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No nos engañemos, al Capitalismo solo lo destruyen las Revoluciones



Por Luis R Delgado J

Si bien es cierto el Sistema Capitalista Mundial esta sufriendo una de las peores crisis de su historia, también es cierto hablando en el corto y mediano plazo, que una profunda revolución antisistémica no se está fraguando y mucho menos desarrollando, esto es pertinente decirlo porque han reaparecido un conjunto de escritos catastróficos y apocalípticos anunciando el inminente fin del Capitalismo y su lógica destructiva a nivel planetario, una especie de “Fin de la Historia” pero desde la izquierda, nada más ingenuo y perjudicial para un estudio serio de la situación económico-social contemporánea.

Está claro para muchos que la Crisis actual del Capitalismo no tiene precedentes, ya que afecta de forma simultánea diversos aspectos del sistema; a la profunda crisis financiera, se le suman crisis energéticas, alimentarias, y la más grave, una crisis ambiental creciente. Eso sin contar el conjunto de crisis y contradicciones políticas, sociales humanitarias que afectan a diversos pueblos: agresiones imperialistas, los genocidios, las guerras civiles, el narcotráfico, el comercio sexual, son sólo algunos de los fenómenos degradantes inherentes al Capitalismo realmente existente, Hugo Chávez ha hablado en este sentido de una profunda crisis moral.

La Crisis que el Capitalismo hoy sufre, es consustancial con su lógica de acumulación y expansión, muestra las fragilidades de la etapa mas avanzada de la mundialización de las relaciones de explotación capitalista, caracterizadas por un predominio del capital financiero especulativo sobre los capitales productivos, lo que se denomina como economía de casino es lo que ha provocado el descalabro financiero internacional.

Sin embargo hay que ser cautos con las evaluaciones que se hagan al respecto, ya Marx hace más de 150 años nos precavía que las crisis que sufre el capitalismo sirven para sofisticarlo y reiniciar un nuevo ciclo expansivo, las crisis destruyen los capitales individuales más débiles, lo cual acentúa la concentración y la monopolización de capitales, la crisis actual no es la excepción en este sentido. En el caso de la Clase Trabajadora, es esta la que paga los platos rotos con mayor intensidad, porque las crisis económicas generan desempleo, deterioro de las condiciones de trabajo, baja abrupta del poder adquisitivo, eso sin contar que busca destruir con represión la voluntad de lucha de los trabajadores y las trabajadoras, entre otros efectos perniciosos.

Por otro lado el Estado Capitalista cumple durante las crisis un papel preponderante en el auxilio a los sectores económicos afectados, no olvidemos que el Estado junto al Mercado son instituciones históricas al servicio del buen funcionamiento sistémico. Es risible observar como algunos consideran las nacionalizaciones que se están llevando en las principales economías capitalistas del mundo como concesiones al Socialismo, nada más descabellado, el Estado capitalista con su naturaleza de clase, siempre está presto para mantener a flote a las burguesías a costa de los sectores trabajadores y pequeños burgueses de la sociedad, olvidar esto es considerar al Estado como una institución neutra que expresa los intereses de la sociedad en general.

Un elemento actual que pudiese resaltarse, es que las nacionalizaciones e intervenciones estatales llevadas a cabo en las últimas semanas tanto en EEUU como en Europa, desmontan de forma estrepitosa el mito neoliberal de la no intervención del Estado en cuestiones económicas. Sin embargo, hay que aclarar que dicho dogma de la cartilla neoliberal nunca se aplicó hasta sus últimas consecuencias en los países metropolitanos (cosa distinta ocurrió en algunos países periféricos donde el neoliberalismo se aplico de forma ortodoxa, con las conocidas consecuencias patéticas), tan sólo recordar los subsidios que los Estados de los países desarrollados dan a sus productores agropecuarios o la importancia de mecanismos extraeconómicos como las guerras de invasión, para asegurar los mercados de materias primas, fuentes de energía, entre otros.

Otro elemento que llama la atención, es la discusión sobre el alcance de la Crisis, para la mayoría no hay duda que la presente crisis tendrá un impacto global, pero lo que se discute es el grado de intensidad del impacto en las economías periféricas, para algunos será catastrófico y para otros será leve, sobre todo para aquellos que hablan del “desenganche” o “desacople” de las economías emergentes del sistema financiero internacional. Ciertamente aquellos países que hayan ganado mayores niveles de independencia económica serán los menos afectados por la crisis, sin embargo no dejaran de ser afectados, porque hoy la economía capitalista global se encuentra interconectada de forma profunda, tan solo basta recordar el impacto que tuvo a nivel mundial en los años precedentes las crisis que afectaron las economías del Sudeste Asiático, Rusia o Brasil, si estas economías afectaron el desenvolvimiento económico internacional, es obvio que un descalabro de la principal economía del Sistema Capitalista Mundial, tendrá unos efectos impredecibles.

Sin embargo lo que deseo resaltar para concluir, es que el Capitalismo histórico o realmente existente, en fin el Sistema Capitalista Mundial no lo destruyen las crisis económicas, o energéticas o financieras, solo lo puede derribar revoluciones profundas estructurales, políticas, económicas, culturales que afecten las relaciones de explotación, de propiedad, que rompa toda forma de fetichismo y enajenación, entre otros elementos.

Al capitalismo no lo mata las crisis, lo mata las revoluciones.