y no políticos, siempre significa ganar tiempo.<br /><br />(1) Discurso de Obama en El Cairo (en español)<br /><br />(2) «A New Beginning – Watch the President’s Speech», David Axelrod, 4 de junio de 2009.<br /><br />(3) Vídeo disponible en la web de la Casa Blanca.<br /><br />(4) Filippo el Árabe era sirio. Fue emperador de Roma de 244 a 249.<br /><br />(5) El secretario de Estado Colin Powel se comprometió a presentar un informe sobre los atentados del 11-S a la Asamblea General de las Naciones Unidas que estableciese que habían sido víctimas de una agresión externa. Ese documento jamás se elaboró. Las únicas informaciones conocidas que presentaron las autoridades estadounidenses acusaban a Afganistán, después a Iraq e invocaban la legítima defensa para atacarlos. Ver L’Effroyable imposture, de Thierry Meyssan, 2002. En español «La gran impostura».<br /><br />(6) «La “solution à deux États” sera bien celle de l’apartheid», Thierry Meyssan, Reseau Voltaire, 13 de enero de 2008. Al final aparece el Documento preparatorio de la Conferencia de Anapólis señalado por Barack Obama, que define a «Israel como patria del pueblo judío y Palestina como patria del pueblo palestino»<br /><br />(7) The Mighty and the Almighty: Reflections on Faith God and World Affairs, Madeleine Albright, Pan Books, 2007, 324 pp. Se apreciará el juego de palabras inglés: «El poderoso y el Todopoderoso» haciendo referencia al presidente de Estados Unidos y a Dios.<br /><br />(8) «Nicolas Sarkozy agite le voile islamique», Réseau Voltaire, 19 de enero de 2004.<br /><br />(9) «Washington décrète un an de trêve globale», Thierry Meyssan, Réseau Voltaire, 3 de diciembre de 2007 En español: «Washington decreta un año de tregua global».<br />Texto original en francés: http://www.voltairenet.org/article160476.html </span><div class="blogger-post-footer">Socialismo en la Red</div>socialismoenlaredhttp://www.blogger.com/profile/05241358618163923097noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4088563627737470357.post-67325480574864092722009-06-11T06:56:00.000-07:002009-06-11T07:01:34.642-07:00¿Qué es la democracia?<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgy2JICBooWHgCpPPoB1U5z2iTX2JlQSm5i8KlHpeHdHndI5IByQy_ailq-D8n4n-Ehgw9iImvMT4i47HEuplW6FpM7JeCA9CGhSJiLGJRRehk90m45fMfdAism_ZUSd8e0S1ppM1FY9bk/s1600-h/128214img.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 224px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgy2JICBooWHgCpPPoB1U5z2iTX2JlQSm5i8KlHpeHdHndI5IByQy_ailq-D8n4n-Ehgw9iImvMT4i47HEuplW6FpM7JeCA9CGhSJiLGJRRehk90m45fMfdAism_ZUSd8e0S1ppM1FY9bk/s320/128214img.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5346069803828365282" border="0" /></a><br /><span style="font-weight: bold;">Arthur Rosenberg</span> reflexionesdelpaseante.blogspot.com<br /><br />Selección de Alexandre Carrodeguas<br /><br /><div style="text-align: justify;">Babeuf, el primer político conscientemente socialista de la gran revolución, expuso su programa en una importante carta a su amigo Bodson escrita a principios de 1796. En esta carta Babeuf se declara absolutamente seguidor de Robespierre. Es más, se propone la tarea de resucitar a Robespierre.<br /><br />“Resucita a Robespierre: significa resucitar a todos los enérgicos patriotas de la república y junto con ellos al pueblo […] El robespierrismo vive en toda la república, vive en la clase entera de los hombres capaces de juzgar y pensar con claridad y naturalmente en el pueblo. La razón es simple: el robespierrismo es la democracia, y estas dos palabras son absolutamente idénticas. Si se resucita al robespierrismo, se puede estar seguro de resucitar la democracia.”<br /></div><br /><span class="fullpost"> Si en la actualidad se preguntara a un político medio o tan sólo a un hombre culto quién considera que es la personificación histórica de la democracia, sería totalmente improbable que respondiera: “Robespierre”. El hombre del terror, el jefe de la sangrienta dictadura de 1793, no es ciertamente un demócrata para la generación de nuestro tiempo. Pero para Babeuf, el sistema de Robespierre y la democracia son absolutamente la misma cosa. Este pasaje de la carta dice también algo más. Nos revela que en 1796, Babeuf consideraba democracia no solo a Robespierre sino a sí mismo. En ese período, Babeuf preparaba la violenta insurrección del pueblo francés pobre para derrocar el corrupto gobierno capitalista del Directorio y para edificar en su lugar un nuevo orden estatal basado en el principio de la propiedad común. Para Babeuf y su tiempo, estos esfuerzos son democráticos.