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BREVES APUNTES SOBRE EL DESARROLLO DEL PROYECTO NACIONAL SIMON BOLÍVAR 2007-2013 (PNSB): ALGUNAS DIFICULTADES A SALVAR.


Jaime Corena P.

A continuación miramos la coherencia de la directriz IV del PNSB con la teoría socialista y algunas medidas del liderazgo de la revolución para desarrollarla.

COHERENCIA DE LA DIRECTRIZ IV

La directriz IV del PNSB (rubricado por el Presidente Chávez) es coherente con la propuesta socialista original y está sujeta al desarrollo actual de la teoría socialista, que a nuestro juicio expresa muy bien el trabajo de Mészáros en su obra Más Allá del Capital. La directriz reza:

“Con el fin de lograr trabajo con significado, se buscará la eliminación de la división social, de la estructura jerárquica y de la disyuntiva entre la satisfacción de las necesidades humanas y la producción de riqueza subordinada a la reproducción del capital”.

COHERENCIA CON LA TEORÍA ORIGINAL.


Precisamente en la Ideología Alemana, Marx y Engels (página 43, tomo I, El Perro y la Rana, 2007, Caracas), apuntan que la posibilidad de que no caigan en choque dialéctico fuerte (contradicción antagónica) las actividades materiales y espirituales, el disfrute y el trabajo, la producción y el consumo (asignadas a diferentes individuos), reside solamente en que vuelva a abandonarse la división social del trabajo (subrayado nuestro).

Es claro entonces que la búsqueda de la eliminación de la división social del trabajo y su orden jerárquico, según el PNSB, tiene sentido originario. Pero surge una pregunta: ¿En las condiciones concretas de profundización de la Revolución Bolivariana de Venezuela y en su actual contexto internacional y regional, cómo dar pasos progresivos en esa dirección? La revolución soviética poco o nada pudo hacer al respecto y la china hasta ahora no muestra resultados a destacar.


COHERENCIA CON LA TEORÍA SOCIALISTA ACTUAL.

En Más Allá del Capital, Mészáros, (página 851, Vadell Hermanos, Caracas-Valencia, 2001), precisa a tono con la idea originaria:

“DADO que el objetivo de la emancipación socialista es la superación radical de la división social jerárquica del trabajo heredado, importa muchísimo cómo pueden las formas de mediación material transicionales emprender de manera efectiva la tarea de reestructurar el marco metabólico de la sociedad postrevolucionaria”.

A esa forma de mediación material transicional es que nos referimos cuando preguntamos por los pasos a dar para avanzar en este objetivo emancipatorio. El estado actual de la respuesta a esta pregunta es una tarea que el liderazgo de la revolución, el Consejo de Ministros, el Buró del PSUV y la Asamblea Nacional deben abordar con apoyo en la más amplia participación de los (as) trabajadores (as).

A juzgar por lo que vemos, en las relaciones sociales que todavía se reproducen en las empresas que podemos decir que hacen parte del área de la economía socialista, son muy pocas las huellas que hasta ahora se marcan en dirección a la búsqueda de eliminar la división social del trabajo y su orden jerárquico. El viejo orden cultural del capital, aún domina la gestión empresarial. Y en la organización del trabajo en las instituciones de la República Bolivariana de Venezuela, la cosa tampoco ha cambiado mucho (casi ninguna de estas ha elaborado un plan para avanzar en la directriz IV). Ello, pese a que desde diciembre de 2006 el presidente Chávez llamará a construir la economía socialista.

Como elementos de la mediación material transicional que genera conciencia y formación socialista de masas y de cuadros están, a nuestro juicio y entre otros (sobre los hombros de la propiedad social y/o comunal):

• La aprobación por asamblea del trabajo de los presupuestos de las empresas y su aplicación.
• La definición participativa de costos, precios, excedentes y distribución de estos últimos.
• La introducción participativa de nuevos productos para satisfacer necesidades humanas y del país.
• La conformación participativa del cuadro de dirección de la empresa y la elección por votación directa y secreta de la gerencia.
• El desarrollo científico tecnológico, la calidad y la productividad por medio de unidades de investigación y desarrollo participativas.
• La acreditación y potenciación del saber adquirido por experiencia laboral en la empresa y en convenio con universidades.