<br /><br />Medio siglo más tarde, Marx y Engels publicaban el Manifiesto Comunista. En este documento no pretendían formular una construcción docta, sino expresarse de modo que todos los obreros los entendieran. En el Manifiesto comunista de 1848 se dice: “como ya hemos visto arriba, el primer paso de la revolución obrera es la elevación del proletariado a clase dominante, la conquista de la democracia. El proletariado se valdrá de su dominación política para ir arrancando gradualmente a la burguesía todo el capital.”<br /><br />Para los autores del Manifiesto comunista, pues, “la elevación del proletariado a clase dominante” coincide con la conquista de la democracia. Marx y Engels podían escribir esto en ese entonces sin temor de provocar entre las masas equívocos o confusiones. La democracia es la conquista del poder político por parte del proletariado. Esto lo hubiera podido suscribir Babeuf sin ninguna vacilación.<br /><br />Con todo, alrededor de 1848, la democracia y el socialismo no coincidían completamente para Marx y Engels. El proletariado puede ejercer ciertamente el poder político en el Estado; pero esto no basta todavía para poner en práctica la comunidad de bienes correspondiente. No obstante esto, para la generación de 1848 la democracia y el socialismo, eran fuertemente afines. En octubre de 1847, Engels escribía en un artículo aparecido en la Deutsche Brusseler Zeitung:<br /><br />“Los comunistas, lejos de provocar, en las actuales circunstancias, inútiles encuentros con los demócratas, se comportan como demócratas en todas las cuestiones prácticas del partido. La democracia tiene como consecuencia necesaria en todos los países avanzados el poder político del proletariado, y el poder político del proletariado es la primera condición previa de toda iniciativa comunista. Mientras no se haya conquistado la democracia, los comunistas y los demócratas combatirán codo a codo, los intereses de los demócratas serán los de los comunistas. Hasta este momento, las diferencias de los dos partidos tienen una naturaleza teórica y pueden discutirse perfectamente en forma teórica, sin que la acción común se vea perjudicada de alguna manera. Puede haber acuerdo también en algunas iniciativas que deberán emprenderse sin ninguna demora para la consecución de la democracia en beneficio de las clases oprimidas, tales como la gestión por parte del estado de la gran industria, de los ferrocarriles, de lea educación de los niños por cuenta del estado, etcétera”<br /><br />Más adelante se verá con mayor exactitud todavía la diferencia entre democracia y comunismo, tal como la veían los revolucionarios de 1848. Por ahora nos basta poner de relieve la estrecha afinidad y comunidad de intereses que las dos tendencias presentaban ante el gran público en 1847. La Deutsche Brusseler Zeitung no pretendían tampoco, por otra parte, dar una lección de derecho público, sino solamente usar, y discutir los conceptos políticos que estaban en boca de todos. Compárese ahora la relación entre democracia y socialismo propia de la generación actual. En Alemania, después de la revolución de noviembre de 1918 surgió un “partido democrático”. Era el partido de los republicanos burgueses, al cual pertenecía entre otros el gran industrial y más tarde ministro Rathenau. El partido democrático alemán no tenía nada en común con los comunistas, y se consideró siempre como enemigo mortal del partido comunista alemán. En eses mismo período, el presidente Wilson, que también se consideraba un buen demócrata era, en Estados Unidos, el más encarnizado opositor de toda aspiración comunistas en el interior de la clase obrera.<br /><br />Escuchemos ahora una voz del sector de los opositores de la revolución de 1848-1849. En noviembre de 1849, el diputado conservador von Bismark declaraba en la Dieta prusiana:<br /><br />“Aspiran a la propiedad de la tierra no solo los que tienen temporalmente el usufructo de la misma, sino también los que no la tienen. Durante todo el pasado año las promesas de los demócratas agitaron a la numerosa clase de los jornaleros de las provincias orientales, de Pomerania y de Prusia, para formular esas exigencias. Las promesas de la posesión de la tierra hicieron posible, en las provincias que permanecían fieles, las elecciones, por ejemplo, del diputado Bucher y de sus amigos […]. Es un hecho deplorable que aumente la envidia de los jornaleros contra los campesinos poseedores, al ver que los frutos de la revolución son cosechados únicamente por los que gozan de una posición desahogada, sin ninguna ventaja para ellos. Las exigencias de los jornaleros no se limitan, de hecho, a que se les concedan los terrenos, cuyo uso constituye una parte de su salario, ya que ninguno vive solo de eso. Van más allá: pretenden la completa repartición no solo de los feudos sino también de las haciendas.”<br /><br />El diputado von Bismark no quería tampoco, en ese momento, anunciar desde la tribuna de la Dieta prusiana ningún descubrimiento de derecho político. Utilizaba las expresiones políticas que todo el mundo comprendía. Para el Junker prusiano, los demócratas eran los hombres de la revolución agraria, los agitadores, rojos, que alborotaban a los trabajadores de la tierra para que se dividiera no solo la propiedad feudal sino también las propiedades más grandes. Para el Junker von Bismark, el diputado Lothar Bucher era un ejemplo típico de rebelde agrario. La historia dispuso más tarde que el Junker von Bismark se convirtiera en el canciller del Reich, en el conde Bismark y el comunista Bucher, en el consejero real de Prusia y en el colaborador más fiel y valioso de Bismark.<br /><br />Una generación más tarde, Friedrich Engels escribiría en una carta de diciembre de 1884:<br /><br />“En cuanto a la democracia pura y a su función en el futuro, soy de la opinión de que desempeña una función muchísima más secundaria en Alemania que en países de desarrollo industrial más antiguo. Pero esto no impide la posibilidad de que, cuando llegue el momento de la revolución. Adquiera una importancia pasajera en cuanto al más avanzado de los partidos burgueses como pretendió hacerlo en Francfort (en el partido alemán de Francfort de 1848-1849) y en cuanto última table de salvación de la economía totalmente burguesa e incluso feudal. En momentos como éste, toda la masa reaccionaria se aferra a ella y la refuerza. Todo lo que era reaccionario pasa ahora por democrático […]. En todo caso, nuestro único adversario el día de la crisis y el siguiente, será toda la reacción agrupada alrededor de la democracia pura y creo que no debe perderse de vista eso.”<br /><br />Es importante que Engels no hable aquí de la “democracia” sino siga refiriéndose a la democracia “pura”. Considera evidentemente un estado burgués en el que rige ciertamente el sufragio universal, pero en la que no se ha tocado la propiedad privada. Se podría decir que ya en 1847 Engels había señalado la diferencia entre democracia y comunismo. Sin embargo, es evidente el cambio en el concepto político desde la época del artículo publicado en la revista de Bruselas hasta la carta de 1884. Para expresarlo en una forma muy sencilla: en 1847 los trabajadores socialistas y la democracia estaban del mismo lado de la barricada; en cambio en 1884, ya no. El Engels de 1884 ya no escribiría que la democracia, aun la no comunista, coincide con el poder político del proletariado. Ahora considera la posibilidad de que la democracia pueda ser baluarte de defensa desde la cual todas las corrientes de la burguesía e incluso del feudalismo impiden juntas el poder político del proletariado.