Si estos elementos, y otros relevantes, no se empiezan a incorporar a la vida de las empresas, se convierten en dificultades a salvar y (hasta ahora hay poco al respecto en la Revolución Bolivariana); sino superamos estas dificultades pudiese ocurrir lo que Mészáros advierte (página 851 obra citada):

“Porque un fracaso en la progresiva puesta bajo control de las fuerzas que continúan reproduciendo los inicuos parámetros estructurales de la toma de decisiones jerárquica legada por el pasado, condena al proyecto socialista, en el mejor de los casos, al estancamiento si no a la recesión y la involución”.

De estas fuerzas reproductoras del pasado si que hay mucho en los ministerios de la economía y en algunas empresas nacionalizadas. Debatir sobre su influencia en el retardo de la aplicación de la directriz IV del PNSB es una tarea que los socialistas no debemos eludir.

CHÁVEZ DA SEÑALES DE DESARROLLO DE LA DIRECTRIZ IV DEL PNSB.

En lo que va corrido del año 2009, en especial en el segundo trimestre, el presidente Chávez, en actos en Guayana y La Costa Oriental del Lago ha hecho tres anuncios transcendentales de su gobierno en relación con el desarrollo de la directriz IV del PNSB:

• Todas las empresas nacionalizadas en Guayana serían parte de un subsistema de construcción socialista (complejo empresarial obrero de vanguardia), a cuyo interior se establecerían relaciones sociales socialistas acorde con ciertos apuntes que al respecto habían hecho los mismos trabajadores en un evento, cuyo acto de cierre hizo el propio presidente.
• Podrían elegirse los gerentes de las empresas de ese complejo por votación directa, previa definición de normas que impidan la reproducción de poderes grupales perniciosos.
• Una gran parte de los excedentes, producidos por los trabajadores de las empresas nacionalizadas que prestan servicios a PDVSA en la Costa Oriental del Lago, podrían ser distribuidos según prioridades de desarrollo social, por los consejos de trabajadores de esas empresas y los consejos comunales de ese territorio.

Ojala esas medidas anunciadas por el presidente, sean parte del debate (3R) que sobre construcción socialista debe desarrollarse en el PSUV, en los ministerios que dirigen la economía y en la Asamblea Nacional. Y por consiguiente entre los productores libremente asociados de bienes y servicios.

Son medidas que de sostenerse en el tiempo y generalizarse apuntarían a que el trabajo (directivo-operativo) participe de la toma de las decisiones fundamentales de las empresas y el conjunto de la economía y siente algunas de las bases de la irreversibilidad de la revolución. De esta forma Chávez empieza a apostar sustancialmente por lo que Mészáros (página 851 obra citada) precisa:

“….seguirá siendo igualmente cierto que en un sentido muy profundo el patrón de medición de los logros socialistas es hasta qué grado las medidas y políticas adoptadas contribuyen activamente a la constitución y consolidación bien arraigada de un modo sustancialmente democrático (es decir, verdaderamente no jerárquico en su modo de operación en todas las esferas) de control social y autogestión general. Por consiguiente, no hay forma de que las opiniones de un pensador socialista acerca de la división del trabajo resulten prescindibles”.

Las medidas materiales de la mediación transicional, para completar la democratización de la política, la economía y la producción de los conocimientos en la construcción socialista, deberían traducirse en el desarrollo de empresas de propiedad social y /o comunal de alta productividad y calidad, de tal manera que progresivamente por parte del trabajo mismo se muestre que el socialismo es superior al capitalismo en todas las esferas de la actividad humana, y que por tanto haya que controlar de forma social consciente (aprendizaje social o de masas convertido en costumbre) la reproducción metabólica del capital (su división social del trabajo y su orden jerárquico). Esto último no implica en los estadios actuales de la construcción socialista en el marco ALBA, eliminar responsabilidades individuales en los trabajos directivos u operativos, pero sí que el trabajo en su conjunto asuma progresivamente (no por cuenta gotas) la toma asamblearia de las decisiones políticas y económicas fundamentales.