<br /><br />En los años ochenta, Engels se ocupó profundamente, como lo indican sus cartas, del problema de si – en caso de que se diera un proceso revolucionario en Alemania- era posible, después de la caída de la monarquía feudal y militar de los Hohoenzollern, construir directamente un estado socialista o si se llegaría antes del gobierno del estado una democracia pura, es decir, una republica burguesa capitalista. Engels, creyó que la decisión estaba en manos del ejército prusiano. Los socialistas debían tratar de conquistar al proletariado del campo con la consigna de la expropiación de las grandes propiedades y de sus transferencia a cooperativas de trabajadores de la tierra. Los reclutas de los regimientos prusianos de la guardia provenían del este del Elba. Con la consigna de una expropiación de la gran propiedad, se podían poner en crisis los regimientos en los que se apoyaban el prusianismo y el dominio de la casa Hohenzollern, en cuyo caso se podría evitar, en Alemania, la etapa intermedia de la democracia pura. Es sumamente significativo que la propuesta “expropiación de la gran propiedad y transferencia de la tierra a los peones rurales” tuviera en 1848 un valor típicamente democrático, y en cambio, la consigna debía servir ahora para evitar la “democracia pura” en Alemania.<br /><br />En la guerra mundial las potencias aliada, sobre todo los Estados Unidos y el presidente Wilson aseguraban que combatían por la victoria de la democracia. Ya para entonces se acostumbraba considerar como estado democrático un estado burgués, regido con el método del sufragio universal. Se utilizaba como táctica democrática el camino de la reforma que debía alcanzarse en forma pacífica mediante la persuasión de la mayoría del pueblo, contra toda tentativa de violencia revolucionaria. Como es sabido también, después de 1918 los elementos radicales y activistas, insatisfechos con las condiciones existentes, empezaron a despreciar la democracia en todos los países. Baste recordar la propaganda bolchevique y fascista contra la democracia.<br /><br />En 1923, se llegó, en Hamburgo, a una insurrección de los obreros comunistas contra el orden estatal vigente, la república democrático-burguesa. Más tarde fue sometido a juicio el secretario del partido comunista Urbhans bajo la acusación de haber provocado la insurrección. Éste se defendió con un discurso eficaz que terminó con las palabras: “Las masas dirán: es mejor arde en el fuego de la revolución que reventar en el estercolero de la democracia”.<br /><br />¡Qué cambio en la evaluación de la democracia desde Babeuf hasta Urbhans! Se esgrimía en ese entonces el supuesto evidente de que una revolución violenta era un hecho democrático, sin importar el derramamiento de sangre y el terror que entrañara. En la actualidad, existe el desprecio profundo, el odio del socialista radical contra la democracia, que se le presenta como encarnación de la condición capitalista con todos sus defectos. En el transcurso de los últimos ciento cincuenta años, el concepto de democracia cambió profundamente y es preciso señalar el viraje ocurrido en el período comprendido entre 1850 y 1880.<br /><br />Nuestra investigación se propone aclarar la relación entre democracia y marxismo. Existen muchas definiciones contradictorias de marxismo. Para los fines de este libro adoptamos la más simple e irrefutable: la teoría y la práctica política de Marx y Engels mismos. Éstos empezaron su actividad alrededor de 1845. Engels murió doce años después de Marx, en 1895. El problema consiste, entonces, en la relación entre democracia y marxismo durante los cincuenta años comprendidos entre 1845 y 1895.<br /><br />Como se verá en forma detallada más adelante, la política obrera de Marx y Engels constituyó un enfrentamiento incesante con la democracia. Los movimientos democráticos proporcionaron siempre los fundamentos sobre los que Marx y Engels debían construir su política; por otra parte, Marx y Engels trataban constantemente de influir en los partidos y en las tendencias democráticas y de transformarlas de acuerdo a su orientación. Sería necesario, por esta razón, hacer una rápida descripción del movimiento democrático de 1845 a 1895 y en consecuencia comprobar que relación guarda el marxismo con cada una de las fases de la democracia. En el siglo pasado Francia fue el campo más importante de la lucha de clases en Europa. Marx esperaba constantemente de Francia el impulso inicial para los cambios decisivos. Por lo mismo seguiremos, de acuerdo con la concepción de Marx, de una manera más amplia la historia de las luchas de clase francesas durante estos cincuenta años. </span><div class="blogger-post-footer">Socialismo en la Red</div>socialismoenlaredhttp://www.blogger.com/profile/05241358618163923097noreply@blogger.com0